Verano sin agua en la tele

La parrilla ha olvidado formatos televisivos muy del verano, como el extinto Grand Prix, y apuesta con insistencia por concursos de talentos

TVE estudia recuperar el Grand Prix. No tengo claro si es una buena o mala noticia. Quizá convendría dejarlo donde estaba, en la memoria colectiva. O quizá el chute de nostalgia de TVE —el reencuentro e inminente regreso de OT y los especiales de Viaje al centro de la tele— culmine con el retorno de las vaquillas, y más de un pueblo de Jaén vea a tiro sus dos minutos de gloria. En tal caso, el Pacma está preparado: luchará por algo más que por bajar el share.

Lo cierto es que el verano anda en televisión sin mucha agua. Es como si las cadenas apostasen por la normalidad. Uno recuerda de estas fechas el aluvión de series que emitía la cadena pública: desde el desayuno hasta el mediodía desfilaban Los Rompecorazones y Dawson crece, Xena y Las gemelas de Sweet Valley. TVE está cubriendo el verano con Comando sol: una suerte de callejeros viajeros pero más centrado en las playas de España.

La fiebre de los concursos no para. Ahora está de cierta actualidad Me lo dices o me lo cantas, que es un híbrido entre Tú cara me suena y cualquiera de los cientos de formatos de humor competitivo que van y vienen de la oferta generalista. Éste en concreto no parece especialmente interesante: de pronto la idea es que el actor imite a un famoso no a la manera convencional, sino con baile y cante. Veremos el recorrido.

En Telecinco la vida sigue igual: el Deluxe se ramifica con tantas extensiones como la audiencia devora. Tras Supervivientes hay un vacío de telerrealidad que deberá ser corregido después de agosto. La ruleta sin fin de GH, GH VIP y demás.

Si regresa —y hay opciones de que así sea— el Grand Prix, Frailes, mi pueblo, debería volver. Caímos una vez y aún hay ganas de revancha.