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Dolor por la imagen que ilusionó a Frailes

Por Fran Cano - Enero 27, 2017
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La presidenta de la Cofradía de la Virgen de la Cabeza de Frailes, Pilar Lebrón, y el anterior sacerdote del pueblo, Juan Carlos Córdoba, lamentan la pérdida sentimental

La historia que une a la desaparecida talla de la Virgen de la Cabeza con Frailes resurge ahora, con la pérdida, más sentimental que económica. La vecindad de San Antonio, el barrio del hurto, lamenta lo sucedido, y se encomienda al arrepentimiento de quien (o quienes) robó. Cuestión de fe.

Pilar Lebrón Álvarez, presidenta de la Cofradía de la Virgen de la Cabeza, trabajaba ayer en la recolecta de la aceituna. "No me lo creía. Nosotros le pusimos la talla a la corona, y el resto de adornos. Yo tenía puesta fe en ella. Hoy estoy mal...". A Pilar se le quiebra la voz. Porque la pérdida apela al corazón; no a la cartera.

RELATO

Juan Carlos Córdoba fue párroco de Frailes desde 2011 hasta septiembre de 2016. Ayer lo llamó su relevo en la villa de la Sierra Sur, Miguel Ángel Soto. "Me lo contó. Es lamentable. ¿Qué fruto puede sacar alguien de las imágenes religiosas? No tenían artísticamente un gran valor", señala a LaContracrónica.

Córdoba motivó a la comunidad católica de San Antonio y del resto de Frailes con una propuesta: lograr una réplica de la talla homónima de Andújar. Los fieles y la cofradía se volcaron con la idea. Hubo esfuerzos económicos, con recolectas y trabajos esporádicos. Y pudo ser, pocos años después de la llegada de Córdoba, gracias a la sintonía entre el párroco y los creyentes: la ermita de San Antonio recibió a la Virgen de la Cabeza. "Todo el trabajo que hicimos se ha ido", lamenta el sacristán Antonio del Moral.

 El sacristán frailero, Antonio del Moral, junto la imagen de la Virgen de la Cabeza, robada ayer por la mañana, en una imagen de hace años.
El sacristán frailero, Antonio del Moral, junto la imagen de la Virgen de la Cabeza, robada ayer por la mañana, en una imagen de hace años.

OBRA

La imagen hurtada está hecha de barro cocido, obra de los imagineros iliturgitanos Expósito Cortés. "A la gente le encantó", recuerda Córdoba.

La Romería Chica fue, durante años, la expresión espiritual de los más pequeños en el pueblo. El recorrido ligaba la Parroquia Santa Lucía Mártir con la ermita.

¿Qué pasará a partir de ahora? "No sabemos qué vamos a hacer. He pensado: '¿No le tocará el corazón a quien lo ha hecho para que nos la devuelva?'", se pregunta Pilar Lebrón.

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