Nova revuela a la telenovela hormonal

La reposición de Pasión de Gavilanes 15 años después de su estreno arrasa con 480.000 espectadores

Han vuelto. En una cadena menor, como Nova, pero vaya que sí han vuelto: Pasión de gavilanes arrasa desde que se reestreno a comienzos de junio. El dato del jueves pasado señala que más de 480.000 espectadores estuvieron pendientes de las vicisitudes de los hermanos Reyes y las Elizondo. Quince años después del estreno y a sabiendas de que el guión sigue perenne. Una locura. La telenovela ya arrasó en España cuando la emitió Antena 3. Fue tal el disparate de share que acumuló cada tarde que la cadena estiró y estiró la serie con una fórmula que no he vuelto a ver: el capítulo en sí duraba menos que el previously y que el avance del episodio siguiente. Ocurrió en el final, cuando el protagonismo de la ficción recayó en una selva pantanosa, escenario del desenlace. La selva, como la serie, no acababa nunca. Quince años atrás, el fenómeno de los gavilanes fue importante en nuestro país. Y en nuestros pueblos. Aquel verano uno salía a las ferias y daba igual el chiringuito o la discoteca; la cumbia estaba esperando. Los sombreritos de ellos y de ellas también llegaron a las fiestas locales. Con los cuerpos la cosa estaba más complicada. Michel Brown (Franco) explicó entonces el éxito de la ficción en los platós españoles: —Es la novela hormonal —dijo. ¿Cuál no lo es? Lo cierto es que en Pasión de Gavilanes cada personaje tiene un circuito de amores en su entorno, tanto da si es o no protagonista. Quizá Brown estaba en lo cierto, y las hormonas siguen ahí, en este año tan de reencuentros televisivos. Yo a la telenovela le encuentro fallos garrafales. Como cuando los personajes anuncian lo que va a pasar. O cuando verbalizan ideas que hasta el espectador más sencillo sabe que se dan por hechas. Las telenovelas son así. Me divierten los acentos, la búsqueda de un español neutro, de aeropuerto, en un elenco de colombianos, argentinos y mexicanos. Incluí en mi verbo eso de las pelotas del marrano o moscos en leche. Mario Cimarro (Juan) y otros actores alentaron en Twitter el tirón que aún tiene la historia en España. Ahora, la novela ocupa el doble del espacio por las tardes que cuando fue reestrenada en junio. El aniversario funciona. Nova sopla las velas feliz de la vida.