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4 de diciembre, Blas Infante y la Junta Soberana Andaluza de Andújar

Por Miguel Ángel Chamocho Cantudo - Diciembre 04, 2017
4 de diciembre, Blas Infante y la Junta Soberana Andaluza de Andújar
Miguel Ángel Chamocho Cantudo.
Director de la Cátedra Blas Infante. Andújar

El 4 de diciembre de 1977 el pueblo andaluz gritó autonomía. Andalucía, sus ocho provincias, en forma de manifestación multitudinaria, mostraron una conciencia colectiva de unidad, para alcanzar, en régimen de igualdad con otros territorios, la autonomía de gobierno.

Aquel 4 de diciembre de 1977 debe ser evocado al lado de otros tantos momentos históricos que jalonan la conciencia colectiva regional de Andalucía. El legislador andaluz, en el actual Estatuto de autonomía (Ley Orgánica 2/2007, de 19 de marzo, de reforma del nuevo Estatuto de Autonomía para Andalucía) evoca tres acontecimientos históricos que consolidaron la actual Andalucía: de un lado, durante la II República con el ensayo histórico de construcción de un Estado integral, en el que pronto se formará una Junta regional andaluza con el ánimo de proyectar la elaboración del primer Estatuto para Andalucía, proyecto que quedó inconcluso, desorientado, como desorientada quedó España, por la barbarie de la guerra civil. No obstante, la II República dejará para Andalucía uno de sus hitos llenos de simbolismo nacional patrio, cual es la aprobación, en 1933, por las Juntas Liberalistas de Andalucía, del himno andaluz, y que se dio a conocer públicamente en un concierto homenaje a Andalucía celebrado en la plaza de San Lorenzo de Sevilla el 7 de julio de 1936, pero cuyas primeras notas sonaron en un viejo piano en la casa “Dar-al-Farah” o casa de la alegría de Blas Infante en Coria del Rio; de otro lado, los acuerdos, llenos de simbolismo patriótico, que se tomaron en la Asamblea de Ronda de 1918, con la aprobación de la bandera y el escudo de Andalucía; por último, la Constitución Federal Andaluza, o Constitución de Antequera redactada en 1883, por la que Andalucía se erigía en soberana y autónoma, bajo la fórmula gobierno democrático y republicano.

Es ésta, la de Blas Infante (Casares, 5 de julio de 1885 – Sevilla, 11 de agosto de 1936), una personalidad que marca la historia de Andalucía. Un hombre al que tiene que estar unido indisolublemente Andalucía, pero también Andújar en nuestra provincia de Jaén, porque nos recordó otro pilar fundamental en la historia de nuestra conciencia colectiva regional. Blas Infante pensó una Andalucía de la que hoy, en parte disfrutamos. Militó sobre un Ideal Andaluz que no pudo disfrutar por la ignonimia de la intransigencia y de la barbarie de la guerra. Y es que, a poco de comenzada la barbarie de la guerra española, varios miembros de la Falange le detuvieron en su casa de Coria del Río. Sin juicio ni sentencia fue fusilado el 11 de agosto de 1936, en el kilómetro 4 de la carretera de Sevilla a Carmona.

Blas Infante destacó en su obra otra de las manifestaciones históricas en la formación de la conciencia colectiva de Andalucía: la Junta Soberana de las Andalucías constituida en Andújar, el 2 de octubre de 1835, fruto de un verano revolucionario, liberal y burgués.

Así lo corroboró el Padre de la Patria Andaluza, Blas Infante, al escribir de su puño y de su letra:

“En 1835, Andalucía da una muestra de existir en ella una conciencia de la unidad regional, así como de latir en esta conciencia su aspiración a tomar parte como unidad consciente en la soberanía del Estado Central. Las provincias andaluzas unidas, constituyeron en la Junta de Andujar la más tenaz y resistente a Mendizábal, y en frente de los Poderes nacionales, un verdadero Poder Regional, que contó con fuerza armada propia (y) trató de potencia a potencia con el gobierno de Cristina”.

La revolución liberal y democrática que surgió en Andalucía aquel verano de 1835, constituyó juntas de gobierno en las ocho provincias andaluzas en los últimas días de agosto y primeros de septiembre (la de Jaén se constituyó el 31 de agosto).

Por recomendación del Presidente de la Junta de Gobierno de Córdoba, José Espinosa de los Monteros, se instó a que en Andújar se constituyera una Junta Soberana de Gobierno de todas las provincias andaluzas, la cual se constituyó el 2 de octubre de 1835, “compuesta de los respectivos representantes de las Juntas de Gobierno que forman la federación de Andalucía”. Juan de Quesada y Vial, Conde del Donadío, presidente de la junta provincial de Jaén, presidió la Junta Central Suprema de Andújar.

El 3 de octubre, la Junta Suprema de Andújar dicta un manifiesto en el que en nombre de “la federación de Andalucía”, y de “la indisoluble unidad que ofrece el pueblo andaluz”, propone los tres ejes de su existencia: 1º Adhesión a la “inocente reina” y a su madre que regenta el reino; 2º Propuesta de formación de unas Cortes Constituyentes que den a la nación española un Código fundamental en el “que fije los derechos y deberes del Pueblo Español y los del Trono constitucional”; y 3º La lucha contra el príncipe rebelde y sus facciones carlistas que quieren deponer del Trono a su augusta reina Isabel II.

El miedo del gobierno español por los ecos de esta Junta Soberana de Andújar provocó un proceso de negociación, de igual a igual, aceptando sus pretensiones con el fin de que cesaran en su empeño. El 19 de octubre, apenas 16 días después, la Junta Soberana de Andújar se disolvía habiendo cumplido sus objetivos.

Andalucía demostró tener conciencia de sus intereses colectivos salvaguardando los derechos dinásticos de la reina y luchando contra el carlismo; puso en evidencia una nueva forma de organización política federal/confederal; mostró unaa conciencia de colectividad andaluza vinculada al menos a la idea de unión para la consecución de objetivos, militares, económicos, políticos.

¿Es esta conciencia andaluza utilitarista, la base de una conciencia identitaria del pueblo andaluz? Blas Infante, con la legitimidad de querer de unir a la rica sociedad andaluza para sacarla del oprobio y la pobreza en la que vivía, bajo la connivencia del poder central, así lo quiso ver.

Y así se evidenció también en las palabras que Blas Infante dejara redactadas en el Manifiesto Andalucista de Córdoba de 1919, donde se vuelve a referir a la Junta de gobierno de Andújar:

“Andaluces todos (…). Sed dignos de la grandeza pasada. Organizaos, y como los andaluces de 1835, por la Junta Regional de Andújar, (…); tomaos vuestra propia libertad; acordar las medidas de vuestra propia redención y sed el pueblo más eficiente en los Estados Unidos de España. Sea vuestro grito de combate y de victoria: ¡Por Andalucía, por España y la Humanidad!”

Anexo 1. Manifiesto de la Junta Soberana de Andújar.

“Andaluces. La Junta Central compuesta de los respectivos representantes de las Directivas de Gobierno que forman la federación de Andalucía, acaba de instalarse en esta ciudad. Al dirigiros por primera vez su voz, no puede ocultar la grata emoción que siente, viendo la indisoluble unidad que ofrece el pueblo Andaluz, tan resuelto y decidido como obediente y leal. El voto de los habitantes de la Bética entera es el mismo, y su valor igual á su constancia. Firme en su propósito no vacilará un momento la Junta Central, hasta que el éxito corone sus esfuerzos. Adhesión pura, inalterable á nuestra inocente Reina Isabel II y á su augusta madre como Regenta del Reino: CORTES CONSTITUYENTES que formen y establezcan un Código fundamental que fije los derechos y deberes del Pueblo Español, y los del trono constitucional; y no deponer las armas hasta consolidarlo y exterminar al príncipe rebelde que con mengua del noble orgullo y valor castellano pretende sumirnos en la degradación y el oprobio; he aquí el objeto de los contados de vuestros representantes.

Andaluces: marchemos todos denodadamente por el camino que nos traza la dignidad y rectitud de nuestros principios, y nuestra proverbial fidelidad. El trono Constitucional y el Pueblo Ibero son una misma cosa y están tan íntimamente enlazados que no puede existir uno sin otro. La misión de esta Junta Central no tiene otro objeto que el de afianzar sobre bases indestructibles su seguridad y su esplendor. Para lograrlo todo, cuenta con vuestra cooperación y esfuerzos: de ellos se aprovechará según las circunstancias lo exijan, dirigiendo vuestra acción irresistible al punto y fin que sea mas digno de vuestro loable pronunciamiento, de vuestros ardientes votos y de vuestra lealtad. Esforzados hijos del Betis, unión y confianza; constantes en este principio y noble conducta, ensayemos desde luego himnos patrióticos en honor y gloria del trono Constitucional y al Pueblo Hispano, pues la victoria es cierta. Andújar 3 de Octubre de 1835”.

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