Canal maravilloso

Gente maravillosa es la apuesta de Canal Sur presentada por Toñi Moreno

Las televisiones autonómicas son un misterio. En la era de la TDT, de internet y de los contenidos a la carta, aún persisten los canales regionales, viejos dinosaurios sin extinción gracias al dinero público. Cuando mi chica coge el mando en casa y le da tregua a HBO, zapea con una constante: en Canal Sur no aguanta más de medio minuto. El día que haya cambio de Gobierno en Andalucía el PSOE tendrá que explicar cuál era su idea de televisión, por qué tanta insistencia en un tipo de formato destinado a una audiencia muy definida —los mayores—. Quizá no llegue el día. En esos breves zapeos en el canal socialista he descubierto el programa que conduce Toñi Moreno, Gente maravillosa. Me llamó la atención, porque dado el canal donde se emite tiene algo de transgresor: por una vez no había sevillanas, ni copla ni flamenco ni señores buscando pareja con el celestino de nombre Juan. Parecía otra cosa. Y creo que lo es. La cámara oculta que emplea el formato para grabar el encuentro entre actores y personas que ignoran la grabación me recordaba a otros programas, como el extinto Videomatch, espacio de humor argentino que replicó la televisión andaluza. —¡Es una joda para Videomatch! Así acababa la broma, al estilo Sorpresa, sorpresa, pero con más tensión. Gente maravillosa busca un desenlace moralista; hay que mostrar que aún quedan personas con educación, personas que mandan a cagar a alguien que maltrata a un caballo o que tira basura al suelo en El Rocío. Y luego está Toñi Moreno. Procuro saber de ella desde sus tardes en Entre todos, aquel espacio de TVE que intentaba remediar la miseria explotándola en directo. Moreno es una comunicadora excelente, el rostro más adecuado para que Gente maravillosa sea lo que es: un espacio resultón, con cierto interés narrativo.

Hubo un tiempo en que algunos periodistas andaluces creyeron que Canal Sur tenía arreglo. Entre ellos estaba el columnista de El Mundo Teodoro León Gross, también profesor de Periodismo en Málaga. —Presentamos una propuesta. Y nos echaron —dijo un día en clase. Hará unos veinte años del intento frustrado de cambio.