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Ainara, toda una "niña prodigio" de la pintura jiennense

Por Javier Cano - Septiembre 18, 2022
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Ainara, toda una "niña prodigio" de la pintura jiennense
Ainara posa con una de sus primeras obras, Manzana podrida. Foto: Javier Cano.

La pequeña de seis años de edad inauguró anoche su primera exposición, compuesta por veintidós obras en las que destaca su habilidad con el dibujo y el color

¿Qué tienen en común Durero, Rafael, Picasso o Diego Rivera y Ainara Martínez Carcelén, una jiennense de tan solo seis años de edad?

Pues que, como esos grandes maestros de la pintura, la pequeña artista da sus primeros pasos en el universo creativo cuando su vocecilla aún la delata como lo que es, un pizco maravilloso que no solo se atreve a dar rienda suelta a su imaginación sino, también, a exponer lo que puede ser el génesis de una gran trayectoria artística.

Ahí está Ainara, el futuro del arte, que anoche mismo vio la luz en la Galería Sin Nombre que dirige el pintor ubetense Manuel Poisón, considerado ya por la protagonista de este reportaje su auténtico maestro.

"Pintar es lo que más me gusta", y dentro de esa vocación que parece rezumar por sus purísimos ojos azules, "pintar gatos bebés", dice a Lacontradejaén en la que supone la primera intervención de su vida ante los medios.

Lo tiene claro no, lo siguiente: "De mayor quiero ser pintora", expresa con la rotundidad que le permite su suavísimo perfil, que a veces (cuando calla, mientras piensa su respuesta) adquiere el misterio de los retratos de Bronzino.

"Los Reyes me van a traer pinturas", asegura, ilusionada, esta 'niña prodigio' (en palabras de Poisón) que cuenta a día de hoy con veintitrés creaciones: las veintidós que muestra en la sala de la calle Maestra y una más que forma parte, ya, de la 'colección particular' de una de sus dos hermanas: "Tiene esos detalles, es muy cariñosa, muy noble; incluso algunos días trae gominolas y las reparte", afirma el pintor, encantado de la vida con su descubrimiento. 

"¡Si es que vende más que nosotros!". Por lo pronto, gran parte de Ainara, el futuro del arte ya tiene dueños, convencidos de la calidad de la pequeña, adelantados en eso de contar con una obra suya en las paredes de su casa. 

Cuadros que se cuaja con pinceles o con sus propios dedos, mezclando colores, en una suerte de traducción de su interioridad que toma cuerpo sobre el papel: 

"Cuando la conocí me llamó la atencion el hecho de que hay muchísimos pintores que pretenden reflejar lo que ella ha hecho y no lo consiguen, esa Manzana podrida, esa primera obra que ella me enseñó, me impactó tanto que supe que había algo en ella", expresa el galerista.

La conoce bien; no en vano, desde que pasó por la puerta a principios de este verano y se encandiló del ambiente de la galería, Ainara no falta a su cita con el arte, como explica Mari Ángeles Carcelén Fernández, la madre de la criatura:

"No tuve dudas, además coincidió que había una exposición ese día y uno de los cuadros le impresionó a la niña. Al día siguiente quiso pintar e hizo la Manzana podrida, quería entregarlo a los artistas, que lo vieran, regalárselo, y desde entonces no hemos dejado de venir, estas han sido sus vacaciones este año".

 Con su madre y su maestro, en pleno ambiente artístico. Foto: Javier Cano.
Con su madre y su maestro, en pleno ambiente artístico. Foto: Javier Cano.

Hace dos meses solo, sí, "mucho tiempo", según Ainara, que cruza por las instalaciones como Pedro por su casa, "las tardes con ellas son un torbellino de experiencias, lo mismo te baila que juega, da vueltas con la silla...", certifica Manuel Poisón en tanto la pequeña, que no pierde detalle, apostilla:

"No me gusta cuando se me cae la pintura". Claro, se le desbarata el boceto, pierde el hilo, se pone perdida y, además, hay que volver a empezar de cero. Menos mal que es pulcra a la hora de dejar todo como se lo encuentra, pinceles y demás en perfecto estado de revista, listos para la jornada siguiente: "Lo dejo todo muy bien, muy limpio", manifiesta. 

Vecinos del Jaén "de abajo", no les duelen prendas a la hora de cruzar la ciudad para pasar un buen rato en pleno casco antiguo, en ese cobijo creativo que han encontrado en el cruce de caminos que conforma el chaflán de Donato, a cuatro pasos de la galería. 

"Yo la voy a apoyar totalmente", dice su madre, encantada de la vida con que su Ainara tenga revolucionados a sus compis de pupitre con lo que hace, convertida ya en pintora con exposición abierta y todo.

La niñez es la etapa en que todos los hombres son creadores, escribió Juana de Ibarbourou, la gran poetisa uruguaya. Pero con sus seis primaveras 'a cuestas', la de Ainara Martínez Carcelén supera cualquier expectativa. 

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