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PSOE. El día p, la hora s

Por Juan Luis Sotés - Marzo 26, 2017
PSOE. El día p, la hora s
Sotés analiza el pulso de poderes en el PSOE nacional.

Hoy es el día. Hoy los cielos y la tierra me sonríen. Hoy brilla un sol nuevo sobre el río Betis, las campanas repican en la Macarena y el olor de azahar se extiende desde Triana por sí, para España y la Humanidad entera. Con la primavera nueva renace la ilusión, los sentimientos desbordan el pecho que atesora el corazón castellano: Andalucía, la Covadonga vestida de faralaes cuyas gestas habrán de proclamar un día no muy lejano los mismísimos Cantores de Hispalis.

Así ha sido dispuesto todo para que este 26 de marzo el reloj adelante una hora acelerando el glorioso futuro de la patria…

Una estrategia impecable, sin duda, como cualquier guionista reconocerá. La expectación multiplica al fin el efecto de aquello por lo que esperamos… salvo que apenas esperemos nada.

Todo comenzó, sin embargo, mucho antes. Tal vez en los tiempos en que Pedro fue enviado a preparar el camino a “aquella que ha de venir”. O el día en que cierta voz advirtió al propio Pedro que debería tener cuidado con los idus de octubre, y no lo tuvo. O quizá fuera (que todos los protagonistas de esta historia tienen su propio equipo de avezados guionistas) el día de la Gran Revelación Televisiva. Poco importa ya, porque la demanda de entretenimiento popular anda un tanto a la baja toda vez que el público parece haber perdido interés por Génova Connection con sus infinitas tramas que nunca se cierran, en plan Lost, y permanece en espera de una nueva temporada de Algo pasa con Podemos tras el potente 'cliffhanger' con el que se cerraba la temporada anterior. Así que no es tiempo ahora de miradas retrospectivas sino de ponerse al día con la acción en un nuevo escenario.

Para ello contamos de nuevo con Pedro y con Susana, amén de Patxi, un actor invitado con la tramposa intención tal vez de incluir un elemento que transmita la idea de equilibro aunque, paradójicamente, venga a introducir cierto desequilibrio en la narración. Centrémonos por tanto en Él y en Ella.

Sus respectivos relatos perfilan figuras heroicas. De un lado, la versión romántica del joven caudillo que es traicionado por el consejo de ancianos cuando estos ven amenazados los privilegios que les concede el colaboracionismo; condenado al destierro, el caudillo recorre los polvorientos caminos de su tierra reclutando a sencillos hombres y mujeres, representantes de todo un pueblo, con quienes recuperará el poder en defensa de sus valores y esencias ancestrales. Es el canto rebelde a la libertad, la vieja historia de David con la que tantas veces nos hemos emocionado ante un libro o una pantalla de cine.

Por otro lado, tenemos la versión mesiánica de la joven llamada a un compromiso más grande, en el que su individualidad queda diluida en aras de la misión histórica. Su pueblo anda perdido, presa del desánimo y de las luchas intestinas, pero ella ha probado ya su valía tras los muros de su propia aldea y ahora su misión es la de reunir a todas las tribus frente al poder establecido por la ocupación y pactar con él una pacífica coexistencia en espera de alcanzar el mismísimo trono imperial por la mera fuerza de los hechos. Ella es la heredera de los siglos, la única capaz de devolver a su pueblo la grandeza y el esplendor que ya viviera en los tiempos de Felipe I “El Grande”.

Los rostros de ambos se mecen al viento en oriflamas, sus nombres van de boca en boca entre sus partidarios, sus proclamas son sencillas pero efectivas: “Sí es sí”, “Más PSOE”.

No es tiempo ahora de entrar en enojosas cuestiones políticas. Primero la corona, el resto vendrá por añadidura. Saben que el apoyo popular no se alcanza a través de la espesura del pensamiento político sino gracias a una buena historia, un tejido simbólico de fácil lectura e interpretación, merced a una buena gestión de las emociones. La Orden de la Mercadotecnia custodia el grial. ¿Acaso nadie recuerda cómo una gris ministra de Educación denostada incluso por los suyos se alzó hasta la Cancillería británica gracias a un juego de palabras ideado por Saatchi & Saatchi, aquel “Labour isn’t working”?

Y así avanza a tientas la socialdemocracia, la hija bastarda de Marx y Lassalle, el pacto imposible del quiero y el puedo en los tiempos en que, según el millonario Warren Buffet, “existe una lucha de clases y la estamos ganando nosotros”. El relato épico es apenas un afeite demasiado llamativo en el rostro de una dama incapaz de ocultar el paso y el peso del tiempo. El pueblo en marcha, pero ¿hacia dónde? En el aire resuenan los versos de una canción escrita por el cantautor romano Claudio Lolli hace ahora cuarenta años: “El enemigo marcha siempre a tu cabeza / pero la cabeza del enemigo que marcha a tu cabeza, ¿dónde está? / (…) / La socialdemocracia es un monstruo sin cabeza”.

Buenos días y buena suerte a todo el mundo.

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