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De Torredelcampo a Canadá con los libros bajo el brazo

Por Javier Cano - Febrero 05, 2023
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De Torredelcampo a Canadá con los libros bajo el brazo
La estudiante torrecampeña Alba Moreno Moral. Foto: IES Miguel Sánchez López.

Alba Moreno Moral, del IES Miguel Sánchez López, vivirá y comenzará el Bachillerato, el curso próximo, en un centro del segundo país más grande del mundo

A unos siete mil kilómetros de su Torredelcampo natal. Así pasará el próximo curso Alba Moreno Moral, que a sus solamente quince inviernos ha llenado de orgullo a su instituto de Secundaria al convertirse en su única representante en la última edición de las becas de la Fundación Amancio Ortega: "Es un honor para nuestro centro tener alumnos así", celebran desde el 'Miguel Sánchez López'.

Enamorada de los idiomas, la torrecampeña cumplirá, así, uno de sus más preciados deseos: "Desde pequeña he estado loca por irme a estudiar al extranjero, sobre todo a América o Canadá; más que nada porque me gusta mucho el inglés", explica a Lacontradejaén.

Asegura que había oído hablar del programa becario de la fundación, pero ni por asomo se imaginaba que estaría en la lista de elegidas: "Fue de un día para otro. Yo conocía estas becas pero nunca había pensado en echarlas, fue  cuando nos lo comentó nuestro tutor, y me dije '¡ahí que voy!".

Vaya que sí fue, pero de verdad. Cumplía todos los requisitos, tanto académicos como económicos, y superó con creces las pruebas y la entrevista (gran parte de todo ello en inglés), por mucho que, en un principio, ni ella mismo lo tuviese claro:

"Al principio creí que me había salido un pelín mal, pero por lo visto salió bastante bien; en la entrevista entré nerviosilla, y luego más porque los entrevistadores iban en serio, no te sonreían ni nada y pensabas que no había gustado, pero resulta que sí, que fue bien", aclara esta hacha de las lenguas que ya le tiene echado el ojo al coreano y, en cuanto pueda, también al alemán. 

Vamos, que sigue a pie juntillas ese célebre refrán checo (célebre para los checos, claro) que afirma que por cada idioma que se habla se vive otra vida, y que quien solo sabe un idioma vive solo una vez. Pero, ¿de dónde le viene a Alba ese gusto por las gramáticas foráneas? Porque de familia (asevera), no es, desde luego:

"La curiosidad que siento por los idiomas es una historia muy rara, la verdad; me acuerdo de que, al entrar en cuarentena, estaba tan aburrida que me hice una lista de cosas que quería conseguir. Una de ellas fue mejorar mi nivel de inglés, y empecé a estudiar vocabulario canciones y vídeos educativos".

Sí, eso ha dicho, lo que acaban de leer ustedes, que más de uno seguro que ha pensado, nada más iniciar la lectura de este reportaje, que Moreno Moral estaba ya de vuelta en esto de speak in english, pero no, ni mucho menos, qué va.

"Hay que tener en cuenta que yo nunca he ido a una academia de inglés, ha sido gracias a la escuela y a lo que he aprendido en casa". Y lo dice así, como si nada...

UNA GRAN OPORTUNIDAD

Alba conversa y, cada cierto número de palabras, inserta una sonrisa que hace más dinámica su conversación. Segura de sí misma donde las haya, la joven vive este momento con tanta satisfacción como madurez, sin separar los pies del suelo:   

"Hasta que me vaya a Canadá y termine cuarto de la ESO seguiré estudiando en mi instituto, no voy a bajar el nivel por esto, hay que seguir a rajatabla". Lo dicho. 

Sabe que la espera un nuevo curso copado de novedades, con todos los gastos pagados e inmersa de lleno en la asunción definitiva de la lengua de Shakespeare, gracias a la "generosidad" de la beca concedida por la fundación que lleva el nombre del empresario gallego, que le permitirá convivir con una familia nativa, tener garantizados alojamiento y manutención, todos los trámites burocráticos y hasta contar con una paguilla para sus gastos.

Y eso solamente en el ámbito cotidiano, que lo que es para su porvenir tampoco se queda corto: "De hecho, tengo pensado dedicarme de mayor a los idiomas, ser traductora, así que la beca me va a abrir bastante la puerta al futuro en lo académico, a un mundo nuevo, y me va a facilitar en el futuro mi trayectoria. Voy a intentar aprovechar al máximo la beca", sentencia.

Hipercontenta ella, flipando su instituto y contentísimos sus padres... Bueno, aunque también algo inquietos, a qué negarlo: 

"Ellos está encantados, pero mi madre decía siempre '¡verás cómo te acepten!'; están preocupados, por ese miedo a lo desconocido...". Habrá que armarse de paciencia, agarrarse a lo mucho bueno que implica la beca, una auténtica oportunidad que, además, lleva implícita cierta dosis de sacrificio: 

"Una vez aceptada por la fundación, el primer requisito es que ni puede venir mi familia a verme a Canadá ni yo puedo volver a España durante el curso". Esa momentánea soledad que (lo escribió Saramago) implica el triunfo. 

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