"Somos un destino turístico joven y con mucho futuro"

Si nos adentráramos en su cabeza, seguro que veríamos una maquinaria en funcionamiento las 24 horas del día para encontrar nuevas vías de llevar la innovación al turismo. El vicepresidente segundo de la Diputación y responsable del área, Manuel Fernández Palomino, es la muestra clara de que Jaén es un destino joven, que está en revolución y con una nueva generación de empresarios dispuestos a hacer de Jaén un destino diferente. Lo mismo te habla de inteligencia artificial, que de moda, gastronomía o agricultura. Allí donde ve una oportunidad, pone el ojo y su empeño.

—¿Has llegado al área de Turismo con modernidad, a traer un aire nuevo y aportar propuestas más innovadoras?

—Yo creo que sí... y lo que queda por delante. Esto no tiene nada qué ver con lo qué había hace 15 años y no va a tener nada qué ver con lo que habrá dentro de otros cinco. La inteligencia artificial, la digitalización, promoción segmentada... Esto va muy rápido. O nos ponemos el mono de que las cosas están cambiando y nos ponemos por delante, o nos quedamos detrás. Además, creo que tenemos unas oportunidades que no tienen otros destinos. Somos un destino joven y tenemos la oportunidad de hacernos a nosotros mismos. Otros, como la Costa del Sol, a pesar de ser grandísimos destinos, no pueden hacerlo. Estamos en la coyuntura de que sabemos lo que queremos y podemos ser ese destino al que venga la gente y se sienta como en su casa.

—Eso, ligado al crecimiento.

—Evidentemente queremos seguir creciendo y tenemos capacidad para hacerlo. Pero podemos ser un destino diferente. Tenemos atractivo de todo tipo, con lo cual podemos recoger muchos turistas. Pero, además, podemos hacerlo de una manera diferente a cómo lo están haciendo otros.

—¿Cuándo le planteas las ideas al equipo técnico de trabajo, qué te dicen? ¿Apuestan tanto por la innovación como tu?

—Es un equipazo y les gusta mucho esto. Cuando llegan unas vacaciones se van a ver qué hacen otros. En lugar de irse un día antes de Fitur, se quedan uno más para ver cómo lo están haciendo otros territorios. Nos gusta mucho y nos tiene muy entusiasmados. Estamos en un momento totalmente explosivo. Se han pasado momentos durísimos de la crisis, que superamos poco a poco, y se ha juntado con el tiempo de la tecnología. Lo decía antes, la inteligencia artificial es clave. Por ejemplo, que con el smartphone podamos saber si al público inglés le gusta más un espacio de la Sierra de Cazorla, Segura y Las Villas u otro espacio que hayan podido ver. Tenemos que aprovecharlo. Hay oportunidades que nos hemos tomado a medio chufla, pero que son grandes oportunidades.

—¿Cómo cuáles?

—El aeropuerto Granada-Jaén es un pedazo de oportunidad que está a una hora de Jaén, de Úbeda y de Baeza. Por cierto, lo mismo que tarda una persona en Milán en llegar a su aeropuerto, y encima tiene que hacer unas colas que en Granada no tienes por qué. Es algo que va al hilo de ese tipo de destino que queremos tener y tenemos que aprovecharlo. Si encima lo hacemos con Granada, que está al lado, y montamos un eje cultural entre dos provincias que son únicas... juntos ganamos.

—¿La gastronomía es una de tus grandes apuestas?

—Creo que tenemos los mejores pero no lo estamos comunicando lo bien que debiéramos. Nos lo decían los hermanos Torres. Tenemos que aprender, entre todos, a contarlo y a sacarlo fuera y que se nos conozcan. Aquí hay mucha calidad, sin olvidar que disponemos de los mejores ingredientes. Pero esa otra parte de marketing no la tenemos tan bien trabajada. Al final, hay destinos que conocemos por la gastronomía. Hace 20 años mirabas las encuestas y la gente decía que iba a los sitios y, además, comía. Ahora, viaja para comer. Esos cambios hay que aprovecharlos. Pero hay muchos porque tenemos ante nosotros la primera generación que quiere comprar dinero no para comprar algo sino para viajar y gastarlo en ocio.

—Hay que apostar por las nuevas oportunidades pero hay un lema con dos décadas que los jiennenses tienen inoculado en el ADN: Jaén, paraíso interior.

—Ahí tiene mucha culpa Francisco Reyes y Felipe López, en su momento. Y mucha gente como Rafael Olmo y gente que estuvo ahí en su momento. Fueron capaces de crear una marca hacía fuera pero, también, que los de Jaén miráramos hacia dentro. Todavía esa parte tenemos que seguir trabajándola pero ya nos miramos con orgullo. Antes éramos un mar de olivos, pero ahora trabajamos por una segunda cosecha que es el oleoturismo, que estoy convencido que nos va a dar grandes alegrías. Es un espacio único.

—En apenas tres años ha sufrido una revolución.

—Sí... y lo que viene por delante. Hice un viaje de Arquillos a Castellar hace poco. Vimos mujeres jóvenes, gente que están revolucionando y cambiando el mundo del turismo. Hablas con ellos y te cuentan los acuerdos que han alcanzado con el añadido. Están moviéndose. Son nuevas generaciones, de gente muy bien formada, que están cambiando esto. Y muchas de ellas, mujeres. Es una alegría y una maravilla.