Abanicos de colores para lograr aulas climatizadas

Miembros de la Ampa del Colegio Alcalá Wenceslada aprovechan la manifestación ciudadana para reivindicar soluciones ante las altas temperaturas

Quizá no se vieron entre las, aproximadamente, 6.000 personas que acudieron a la manifestación de ‘Jaén Merece Más’. Pero estaban, sobrevolaban: más de 200 abanicos de colores portados por padres y madres de la Ampa Las Eras. Fue otra de las reivindicaciones a la clase política: climatizar las aulas. El colectivo del Colegio Alcalá Wenceslada, que sopesa dejar de llevar a sus hijos a clase, pide una solución.

Lucía Bailén, vocal de la asociación, explica a Lacontradejáen que si bien la ola de calor afecta a todos los centros, no todos tienen las mismas condiciones. “En la parte más antigua del nuestro, es horroroso porque da el sol. Y en la parte que da al patio de los alumnos más mayores necesitamos que se cierren las galerías para lograr eficiencia energética”, expresa. Añade que las ventanas no aíslan lo suficiente.

El ‘Alcalá Wenceslada’ cuenta con aire acondicionado en algunas aulas. “El problema es que no tiene potencia para refrescar. Por eso pedimos que se climaticen los colegios”, agrega.

EL VIRAJE DE LA NUEVA CONSEJERA

Sonia Gaya, la nueva consejera de Educación, parece que cambiará el criterio de su predecesora, Adelaida de la Calle, quien no terminaba de ver con buenos ojos la puesta de largo de aire acondicionado. Gaya, en cambio, está dispuesta a estudiar medidas que atemperen los efectos del calor.

El viraje en Educación alienta el discurso de asociaciones de padres como ‘Las Eras’. “No tenía sentido proponer que los niños pasasen a salas abiertas y ventiladas. ¿Y si directamente no las hay?”, interpela.

Bailén alerta de que los golpes de calor no se dan sólo a finales de curso. El año pasado ya sudaron en septiembre e incluso en octubre.

ALEGRÍA POR EL RESPALDO CIUDADANO

El guiño de los abanicos fue una de las notas coloridas de la manifestación organizada por ‘Jaén Merece Más’. Bailén quedó sorprendida por la afluencia. “Se me pusieron los pelos de punta. Y me llamó la atención la cantidad de gente mayor que salió a la calle, preocupada por el futuro de las generaciones. Quizá faltó más presencia de jóvenes”, concluye.