Dislexia, la dificultad incomprendida en el aula

La asociación Dislexia Jaén se implica en una campaña nacional en change.org para que la próxima ley educativa incorpore más atención a esta dificultad

Inmaculada Bautista, la jiennense que preside la Asociación Dislexia Jaén, tiene dos hijos con la dificultad específica más incomprendida dentro del aula: les cuesta "cinco o seis" veces más que al resto del alumnado adquirir conocimientos a través de la ruta escrita. Tanto leer como es escribir se vuelve más complicado. El sistema educativo, defiende Bautista, no está a la altura para atender a los menores que necesitan un proceso alternativo, quizá más basado en la lectura digital —con lectores de texto— y en la cultura audiovisual. La Federación Española de Dislexia y otras DEA (Fedis) promueve una campaña en change.org para que la próximo ley educativa atienda con rigor al alumnado con dislexia. El colectivo jiennense, integrado por cerca de 200 familias de toda la provincia, se ha sumado a la difusión.

"A los disléxicos en el aula les ocurre algo parecido a lo que vivían los zurdos hace medio siglo: les obligan a aprender de una forma que no pueden", ejemplifica la jiennense. En la comparación está la clave de la dificultad: los estudiantes se ven forzados a un proceso antinatural, que les va del todo a la contra. El conflicto es la correspondencia fonema grafema.

Las reivindicaciones educativas están justificadas por un dato: el 10 por ciento de la población tiene dislexia. Es algo común, aunque haya quien sufra en el aula y no sepa el porqué: "Lo peor es que a ese niño o niña le pueden poner etiquetas injustas como vago, inmaduro o tonto", lamenta Bautista.

No era tonto Edison. Tampoco Einsten. O Picasso. Todos con dislexia. Genios a los que la escuela no ayudó. También hay ejemplos contemporáneos en el ámbito del arte y la cultura: Orlando Bloom, Johnny Depp y Harryson Ford, por ejemplo. En cuatro de cada diez fracasos escolares hay dislexia. Es decir, ausencia de soluciones.

FLASHMOB EN LA CALLE BERNABÉ SORIANO

Como en cualquier campo desconocido, la tarea es enseñar. Concienciar. Hace un par de semanas, la asociación jiennense organizó un taller destinado para padres y adolescentes.  "La gente no se imagina la inversión que paliar esa dificultad en el aprendizaje", indica la presidenta. No hay becas para niños disléxicos.

El lema que la asociación ha elegido para conmemorar su décimo aniversario
es “Pon tu corazón para entender la dislexia”. Además, suele aludir a una cita que viene a
decir que si ellos, los disléxicos, no pueden aprender de la forma en la que se les enseña, tendrán que enseñarles de la forma en la que ellos puedan aprender.

El colectivo prepara un flashmob para el próximo día 29 de diciembre, a partir de las 20:00 horas. Será un momento para visualizar sus ambiciones con la nueva ley educativa. La asociación también está a la espera de contar con una sede física en Jaén capital, pues hasta ahora emplean la de la Agrupación de Cofradías. Pronto habrá novedades por parte de las administraciones.

El reto es conseguir metodología adaptada, nada que ver con los contenidos, como apunta Bautista. ¿En qué aula puede aprender sin dificultades un alumno con dislexia? La pregunta se ha hecho tantas veces que acumula años. La respuesta no está. Y se la espera.