Cerrar Buscador

"A Alberto lo han matado cuando más formal estaba"

Agentes de la Policía Científica toman muestras en la puerta en la que ha recibido el disparo Alberto Magalhaes.

En la calle del Tiro Nacional reina el silencio desde que esta mañana un disparo despertase a los vecinos, que han encontrado a Alberto Magalhaes muerto en el suelo

Una pareja de ancianos habla muy bajito en su bajada por la cuesta de la calle del Tiro Nacional de la capital. Han pasado escasas horas desde que se han despertado sobresaltados por un disparo, el que ha acabado con la vida de Alberto Magalhaes, el vecino de Jaén de 31 años que, sobre las seis menos cuarto de esta mañana, ha recibido un disparo que le ha entrado por el lado izquierdo de la cabeza y ha salido por el lateral derecho. Los gritos de su mujer y de uno de sus vecinos han sido lo siguiente que la calle ha escuchado. Después han llegado los sanitarios, la Policía Judicial y las primeras conversaciones entre los vecinos de esta calle que conecta la rotonda de San Felipe con la carretera de Circunvalación.

Ha sido en el número 44, una casa de fachada algo leprosa y en cuyo interior se encontraban la mujer del fallecido y sus dos hijos menores, uno de unos cinco años y una chica de apenas dos. "Son muy chiquititos los niños y se han quedado sin su padre", lamenta una vecina a la que el ruido del arma ha despertado. "Ahora que era cuando parecía que estaba mejor, lo han matado". La vecina que se atreve a hablar conoce a Alberto desde que estaba en el colegio y, dice, ya dejaba destellos de lo que podría ser su futuro. El de un "consumidor de cocaína" que contaba con numerosos delitos antes de llegar a la mayoría de edad.

El hijo de esta vecina, que prefiere no dar su nombre, compartió horas y horas con el joven que ha recibido el tiro cuando ambos eran críos y sabe que a él esto le podía pasar "en cualquier momento".

 Una vecina limpia los restos del crimen. Foto: MARC
Una vecina limpia los restos del crimen. Foto: MARC

YA HUBO UN "AVISO"

Tanto, que no es la primera vez que un disparo les despierta. En una noche fría de 2015 dos disparos también sobresaltaron a los vecinos. El objetivo era el mismo: Alberto, aunque solo fueron dos detonaciones con un arma de fogueo que no dejaron víctimas. Pero sí un aviso y el susto en el cuerpo de los vecinos de este barrio de familias humildes y trabajadoras, en el que el único "pero" era el pasado de Alberto Magalhaes.

Cuando los agentes recogen las últimas pruebas del crimen y se retiran del lugar, una de las vecinas de la víctima se afana en borrar los restos que ha dejado el disparo de un autor aún sin identificar sobre la cabeza del joven Magalhaes con una botella de lejía, que prácticamente vacía sobre la sangre que queda en el suelo, justo en la puerta de la casa del vecino que, junto con la mujer del fallecido, han avisado a los vecinos y al 061. "Hemos escuchado el disparo y luego los gritos de socorro del vecino", relata una señora. Y no se sabe nada más, porque la investigación se encuentra bajo secreto de sumario y porque todo ha sido muy rápido. "No hemos escuchado ningún coche irse a mucha velocidad ni nada más, solo el disparo y los gritos", cuentan.

CONDENADO CON 14 AÑOS

 Comisaría de Policía en Jaén.
Comisaría de Policía en Jaén.

Pero ahí estaba el fallecido con un tiro en la cabeza, cuyo autor todavía se desconoce y no se descarta ninguna hipótesis. Tampoco que esto venga de atrás, dado el historial que tiene a sus espaldas el joven de 31 años y que cuenta con 26 antecedentes por distintos robos con fuerza, delitos contra la salud pública y violencia de género. "Ha pasado más tiempo encerrado que en la calle".

Es una señora la que habla, la misma que recuerda que Alberto ya fue juzgado y condenado cuando era menor y solo contaba con 14 años por el homicidio de un joven iliturgitano, Jaime Ordóñez, que paseaba con su novia por la zona de ambiente del momento en la capital. Fue conocido como 'El crimen de la movida'. Al joven iliturgitano le dieron treinta y tres puñaladas y fueron condenados Alberto –cuatro años de internamiento–, otro menor más –seis años– y dos jóvenes de 21 y 27 años, condenados a veinte años de prisión.

Por estas cuestiones no se sorprenden demasiado, aunque están impactados por la manera y el momento en el que le ha llegado la hora a Magalhaes. "Ha sido un tiro en la cabeza. Ahora que parecía que ya iba por el buen camino, que estaba mejor, más centrado. Y lo han matado cuando más formal estaba, porque salía de su casa para irse a trabajar", señala uno de los hombres mientras otro vecino asoma la cabeza por entre las rejas de su cochera. Hay tensión en el barrio. Pocos son los que quieren hablar, pero sí comparten una idea, sobre la que varios vecinos conversan: "Esto viene de atrás, eso seguro".

He visto un error

Únete a nuestro boletín

COMENTARIOS


COMENTA CON FACEBOOK