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CÓMO LEVANTAR UN BARRIO HUNDIDO

Por Fran Cano - Febrero 15, 2017
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Gema Chiachío —32 años, jiennense, trabajadora social— vuelve a un lugar que conoce: el Polígono de El Valle. El motivo de su regreso se repite. Como en 2012: debe hacer un estudio semestral que diagnostique las necesidades de las familias en exclusión social. Vuelve a 'Passo' y a un barrio que se hunde atado a un dato: 70 por ciento de paro. ¿Cómo ser útil en un contexto así? La Consejería de Igualdad y Políticas Sociales de la Junta creó un programa de apoyo para la zona. Chiachío es, de nuevo, uno de los rostros de la asistencia social.

Es 2 de febrero. LaContracrónica visita la sede de la Asociación de Vecinos Passo. Es una tarde tranquila, y dentro del inmueble con fachada verdiblanca hay un grupo de seis mujeres que bailan zumba en una sala. Están al final del pasillo. Junto a la sala hay una doble puerta. No es un criterio estético. Da acceso a una habitación con mesas, sillas y seis ordenadores. Ahí trabaja también Chiachío. Se encarga de hacer lo que antes desempeñaba el desaparecido centro Guadalinfo: alfabetizar a gente del barrio en la cosa digital.

Martes, de 10:00 a 13:00, y de 18:00 a 19:00 horas. Pedir una cita en el SEPE; entender qué es Infojobs; hacer el certificado digital. Buscar trabajo, a fin de cuentas.

Los miércoles toca procesadores de texto.

—Hablamos de gente que no ha cogido un ratón en su vida. Hay que ir despacio. No puedo enseñar a dos personas por ordenador, porque sería aún más delicado. Me ayuda un usuario de la Olla Comunitaria —cuenta la trabajadora social.

 Los datos que maneja la asociación y la trabajadora social.
Los datos que maneja la asociación y la trabajadora social.

ESTRUCTURA PÚBLICA DE SUSTENTO

María Rodríguez coordina la Olla Comunitaria, un programa de la Consejería de Igualdad y Políticas Sociales que atiende ahora a 40 familias del barrio. La mayoría tiene hijos. Los usuarios cocinan los martes y los jueves para comer. También aprenden habilidades y competencias sociales. El proyecto está respaldado por la Fundación don Bosco, 'Passo', Cáritas y los centros de servicios sociales municipales: el del propio Polígono de El Valle, el del Bulevar y el de Peñamefécit. "Tenemos la subvención asegurada hasta abril. Después puede prorrogarse. Llevamos tres años consecutivos ampliándola hasta junio", explica Rodríguez por teléfono a LaContracrónica. ¿Puede una familia repetir? "Sí, aunque este año son casi todas nuevas. Y tenemos más peticiones para ingresar de otros ciudadanos que viven en Expansión Norte y en Peñamefécit", señala.

En 'La Olla' ingresan personas en riesgo de exclusión social. Padres de familias que son parados de larga duración. Deben cumplir compromisos y requisitos para permanecer en el proyecto. Buena parte de ellos reciben clases de Gema Chiachío. Son los que poco a poco descubren qué es internet y las posibilidades que ofrece. Se puede afinar más en el perfil del alumno: hombre de más de 40 años, sin más formación que un oficio de toda la vida que hoy —hoy es muchos años— no se traduce en una nómina.

La mesa de Chiachío casi linda con la de Mario Liébanas Johnson, presidente de 'Passo', en la sede de la asociación. Compartirán despacho hasta que ella acabe el informe de las necesidades. Chiachío está, por raro que suene, en el umbral del comienzo.

—Tengo que contactar con las entidades y las administraciones. Cáritas me dará un informe del año pasado. También hablaré con Cruz Roja y con Servicios Sociales del Ayuntamiento. Y con otras entidades.

Hay entidades más transparentes que otras a la hora de difundir datos sobre El Valle. Chiachío ya lo ha comprobado.

La trabajadora social saldrá a la calle a partir del 15 de febrero. Tendrá que entrevistar a 288 vecinos del polígono de El Valle. Es el camino para lograr representatividad en el muestreo. Tres estudiantes de Trabajo Social de la UJA participarán en los cuestionarios a ras de asfalto.

—Son preguntas que abarcan desde la vida privada hasta la situación socioeconómica. Evitaremos centrarnos en un colectivo concreto para que el estudio no se contamine —explica ella.

 Mario Liébanas Johnson y Gema Chiachío trabajan juntos en la sede de 'Passo'.
Mario Liébanas Johnson y Gema Chiachío trabajan juntos en la sede de 'Passo'.

OBRA PARA LOS QUE CAYERON CON LA CONSTRUCCIÓN

Mario Liébanas Johnson se ha reunido esta semana con el delegado de Fomento y Vivienda, Rafael Valdivielso. El motivo del encuentro fue el Plan ARRU, Ayudas a la Regeneración y Reurbanización Urbanas. 'Passo' esperaba que se arreglaran nueve plazas en torno al Paseo Virgen del Rocío. Esperaba también que en esas construcciones se incluyera un 10 por ciento de mano de obra del barrio. No podrá ser ahí: las plazoletas son de uso privativo, propiedad de los residentes en los bloques. "Hay un asunto urbanístico que se arrastra desde que el Polígono de El Valle se constituyó como tal: ciertas zonas comunes se declararon de uso privativo", explica Rafael Valdivielso a LaContracrónica.

La cuestión, recogida en esos términos en el propio PGOU de la capital, es curiosa: esos espacios 'privados' viven las escenas de cualquier plaza o parque: mayores que pasean; un presidente vecinal mostrando el deterioro del asfaltado a periodistas; una pareja de jóvenes que se besa en un banco. Todo esa cotidianidad está enmarcada en un contexto 'privativo'. "Es alucinante, sí. Porque viene de un 'tiempo inmemorial'. Incluso el Ayuntamiento podría negarse a limpiar esos lugares", abunda el delegado de Fomento. Los fondos Feder establecen limitaciones para invertir. No es posible destinarlos a áreas privadas.

'Passo', con la ayuda de Valdivielso, trabaja en la redacción de un informe para que el dinero recibido —unos 50.000 euros por plaza— "se quede en el barrio". La inversión irá a parar a otras zonas —públicas, claro— que precisan mejoras. Cada adjudicación de obras propiciará que los parados del polígono manden sus currículos. Y a esperar que la empresa admita ese 10 por ciento de obreros de El Valle. "Tienen que ser contratados", dice Liébanas Johnson.

VOCES DE AYER VIGENTES HOY

"Yo creo que se podría conseguir algo más que el 10 por ciento. En proyectos andaluces similares, hay una contratación de gente del barrio que alcanza el 30 y hasta el 40 por ciento". Habla Francisco Gutiérrez, de 42 años, presidente de la Asociación de Parados del Polígono de El Valle. Representa a cerca de una treintena de socios. Dejó 'La Olla Comunitaria' en julio del año pasado. "Así comen otras familias", cuenta.

Gutiérrez, en el cargo desde hace un año, trabaja limpiando un colegio. Es temporal. Él era albañil y conductor. En marzo volverá al paro. "Lo que intento es hacer movilizaciones para que los desocupados no se refugien en sus casas. Es muy duro. Procuramos que la gente no piense", explica. "Nos han pegado una guantada con la mano abierta", añade medio en broma.

¿Quién arregla esto? ¿Cómo recuperan la autonomía siete de cada 10 vecinos de El Valle? "Hay que generar empleo. Así, al menos una persona de cada matrimonio parado tendría un sueldo digno. Depende de los empresarios y de las administraciones", asegura Gutiérrez.

"Lógicamente, la iniciativa privada siempre buscará beneficios. Puede que logre un crecimiento del empleo, pero el impacto en la sociedad no se notará tanto", reflexiona José Ignacio Gámez. Fue presidente de 'Passo' en dos momentos con las tasas de desempleo disparadas: el arranque de la década de los años 80 y 2015, aún con la crisis. "El Estado debe generar un ámbito normativo para cubrir las necesidades de las personas. Coordinado con las empresas privadas, pero dirigido por el Estado", apunta. "El problema es que las administraciones se dejan llevar por quien tiene el dinero", tercia Gutiérrez. "Iniciativa privada y administración pública deben ir de la mano, junto a las asociaciones y a la Universidad, como en el caso del estudio de la trabajadora social", conviene Valdivielso.

Alguien —o todos— debe intervenir. Gema Chiachío está manos a la obra. Y esto último es lo que más necesita el barrio.

 El barrio precisa empleo para revertir su situación.
El barrio precisa empleo para revertir su situación.

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