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No hay plan-ETA B: hacia una economía circular

Por José Sánchez López - Mayo 07, 2022
No hay plan-ETA B: hacia una economía circular
Imagen de recurso.

El título es una invitación a reflexionar y expresar una realidad, sobre los recursos, la situación de nuestro planeta, la necesidad de cambiar el sistema productivo y poner de manifiesto que es posible Emprender y modificar los modelos actuales de las empresas en activo, aprovechando las oportunidades de negocio, respetuosas y sostenibles con el medio ambiente, que son posibles y necesarias, sin perder de vista el fin último de la empresa: satisfacer necesidades de las personas y generar beneficios.

En casi todas las fases y actuaciones del ser humano, siempre se ha dicho que, si por algún motivo no surte efecto una acción, ponemos en marcha un PLAN B, pero en este caso y dada la situación actual, podemos decir que no existe un “PLAN-ETA B”. Sólo tenemos un planeta y tenemos que cuidar de él, puesto que, de momento, es el único que tenemos para vivir, tanto las generaciones actuales como las futuras.

Multitud de instituciones públicas y privadas, a nivel mundial, que iré citando algunas de ellas, a lo largo de este artículo, están poniendo de manifiesto la necesidad de cambiar el modelo productivo, tanto por el cambio climático, la escasez de recursos naturales y materiales, el aumento de la demanda, así como el crecimiento desmesurado en la generación de residuos y desechos. Tanto es así que hay numerosos estudios, publicaciones y políticas orientadas a establecer nuevos sistemas productivos, pasando de una economía lineal a una de reciclaje, que ha demostrado que no ha sido suficientemente efectiva, por lo que nos dirigimos hacia un nuevo concepto y modelo de negocio: Economía Circular.

Este nuevo concepto tiene como fin crear modelos de negocio, más sostenibles, que reduzcan el impacto medioambiental de su actividad, y que generen beneficios tanto para las personas como para las empresas, que piensen y actúen en “Circular”. En palabras de Andreas Fibig, Director Ejecutivo de IFF (International Flavors & Fragrances): Los investigadores lo dicen claramente. Un futuro basado en una economía de “tomar, hacer, deshacer”, simplemente no es viable. Las empresas que adoptan y establecen una línea base de su circularidad, están dando un paso excepcional hacia la creación activa de un futuro más sostenible para las personas y el planeta.

Desde el inicio de la revolución industrial, allá desde mediados del siglo XVIII, el sistema productivo de las empresas ha sido el de producir, sin tener en cuenta respeto alguno por el medio ambiente (utilización desmedida de recursos naturales y sistemas de producción muy contaminantes), con una cadena de extraer/tomar, producir, consumir y desechar, conocido como modelo de Economía Lineal.  

En los últimos 30 años se introdujo un nuevo concepto, la Economía del Reciclaje, fundamentada principalmente en la reutilización de las materias primas con un sistema productivo de extraer/tomar, producir, consumir, reciclar, producir, consumir y al final desechar. Este modelo también produce residuos, en bastante menor media que el lineal, pero se ha demostrado que NO es suficiente, si queremos conseguir la sostenibilidad del planeta y un futuro mejor para las próximas generaciones.

Del informe INDICADORES DE TRANSICIÓN CIRCULAR V1.0. Editado por el Consejo Empresarial Mundial para el Desarrollo Sostenible, encontramos la siguiente definición de lo que es Economía Circular:

La economía circular es un modelo económico regenerativo desde su diseño. La meta es conservar el valor de los recursos, productos, piezas y materiales circulantes, mediante la creación de un sistema con modelos de negocio innovadores que permitan una prolongada vida útil, y (re) utilización, renovabilidad, reacondicionamiento, remanufactura y reciclajes óptimos. Con la aplicación de estos principios, las organizaciones pueden colaborar para eliminar los residuos a partir del diseño, aumentar la productividad de los recursos y mantener el uso de los recursos dentro de los límites planetarios.

Para la Fundación Ellen MacArthur, pionera y referente a nivel mundial en el desarrollo e implantación de la Economía Circular, fija tres principios básicos en los que está basado este modelo de negocio:

- Diseñar para eliminar o reducir los residuos finales y la producción (el eco-diseño).

- Mantener los productos y materiales el máximo tiempo posible en uso.
- Regenerar los sistemas naturales.

Este concepto no es nuevo, ya que allá por los años 80 aparece en el libro de los economistas británicos David W. Pearce y Robert Kerry Turner (1989), sobre “Economics of Natural Resources and the Environment” (Economía de los Recursos Naturales y el Medio Ambiente). De hecho, el capítulo 2 del mismo, habla sobre la Economía Circular, y lo plantean como un modelo que se centra en el aprovechamiento de los recursos en uno o más procesos circulares, proponiendo aprovechar el residuo como un recurso para volver a producir.

Del informe Indicadores de Transición Circular V1.0, editado por el Consejo Empresarial Mundial para el Desarrollo Sostenible, citado con anterioridad, extraemos otras conclusiones, para cerrar esta primera parte sobre la importancia del cambio de paradigma al que tenemos que dirigirnos: “dónde algunos ven desechos, otros ven valor, oportunidad y un caso de negocio para utilizar los recursos el mayor tiempo posible”.

“Hoy en día, el mundo es circular en un 9 %.  No sólo está claro que esto no es sostenible, sino que también está creciendo la urgencia de alejarse del modelo económico de tomar, hacer, desechar. Si esta tendencia al desperdicio continúa, en 2030 necesitaremos más de 1,7 planetas, para satisfacer las necesidades de las personas, en recursos naturales del mundo, haciendo que el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), sea prácticamente imposible”.

“Los modelos de negocio lineales, pueden ser rentables en el corto plazo, pero con el paso del tiempo, expondrán a las empresas a riesgos operativos, legales, comerciales y de mercado. En el corazón del caso de negocio de la circularidad, se encuentra la oportunidad para que las empresas creen más valor siendo más inteligentes acerca de la forma en que usan los recursos. A través de los modelos de negocio circulares, las empresas pueden acelerar su crecimiento, mejorar su competitividad y mitigar sus riesgos”.

Cada vez es más necesario pensar y actuar en “circular”, desde el diseño de los productos para una correcta utilización de las materias primas y los productos finales. En Secot estamos preparados para acometer este “Cambio”, orientado a desarrollar un nuevo modelo en la Economía y en la Sociedad.

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