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Planeta Demos y el método de la mejora continua

Por Javier Esturillo - Septiembre 03, 2017
Planeta Demos y el método de la mejora continua
Actuación de Rufus T . Firefly en el Planeta Demos de Mengíbar.

La cita musical de Mengíbar ofrece actuaciones memorables para todos los públicos en un festival que ha sabido asimilar su tamaño y gestionar su crecimiento

El Planeta Demos es lo más parecido a un caramelo suizo: Sabe mejor cuanto más recuerdas su sabor. El festival de Mengíbar se ha convertido en una cita única y poliédrica dentro del calendario festivalero de la provincia. Ideal para extender toda una batería de tópicos que, año tras año, se repite, toque quien toque, suene bien o mal, exista o no un verdadero cabeza de cartel, se vaya a beber, a escuchar música, a ligar, a quejarse, o todo a la vez. Pero es especial, de eso no cabe la menor duda. Destila honestidad, lealtad y trabajo bien hecho. No es el más multitudinario, ni lo pretende, ni cuenta con los medios de otros eventos veraniegos y su público es de lo más heterogéneo: desde los invitados de una boda hasta la familia con toda la prole. Y eso es quizá lo que lo hace extraordinario.

 El Gran Oso Blanco, en un momento de su actuación en Planeta Demos. Foto: Javier Rosa/Planeta Demos
El Gran Oso Blanco, en un momento de su actuación en Planeta Demos. Foto: Javier Rosa/Planeta Demos

Esta combinación es más explosiva aún cuando encima del escenario te encuentras con auténticas bandas de rock, a las que le importa un bledo tocar ante uno, diez o miles de personas: Simplemente se dejan la piel y despliegan toda su fuerza para que el público salga satisfecho y dé por bien empleado el dinero (poco) que ha invertido en el festival. Todo el cartel de la edición de 2017 mereció la pena. Cada grupo a su manera. Pero si tuviéramos que dar el premio al mejor del Planeta Demos 2017 -en la modesta opinión de quien suscribe la crónica- ese fue, sin lugar a dudas, Rufus T. Firefly. Simple y llanamente, bestiales.

El torrente de energía que sacaron a relucir en la noche mengibareña fue espectacular. Diré que fue mucho más de lo que hubiera imaginado nunca. Rufus T. Firefly presentaron a base de latigazos de riff de guitarra las nuevas canciones de "Magnolia" y repasaron sus aclamados éxitos de discos anteriores. Su rock psicodélico agradó de lo lindo. Fue una grata sorpresa lo rotundo de su directo: Música de los 70 aderezada con ritmos pausados que suben conforme avanzan las canciones. Una delicia para cualquier paladar. Los de Aranjuez prometen dar mucho que hablar, al igual que Mechanismo. También estrenaban en Mengíbar LP: "The Forlorn Hope". Un álbum de melodías trabajadas y cuidadas en el que se dejan entrever las influencias de Morrissey, Travis, Keane o Glasvegas. Gustaron y mucho al público del Planeta Demos.

De los jiennenses El Gran Oso Blanco poco se puede decir, salvo que cada vez van a más. Su sonido es energético y revitalizante. Da gusto verlos encima del escenario, con la natural fuerza que acompaña a cada uno de sus directos y la generosidad a la hora de agradar a la gente. Todo a base de guitarrazos en un directo demoledor. Lo tienen todo para confirmarse como una de las mejores bandas del momento no solo de la provincia, sino del resto de Andalucía.

También dejaron un gran sabor de boca Dinero. Aportaron contundencia y equilibrio en un directo cautivador, en el que también presentaron los temas de su último disco, "Cero". No podemos olvidar en este breve y sentido recorrido a Arista Fiera, ganadores del concurso Más Demos, que llegaron desde su Málaga natal para mostrar su mezcla de dream-pop, psicodelia e indie. Destacar, por último, el taller de música Planetademos Kids, que tan buena acogida tuvo el año pasado, y que en esta edición ha crecido en participación, gracias en parte al sensacional trabajo de la organización y de Alberto Malalengua, con su particular manera de enseñar a unos renacuajos a amar la música.

 

 

 

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