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Walking on Jaén

Por Bernardo Munuera Montero - Julio 19, 2017
Walking on Jaén
Blumm le habla a concejal en su artículo 'Walking on Jaén'.

Hay un tipo de concejal que no sirve para el Ayuntamiento de Jaén porque Jaén es una ciudad cuyo protagonismo urbano lo tiene en cuesta. El tipo de concejal que necesita Jaén ha de saber que, para ser el mejor concejal del Ayuntamiento de Jaén, hay que subir y bajar muchas cuestas. La sabiduría de Jaén se esconde entre ellas. Solo si la recorres, pendiente de lo que sucede en sus cuestas, concejal, podrás afirmar que la paseas como se merece. El único trabajo que te pedimos es, pues, que te pasees por Jaén, concejal.

Si paseas por Jaén sirves como concejal para el Ayuntamiento de Jaén. A día de hoy, si nos fijamos, si nos dedicamos a perseguir concejales, la mayoría salta de sesión en sesión fotográfica para hacer su posado de barrio. Es como un veni vidi vici adaptado: llega, posa y sonríe para la foto con el barrio de escenario. Y así no, concejal. Eso se llama teatro. Así no se queman las calorías que tiene que perder por su ciudad, una ciudad que le ha elegido para que sude por ella y solo por ella. Así es imposible que adelgace, concejal, y así llevan ustedes —¡son veintisiete concejales!— dos o tres años “haciendo cosas” pero sin que se note. Jaén sigue sin su «más» reclamado. Qué gloriosa transformación urbana le espera a Jaén cuando nuestros concejales decidan pasearla.

Leía el otro día un libro. Yo leo libros siempre que puedo, concejal, incluso en la Alameda. Leía el otro día un libro, decía, de Francisco Umbral. Allí di con la idea para este artículo. El libro se titula Los Alucinados y contiene un centenar de originales semblanzas de los escritores españoles más representativos del siglo XX. Pues bien, hay un texto en ese libro dedicado a Unamuno, que era un hombre que paseaba: «Grande e higiénico paseante, don Miguel recorría con sus zapatones medio Madrid, siempre deprisa y hablando solo, tomando notas de lo que ve, y así hace ensayos y artículos sobre la capital, como el que dedica a un fuente fea y seca que hay en Hortaleza, esquina a lo que fuera el Teatro Martín, teatro de percantas y coristas donde, andando los siglos, estrenamos una pieza Cándido, Vicent y yo, con brillante fracaso de crítica y público».

¿Qué le parece, concejal? No hay nada más que agarrar unos zapatones. Paseen conmigo, que soy un grande e higiénico paseante. Sí, paseo esta ciudad. De vez en cuando tomo alguna fotografía y le susurro a Google lo bonita que es con sus cuestas y sus piedras. Ayer, en cambio, le escondí a Google una de la plaza san Bartolomé. Es un ejemplo. Cómo se nota que no hay concejal que la pasee. Ahora recuerdo que la acicalaron para Semana Santa gracias a que un vecino se puso a llorar, de rodillas, delante de un concejal: «Mire usté cómo está esto de hez y de orín, por favor, concejal, plantemos unas plantas y echemos un riego a ver qué tal». Y se plantó y se abrillantó la plaza pero pasaron tres meses y, lo que pasa, medio jardín seco y el olor, maloliente, concejal; no, los magnolios no están en flor.

En fin, cuando paseo por Jaén, como hacía Unamuno por Madrid, me aterra comprobar el déficit de sabios urbanos. No atisbo ni inteligencia en la gestión municipal ni abundancia de ingenio para conseguir hacer más, o casi todo, con nada o casi nada. Si nuestros concejales se obligasen, como rutina semanal, a pasear por los barrios con un cuaderno, apuntando las faltas y los churretes de las paredes, el número del teléfono móvil de quien estampa por toda la ciudad  y por todas las farolas carteles donde anuncian el alquiler del somier de su cama —es un ejemplo, es una idea y es una denuncia—, preguntando a los vecinos, saludando con un «hola, buenos días; hola, buenas tardes y hola, buenas noches, ¿qué hace falta aquí?» para después, con todo esos apuntes recogidos en la libreta, llevárselos a su mesa del Ayuntamiento para pensar, y gestionar, y sudar hasta encontrar una solución, ni lo dudes, ¡ese será nuestro concejal!

Pero bueno, mientras el Walking On Jaén se pone de moda entre nuestros concejales... no me lo vuelvas a preguntar: «¿El alcalde pasea?».

Blumm escribe todas las semanas en blumm.blog.

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