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El sueño sobre una moto de una familia trabajadora

El sueño sobre una moto de una familia trabajadora
Jorge Alcaide, en una competición.

El joven de Orcera Jorge Alcaide ha colocado su nombre entre los mejores pilotos de motocross gracias a su técnica y el esfuerzo diario de sus padres por hacer realidad los anhelos de su hijo

La humildad es un tesoro del que emanan fuerzas como la ilusión y el trabajo, capaces de superar al dinero en casi cualquier ámbito de la vida. También en el mundo del motor, un universo abierto a todos pero más hermético para familias de alto poder adquisitivo que pueden permitirse costear todo lo que conlleva ser piloto. Si no hay dinero, no hay igualdad de condiciones en un deporte en el que la técnica y el buen manejo de la moto no bastan, hay que cambiar ruedas, piñones, los frenos… Y todo vale dinero. Mucho dinero.

Como la mayoría de las cosas en la vida, aunque a otras, como la fuerza de voluntad y el espíritu de superación no se puede llegar con un fajo de billetes, sino con educación en valores y respeto por uno mismo. Así lo entienden el jovencísimo piloto de motocross Jorge Alcaide Utrera y su familia. Un autentico equipo que ha logrado que los sueños de un chiquillo a bordo de una moto se conviertan poco a poco en realidad a base de esfuerzo y lucha diaria de todos: él entrena, su padre y su madre, trabajadores natos, se lo curran para que cada semana la moto esté a punto y sus dos hermanos pequeños jalean sin cesar el nombre de su hermano cuando suena por los altavoces durante las competiciones, a las que en muchas ocasiones les acompaña el tricampeón del mundo de Freestyle, Maikel Melero.

 Jorge posa con su moto.
Jorge posa con su moto.

LA MOTO DE 85

Jorge Alcaide, su padre, es panadero. Su madre, Isabel Utrera, trabaja en el Ayuntamiento de Orcera, desde donde el mayor de sus hijos, de solo 12 años, se duerme mientras piensa en motocross. Mientras sueña con ganar. Y sus padres lo hacen con que sean una realidad todos los anhelos de su hijo. “El mundo del motor es para familias con un alto poder adquisitivo y nosotros somos una familia trabajadora de clase media. Somos una familia normal y corriente cuyo hijo quiere ser piloto”, señala Utrera mientras le pregunta a su marido cuanto les puede costar llegar a cada carrera. “Dice que unos 250-300 euros por carrera, porque hay que pagar la inscripción, que generalmente es barata, pero también hay que cambiar ruedas, piñones…. Y eso, para una familia como nosotros, se nota”, explica Isabel.

“Pero es una inversión que hacemos con orgullo y mucha ilusión, porque ‘Jorgete’ vale. Y a él le encanta este deporte”, recalca.

Ahora Jorge tiene una moto de 5.000 euros. La segunda propia que maneja el joven piloto de MX85, que tuvo que codearse con los más grandes desde que comenzó en el mundo de motor. Sus padres le compraron una moto de 85 cuando el apenas tenía 9 años cuando le correspondía una de 65. Todo, por "falta de dinero". "Jorge ha competido hasta este año en una categoría que no le correspondía, pero es que este deporte es muy caro y nosotros podemos costearnos una moto y gracias; hay compañeros de mi hijo que llevan dos motos sin ningún problema", explica la madre del piloto, quien se apena de que hace tan solo unas semanas su hijo no pudiese competir en el Campeonato de España de Motocross. "Ahí ya no hemos podido llegar, pero llegaremos", sentencia.

SUPERACIÓN

 El piloto, su padre y patrocinadores.
El piloto, su padre y patrocinadores.

Y es que, aunque el joven piloto jiennense ya "ha acogido un ritmo que va muy bien", él compite con niños que sí pueden correr tranquilamente el Campeonato de España. "En las curvas, genial, Jorge les gana, pero sus motos de millones, preparadas, se notan mucho en las rectas", apunta Utrera, quien afirma orgullosa que su hijo nunca da un paso atrás por las cuestiones económicas; se alegra, se divierte y solo piensa en ganar con lo que tiene, aunque en motocross solo hay "cuatro o cinco" familias del nivel económico del piloto de Orcera.

Pero ningún impedimento es suficiente para para Jorge. Ni haberse caído en su primera temporada, lo que le provocó romperse los dos brazos. Porque su respuesta fue: “Mamá, papá, ya se cómo no tengo que romperme los brazos cuando me caiga”. No hay miedo, no hay complejo, solo superación y la ilusión de un chiquillo que ya ha ganado el Interprovincial Granada-Jaén y se haya subido al podio campeonato de Córdoba, uno de los de mayor prestigio en el mundo del motocross.

Cualidades de las que el piloto catalán Marc Márquez y todo su equipo fueron testigos hace dos años, cuando Jorge padre y un amigo se envalentonaron y enviaron un vídeo del piloto de Orcera a un concurso para formar parte del campus de Márquez. Entre los cientos de pilotos de todo el mundo que se presentaron a la prueba, Jorge salió elegido. “Todos los expertos del mundo del motor que nos han dicho algo sobre nuestro hijo siempre coinciden en que tiene mucha técnica”. Y la dejó patente sobre el circuito catalán de Lérida, en Rufea.

PAN Y MOTOR

Y cada semana también se exhibe en el circuito de Torres de Albanchez, a donde acude dos veces por semana con su padre para entrenar. Llegan en una furgoneta que la familia adquirió hace un tiempo para poder transponer todos a cada carrera de Jorge. Cuando toca competición o entreno, Jorge, el padre, con su horario de panadero, que trabaja de noche y duerme de día, sale directo de las masas a la furgoneta, se suben todos, y la moto, y parten al destino que toque.

 El joven piloto de Orcera, con las azafatas.
El joven piloto de Orcera, con las azafatas.

Una vez allí, padre e hijo van juntos a todos lados, mientras la madre espera en la furgoneta. “Me da mucho miedo cuando corre, porque es un deporte peligroso, pero conforme voy oyendo su nombre por los altavoces me voy quedando más tranquila y cuando termina la carrera ya salgo de la furgoneta”, explica Utrera. Los dos menores de la casa solo animan a su hermano.

Y Jorge solo piensa en ganar sobre la moto, en curvas, rectas y en el podio. Algo que puede hacer gracias a los patrocinadores que le ayudan en la puesta a punto de la moto y en sus desplazamientos, como Autocares Molinero, Pádel Paciano, Mundomoto, Padel Point La Nucia, Talleres Anvi, Talleres Sánchez Niño. Una colaboración muy agradecida por toda la familia que ve como su retoño vuela a lomos de una moto de motocross, aunque él ya quiere dar el salto a la carretera, pero los costes no se pueden asumir. Por ahora, porque si algo tienen claro estos padres es que su hijo tiene un sueño para el que vale y por ellos no va a quedar que lo cumpla. Por él tampoco.

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