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Esos primeros días

Por Francisco Sánchez Salazar - Marzo 02, 2024
Esos primeros días
Foto: Pixabay.

Es el segundo metro en el que Nieves no puede subirse. Ayer llovió mucho y parece que se ha inundado alguna estación. La verdad es que ha apurado los tiempos, anoche se acostó tarde... Es su primer día de trabajo y llega con retraso, pero bueno, son sólo 10 minutos, piensa. Se disculpa con la persona que la está esperando.
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¡La mañana del primer día ha sido intensa para Javier! Todo es nuevo, muchas presentaciones, muchos nombres y caras, un curso de integración que hacer para ya, tres reuniones a las que ha asistido… cuando los compañeros de su nuevo equipo le proponen comer juntos, les responde que gracias, pero que le gustaría ir un rato a su gimnasio a desconectar.
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Rosa lleva una semana en su primer trabajo y tiene un buen montón de dudas que plantearle a su jefa. Pero la ve siempre tan ocupada que no encuentra el momento de sentarse con ella y preguntarle. Seguramente, no pasa nada si espera unos días, cuando parezca menos agobiada…
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Cuando no tienes experiencia laboral previa, un primer trabajo siempre es un reto. De algún modo, todos salimos adelante, sí… aunque, en perspectiva, y unos años después, seguro que pensamos “ojalá alguien me hubiera explicado entonces lo que tenía que hacer”. En especial, cómo afrontar esos primeros días: ¿hay que ser proactivo o mejor reactivo? ¿Hay claves para relacionarnos con los compañeros? ¿Y con el jefe?

En los tres ejemplos (reales) del comienzo, nadie dijo a esas personas -y tal vez su sentido común estaba en off en esos momentos- que mejor no llegar tarde un primer día; que hay que aprovechar las oportunidades de conocer a tus nuevos compañeros; y que tu jefa no es alguien intocable a la que no se puede molestar.

En eSemp, la Escuela Secot de Emprendedores, pensamos que éste podía ser un buen tema para desarrollar, y lo planteamos en una sesión sobre cómo afrontar los primeros días en un nuevo trabajo cuando no tienes experiencia o ésta es baja (puedes conocer más sobre eSemp aquí https://esemp.secot.org).

Como resumen, aquí van algunas sugerencias que pueden servirte si estás comenzando a trabajar -y si no, tal vez recuerdes tus inicios, cuando empezabas en el mundo laboral:
Tu primer día de trabajo comienza ayer: piensa cómo vas a llegar al trabajo y asegúrate de ser puntual. Repasa la información que tienes sobre tu puesto y sus requerimientos y los últimos “titulares” o información sobre la empresa; anota tus dudas para aclararlas en los próximos días. Descansa bien la noche anterior.

Actitud y ética se van a ver más que tu aptitud (que será reducida, porque estás comenzando): así que mejor sé proactivo, no reactivo. Sé positivo y aporta ideas y propuestas. Aprovecha las oportunidades (de hacer un esfuerzo extra, de acabar antes de plazo un trabajo, de formular buenas preguntas en una reunión…). Esto ahora es casi más importante que todo lo que sabes de minería de datos o de marketing digital. Que, por supuesto -lo que quiera que sea tu trabajo- debes hacer muy bien.

Cuida las relaciones: aunque pienses que tu trabajo es muy técnico y relacionarte no es tan importante, no es cierto. No hay trabajo en el que, antes o después, no necesites a la gente que trabaja contigo. Cuídales, recuerda sus nombres, sonríeles, ayúdales. Y no sólo a la gente de la empresa: ahí fuera están los clientes, los proveedores…

Gestiona al jefe: es tu relación más importante. La gente deja más un trabajo por su jefe que por cualquier otra razón. Tu jefe no es tu niñera, pero es quien debe orientarte y explicarte en estos primeros días. No temas buscarle y preguntarle. Pídele feedback y guía.

Alguien me dio un buen consejo una vez: “ponte en los zapatos de tu jefe, aprende a pensar como él, ayúdale”. Otro más: siempre que lleves un problema a tu jefe, llévale también qué solución se te ocurre. Y el último: si no se lo cuentas, si no se lo “vendes”, no existe: dile lo que haces, tus ideas, tus propuestas. No esperes que las sepa por ósmosis.

Busca el feedback: el feedback siempre es un regalo, y más los primeros días. Pídelo si no te lo dan -y no sólo de tu jefe. La gente, en general, te lo dará, porque quiere ayudar. Buscar esta retroalimentación habla también muy bien de ti y tu inquietud positiva por progresar, además de ser una palanca de primera para mejorar tu desempeño.

Disfruta el momento: es fácil estresarse en un primer trabajo... pero desdramatiza. Relativiza. Te equivocarás, rectifica. Seguro que estás aprendiendo un montón (a veces lo que hay que hacer, otras lo que no hay que hacer). No seas muy duro contigo mismo: estás comenzando. Lo que no significa relajarse: seguro que hay un período de prueba que hay que superar haciendo bien estas cosas que hemos compartido.

Una reflexión final. Buena parte de todo lo anterior no son sólo sugerencias para un primer trabajo. Enseguida verás que sirven siempre. Porque siempre es bueno cuidar a las personas, gestionar a tu jefe o una actitud proactiva.

Lo dicho antes: si eres alguien comenzando en el mundo profesional, espero que estas propuestas te sirvan. Y si eres alguien ya fogueado, espero haber coincidido con tu propia experiencia después de todos tus años trabajados.

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