"Jaén es calidad a nivel personal y profesional"

Gema Pedrosa Lara (Jaén, 1984) es directora de Proyecto en Kayzen Emprende pero seguro que muchos de los lectores la tienen asociada a una faceta más artesanal. Junto a su hermano Javier, ha defendido un apellido de raíces panaderas. El obrador La Panadería apuesta por el pan artesano ecológico, por una pastelería que maride lo tradicional y lo sensacional haciendo un guiño especial a colectivos como son celiacos, veganos o intolerantes a ciertos alimentos. Y el resultado fue ganar la Miga de Oro. Pero quizás haya quien la conozca por su faceta de gerente de AJE, de la Asociación de Jóvenes Empresarios, de la que también fue presidenta. Descubrimos a un mujer que soñó con ser economista pero que acabó con las manos en la masa.

—¿Con qué soñaba ser de mayor?

—Lo tenía muy claro, quizás por haber mamado desde pequeña el ambiente empresarial en mi casa. Yo siempre he estado muy enfocada en el área de Economía y quería ser economista. Me fui a estudiar a Madrid y pese a que estaba totalmente desvinculada del negocio familiar, de forma progresiva fue llamándome la atención hasta que metí la cabeza del todo. 

—Habrá quién se pregunte cuál es su negocio familiar.

—Es el obrador La Panadería.

—De querer ser economista a acabar con las manos en la masa...

—Fui metiéndome poco a poco en el negocio. Empecé por la parte de fiscalidad y finanzas, que era mi área. Pero poco a poco me fui enamorando, sobre todo con el proyecto nuevo del obrador ecológico. Mi padre fue un amante de su oficio, muy apasionado, y eso nos lo ha transmitido. Fue el empujón para que decidiera dejar mi trabajo y formarme en pastelería hasta acabar con las manos en la masa.

—Además, se enfrentó al reto de incorporar novedades al sector como es el obrador ecológico.

—La verdad es que fue un reto que tardó en desarrollarse cuatro años. Nos costó encontrar un local que nos cuadrara, que nos gustara la ubicación y que tuviera las características técnicas que necesitaba el obrador. De todas formas, ya teníamos un bagaje en el ecológico y veíamos que era un sector de tendencia en el mercado. Así que decidimos tirarnos a la piscina, justo cuando acababa de ser madre. Ya no había compatibilidad posible y decidí dedicarme de lleno a La Panadería.

—¿Cómo se sintió cuando recibió la Miga de Oro?

—Fue alucinante. Fui con mi madre y mi hijo, como otros años, para ver si estábamos dentro de la ruta del buen pan de Andalucía. Pero no aspirábamos ni esperábamos que entre los buenos panaderos artesanos que hay en la comunidad nos lleváramos la Miga de Oro. Creo que se reconoció, también, el modelo de negocio distinto que tenemos, fusionando la parte de bollería artesana, con la de colectivos con dificultades por las intolerancias... Creo que fue un reconocimiento general, además de que el pan que presentamos estaba buenísimo.

—Entre medias, llegó a AJE, donde ya estaba de gerente, y fue elegida presidenta; cargo que ocupó ocho meses.

—Cuando me eligieron presidenta jugaba con la ventaja de que conocía bien los entresijos de AJE al haber sido gerente los años anteriores. Me hizo mucha ilusión que Miguel Ángel García pensara en mí para ocupar ese puesto. Pero una vez más, tuve que sopesar la parte personal y profesional y tomar una decisión que me llevó a dejar la presidencia. No sé si fue acertado haber cogido ese puesto pero los ocho meses que estuve se formó un equipo muy bueno, que de hecho sigue, y eso es lo que me llevo; me llevo a las personas.

—A algunos nos sorprendió, después, conocer su designación como directora de Proyecto de Kayzen Emprende.

—Creo que es de las decisiones más difíciles que he tomado. Ya no se trataba sólo de apartarme del obrador, sino sopesar mi puesto en la Asociación de Jóvenes Empresarios. Con Javier de la Casa vivimos un momento de magia. Nos juntamos y me explicó su proyecto. En ese momento yo estaba valorando mi estancia en la empresa y me planteaba tener un mayor crecimiento profesional. En un almuerzo con él, le comenté que estaba buscando nuevos horizontes y justo ellos estaban buscando ese perfil para la dirección de Kayzen. Creo que ha sido una decisión muy acertada y muy meditada.

—¿Cómo fue esa decisión en casa?

—Sigo llevando la parte financiera y fiscal, esa no me la quita nadie, pero ya no estoy con las manos en la masa. Lo echo de menos, la verdad, porque conectamos con el oficio de una manera muy especial, sobre todo por la pasión con la que mi padre nos transmitió. Es la mayor pena que tengo, no estar allí, pero con mi hermano hablo varias veces al día y no me desvinculó. Más ahora que estamos con perspectiva de ampliarlo.

—No sabía que se ampliaba.

—Sí. Vamos a ampliarnos al local que colinda al obrador para ampliar las instalaciones que dedicamos a las personas celiacas y con intolerancias. Además, tenemos una necesidad de crecer en espacio de almacenamiento y en capacidad productividad. Pero vamos a seguir en la misma línea de tradición y artesanía. Era necesaria esta inversión.

—¿Qué es Kayzen?

—En estos dos meses y poco que llevo, estoy en proceso de conocimiento, de análisis previo y conociendo a todos los compañeros y la labor que desempeñan en cada una de sus áreas. Kayzen es una escuela orientada a emprendimiento para personas que tienen una idea de negocio asentada. Cuando se acude a un programa se debe tener un trabajo previo realizado. Luego, nosotros aportamos valor con la línea de Kayzen Emprende. Por otro lado, tenemos la parte de Kayzen Learning que es una formación muy orientada a habilidades directivas. Nos hemos querido posicionar en ese sector de liderazgo y gestión de equipo. La tercera pata es Kayzen Think Tank que es variante para canalizar los eventos que realizamos y la gente se acerque a nosotros y nos conozca. 

—Es un modelo muy implantado en Norte América pero que quizás aquí no estemos tan acostumbrados, menos en Jaén. 

—Se trata de un proyecto en el que las barreras geográficas no importan y trabajamos con gente en Granada y estamos abriendo red de contactos en Málaga. Lo bueno que tiene Kayzen es que está en la nube, es digital, además de tener un online directo. Ahora también estamos intentando sacar nuevas líneas de negocio con las 17 personas que formamos el equipo. 

—¿Dónde se ve usted dentro de diez años?

—Yo me veo en Jaén. Me gusta y a pesar de haber estudiado fuera y estado en el extranjero yo me quedo aquí. Jaén es calidad a nivel personal y profesional. Ofrece una importante cercanía que te facilita conocer la red empresarial, tener tu familia y amigos cerca... Antes no lo valoraba, pero ahora sí. Con lo que dentro de diez años creo que seguiré aquí. Además, que mi negocio tiene que seguir diez, veinte, treinta y muchos más.

—¿Y a Jaén?

—En cuanto a la ciudad, creo que tiene mucho potencial y hay gente que tenemos ganas para trabajar en equipo. En Grupo Avanza tenemos buenas personas dispuestas a trabajar. Existen oportunidades en el mercado y debemos hacer que la gente joven lo vea, aunque tenga que irse una temporada fuera. Además, hay proyectos a nivel institucional y políticos que tienen horizonte positivo y confío en que la ciudad y la provincia siga creciendo. Tengo confianza en que van a tener un recorrido ascendente.