Los mandalas de 'La Vida'
La artista jiennense Marina Torres, Irydart, expone sus coloridas y surrealistas creaciones en el remozado Café La Vida de la capital
En el recién inaugurado Café La Vida, un lugar de encuentros cafeteros y culturales con un aire bohemio, de café de tertulia, se juntan la pasión y el trabajo de Marina Torres. Aquí es camarera y ahora, además, puede decirle a cada cliente que se queda embobado mirando los cuadros que decoran las paredes del lugar que son suyos. Porque esta artista autodidacta, que descubrí su 'don' para la pintura hace dos años, expone sus creaciones en la cafetería jiennense hasta finales de esta semana.
Entre los ocho cuadros que se encuentran colgados en las paredes de 'La Vida', puesto en marcha por Ana Belén Alcázar, destacan las formas geométricas y los colores. Muchos colores que se mezclan en un sinfín de líneas y dan como resultado el mandala. Una representación mística y simbólica del universo habitual en budismo y el hinduismo.
MANDALAS Y NATURALEZA
Esta simbología espiritual y el surrealismo son los ejes principales en torno a los que gira la obra pictórica de Torres: "Soy una persona muy sentimental y comencé a pintar mandalas para expresar los sentimientos que tenía dentro, pero siempre intento dar a mis obras un punto surrealista", explica la artista, para quien la naturaleza también es una inspiración constante: "Soy animalista y me gusta que mis ideas se vean reflejadas en mis cuadros, eso sí, siempre desde una mirada surrealista".
Pero si algo le inspira de la naturaleza es el daño que el ser humano aflige a esta, como expresa en su obra Desequilibrio en la naturaleza. En ella se puede ver a una loba de colores claros y realizada con diversas líneas geométricas, cuya mirada penetrante contrasta con el fondo negro de la obra y un mosaico de colores verdes: "Es el mal que le hacemos a la naturaleza", señala Torres.
UN DON RECIENTE
Así, una de sus obras más destacadas es Mi casa de muñecas, un trampantojo en el que se puede ver una calavera que encierra en su interior una casa de muñecas. Creaciones de una artista autodidacta, que en tan solo dos años ha conseguido dar que hablar en el movimiento cultural jiennense, con diversas exposiciones en distintos locales de la capital. "Siempre me había atraído pintar, y se me daba bien, pero cuando comencé con mi pareja, Keka's, descubrí que podía hacer muchas cosas con los pinceles".
Ahora que se adentra en el mundo del arte, Marina Torres se ha topado con la realidad jiennense: "Aquí es muy difícil hacerte un hueco, pero sí es cierto que cada vez somos más los artistas y amantes del arte que estamos haciendo cosas para que haya un gran movimiento cultural en Jaén y el arte sea un atractivo para los jiennenses". Por eso, en la actualidad, su principal punto de venta es su página de Facebook: "He vendido obras por internet, pero siempre fuera de Jaén", explica Torres, quien también ha colgado en las paredes de 'La Vida' su última obra La Llegada, un cuadro con técnica mixta en el que se ve a una mujer en mitad de un paisaje. "El surrealismo lo pone una nave, un ovni, inspirada en la cultura Maya".
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