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Fallece Palomo Linares, un símbolo de la tauromaquia

Por Javier Esturillo - Abril 24, 2017
Fallece Palomo Linares, un símbolo de la tauromaquia
Sebastián Palomo Linares, en la inauguración de una exposición.

El torero linarense muere a los 69 años tras someterse a una operación a corazón abierto que, posteriormente, se complicó con un derrame cerebral

Linares llora la muerte de uno de sus hijos predilectos. Palomo Linares ha fallecido este lunes a los 69 años en el Hospital Gregorio Marañón de Madrid, a consecuencia de un derrame cerebral, según confirman familiares, amigos personales y fuentes municipales, consultadas por este periódico. El matador de toros retirado se encontraba ingresado, desde el pasado viernes, en el centro sanitario, donde fue intervenido a corazón abierto y fue sometido a un doble bypass, con sustitución de la válvula mitral y la reparación de la válvula tricúspide. Críticos taurinos del prestigio de Miguel Ángel Moncholi rubrican la información que este medio ha mantenido desde primeras horas de la tarde.

Desde el pasado sábado, Palomo Linares estaba sedado y con ventilación mecánica después de haber sido sometido a un doble bypass aortocoronario. Con un pronóstico "reservado", el hospital destacaba en el último parte que la operación había transcurrido "sin incidencias". Su cuerpo será trasladado en las próximas horas al tanatorio de Tres Cantos. Allí tendrá lugar este martes las honras fúnebres.

BIOGRAFÍA DE UN GRAN MAESTRO

Palomo Linares tomó la alternativa en Valladolid (1966) de manos de Jaime Ostos. Se retiró en 1982, aunque reapareció fugazmente entre 1984 y 1985. Su toreo se distinguió especialmente por su arrojo y por su espectacularidad. Tras actuar por primera vez con traje de luces al participar, en 1964, en una de las llamadas “corridas de la oportunidad” organizadas en la plaza de Vista Alegre (Carabanchel, Madrid), debutó al año siguiente en una novillada con picadores celebrada en Ondara (Alicante). El mismo año en que tomó la alternativa toreó en cuarenta y nueve corridas y emprendió su primera campaña americana.

Por su toreo fundamentado en el coraje, Palomo Linares ha sido considerado un diestro de raza, capaz de crecerse ante las dificultades, pero que no ha cuidado la depuración artística en la interpretación de las distintas suertes de la lidia. Se encerró en numerosas ocasiones como único espada. Compartió cartel a menudo con Manuel Benítez, el Cordobés, con el que protagonizó, además, la que se dio en llamar “campaña de los guerrilleros”, en 1969, en la que se comprometieron a actuar juntos sin someterse a las exigencias de los grandes empresarios, y llegaron a torear de este modo sesenta y cinco tardes en plazas modestas.

 Concha Azuara, Palomo Linares y Eduardo Palomares, unos días antes del fallecimiento del torero. Foto: Facebook/Eduardo Palomares
Concha Azuara, Palomo Linares y Eduardo Palomares, unos días antes del fallecimiento del torero. Foto: Facebook/Eduardo Palomares

Después de no haber vestido el traje de luces durante las temporadas de 1982 y 1983 y de haberlo hecho en treinta y cinco ocasiones en 1984, el 7 de mayo de 1985 se despidió del toreo en Granada, ante José María Manzanares y Emilio Oliva, con toros de María del Carmen Camacho, aunque en 1993 volvería momentáneamente a los ruedos. Dedicado desde entonces a la cría de reses en su finca de Aranjuez, cultivó asimismo la pintura (con predilección por la abstracción y los temas taurinos) y realizó su primera exposición en 1988. En 1990 resultó gravemente herido en un accidente en el que murieron los demás ocupantes del vehículo. La vida del popular torero fue objeto de una película dirigida por Pedro Lazaga y protagonizada por él mismo: Nuevo en esta plaza (1966).

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