Kiko, tu cara me suena

El actor y modelo linarense está decidido a desplegar una vida de famoso; todavía puede ser el ganador del concurso Supervivientes

Lo admito: esta contracrónica podía haber salido antes. Porque yo conocía a Kiko. Hablé con él hace como un año. Primero lo seguí en Twitter, luego le mandé un mensaje, él me contestó y accedió a pasarme su teléfono. Lo llamé. Yo quería que me contara cuanto supiera de una ficción que Torbe, entonces entre rejas, había grabado en Linares. Kiko es actor linarense. No quiso hablar más de la cuenta, de modo que me pasó el contacto de la gente que propició aquella serie de humor absurdo. Y no volví a saber más de Kiko.

Un año después, Kiko anda en plena farándula: ha sido tronista, que es el balón de oro de los nuevos Adonis; sale con la hija de una leyenda de la canción y está en una isla, con opciones de ganar Supervivientes. Lo más saludable es no contarles qué hecho yo en un año; nunca comparen.

Cuánto le ha cambiado el panorama a un joven de cuya vida privada ya se empieza a hablar en los platós de la televisión rosa. Supongo que él sabía a qué puerta llamaba cuando decidió participar en el reality de Telecinco. Que hablen de uno se puede llevar más o menos bien; que chismorreen de tu familia es bastante asqueroso. Kiko aún no lo sabe —hasta hace poco pasaba las horas en la Casa del Árbol de la isla— pero cada vez hay más datos de su vida a golpe de búsqueda de Google.

¿Qué hará tras Supervivientes? Ya ha entrado por su pie en un circuito del que puede salir muy bien o muy mal, y no me refiero al dinero. La plata es la constante. Así que cuando acabe el concurso, lo llamaré y tendré que preguntárselo: y ahora qué, estimado.