El obispo abre el año de la ilusión en torno a la patrona alcaudetense

Sebastián Chico realiza su primer acercamiento a esta advocación desde que entró en la diócesis, a ocho meses de la coronación canónica de la Virgen

Alcaudete tiene una fecha fijada en el calendario de su corazón: el próximo 1 de octubre de 2022, cuando su patrona, la Santísima Virgen de la Fuensanta, recibirá sobre su sagrada cabeza la corona canónica que el Covid ha ido demorando pero que, finalmente, le perfilará la belleza a principios del otoño. 

Precisamente, el pasado sábado el municipio vivió una gozosa jornada previa con la mirada puesta en ese objetivo: la apertura del año de la coronación de manos del pastor de la Iglesia jiennense, monseñor Sebastián Chico, en el que supuso el primer acercamiento del nuevo obispo a esta ensolerada devoción alcaudetense. 

Arropado por la cofradía y miembros de la Corporación Municipal con su alcalde, Valeriano Martín, a la cabeza, el prelado conoció de cerca los lugares benditos de la patrona: su santuario, el camarín que la acoge todo el año... Ante ella rezó, firmó en su libro de honor y, como informan desde el Obispado, se llevó un primer recuerdo físico, en forma de exvoto y medalla, por parte de la hermandad. 

Monseñor Chico presidió, igualmente, la celebración eucarística de apertura, acompañado de un buen número de sacerdotes que realzaron la solemnidad de la cita, ilustrada musicalmente por el Coro de Santa María de Torredonjimeno. 

Se da la curiosa cirscuntancia de que el obispo, murciano de nacimiento, comparte con Alcaudete la fe en una misma advocación mariana: la Fuensanta, algo que (destacan) Sebastián Chico celebró y compartió con los presentes, al tratarse de la primera imagen con dicho nombre a la que coronará:

"En estos ocho meses restantes, los alcaudetenses tienen que sacar brillo a esa corona, un brillo de amor a Dios y al prójimo", les instó el mitrado. Una celebración inolvidable para el mundo cofrade local, pero solo un breve reflejo de lo que será ese día en que la patrona luzca sobre sí la presea de su dignidad.