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DÉCADAS DE 'AMISTAD' DE LA MANO DE LA TRADICIÓN

DÉCADAS DE 'AMISTAD' DE LA MANO DE LA TRADICIÓN

Por Javier Cano - Octubre 01, 2022
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Diferentes efemérides en 2022 invitan a conocer la trayectoria de la ensolerada Asociación Amigos de San Antón en torno a la defensa de la cultura jiennense

¿Habrá algo más tradicional que celebrar un cumpleaños, un aniversario, una efeméride importante? Ineludible si el protagonista en cuestión es, además, un colectivo dedicado precisamente a eso a lo largo de sus cuatro décadas de existencia: a preservar las tradiciones, a trabajar por su divulgación. 

Lacontradejaén abre hoy una ventana para que sus lectores asomen sus ojos al 'patio de luces' (¡qué giennense eso del patio de luces!), casi íntimo, donde la Asociación Amigos de San Antón desarrolla su actividad:

"Fomento del interés por la conservación de la historia y las tradiciones peculiares de la ciudad de Jaén, la promoción de cuantas iniciativas contribuyan a un mejor conocimiento de su cultura tradicional, recoger cuantos vestigios históricos puedan contribuir al estudio documentado y científico de las tradiciones locales, su origen y evolución a través de los siglos, y la colaboración desinteresada en cuantas iniciativas se promuevan en la ciudad en torno a estas tradiciones, fiestas populares y cultura en general", según expresan en su web.

Pero ¿cómo y cuándo nació este singularísimo conjunto de enamorados de su tierra? He aquí la primera efeméride, sesenta años después de la reunión originaria: 

"Los Amigos de San Antón surgieron de honda raíz giennense, cuando las lumbres de San Antón de 1962 se suspendieron por las abundantes lluvias. Por entonces, Pedro Casañas Llagostera llevaba pocos meses casado, y vivía en la calle Camino de la Fuente de la Peña, número 2. Como buen amante de las tradiciones gienenses preparó esa noche rosetas, vino, morcilla…, para compartirlo con su mujer". 

El relato continúa: "Sin lumbres en el barrio de la Alcantarilla, a su casa acudieron los amigos Manuel Elías Carrasco, Juan Castellano de Dios y su hermano Antonio Casañas, con los que compartieron mesa, hablaron de las tradiciones y de repetir la cena el año siguiente. Cada año fueron incorporándose nuevos amigos: Julio Puga, Alfonso Parras, Luis Armenteros, Manuel López Pérez… Poco a poco fue incrementándose el grupo de Amigos de San Antón, del que Vicente Oya se hizo eco en la prensa", expresan. 

Así fue y ahí siguen seis décadas después de aquel momento germinal, presididos todavía por el propio Pedro Casañas y si cargados de ausencias, reimpulsados con la incorporación de nuevos miembros que, de un tiempo a esta parte, tratan de revitalizar los proyectos puestos en marcha por la asociación a lo largo de los años y, en algunos casos, extintos ya de la agenda local. 

 Ilustres ya desaparecidos figuran en este pretérito encuentro de los Amigos de San Antón. Foto: Archivo de Javier Cano.
Ilustres ya desaparecidos figuran en este pretérito encuentro de los Amigos de San Antón. Foto: Archivo de Javier Cano.

ILUSTRES DE JAÉN

Una de las singularidades de los Amigos de San Antón desde su nacimiento oficial, allá por 1980, es la concurrencia de ilustres de aquí en sus filas, por las que han pasado, y continúan haciéndolo, nombres propios de la cultura giennense de la segunda mitad del siglo XX y el primer cuarto del XXI. 

Ahí están personalidades felizmente activas como el arquitecto Luis Berges, que a sus casi cien años de vida sigue acudiendo a las citas trascendentales del colectivo. En el camino se quedaron poetas como Felipe Molina Verdejo o Miguel Calvo Morillo, el médico Diego Jerez Justicia, el humanista Manuel Caballero Venzalá, el pintor Francisco Cerezo, el profesor Luis Coronas, cronistas, investigadores... 

Y como un soplo de aire fresco para que los objetivos de la asociación no perezcan, la incorporación de docentes universitarios, músicos, artistas y, en definitiva, jaeneros empeñados en que la línea de trabajo de los Amigos de San Antón en favor de la preservación de las costumbres más entrañables no decaiga. ¿No dijo Unamuno que el progreso consiste en renovarse? Pues eso. 

¿Cómo se convierte una persona en 'sanantoniano'? El método es sencillo, según explica el vicepresidente de la asociación, José García García, 'cofrade' desde hace alrededor de quince años: 

"Son los propios miembros de número quienes, habitualmente, proponen a los nuevos 'sanantonianos'. En una de las reuniones plantean nuevas propuestas, describen al candidato, exponen sus méritos y, si se acepta, se le encarga al proponente que le comunique su elección. Normalmente aceptan, aunque a veces hay quien no puede por trabajo o por cualquier otra razón". 

 Portada de uno de los números de la revista Senda de los Huertos.
Portada de uno de los números de la revista Senda de los Huertos.

¿Y esos méritos? ¿Qué perfil presentan los asociados de esta ensolerada organización? "Deben ser amantes de Jaén y, si es posible, personas que hayan aportado trabajos o investigaciones en esa línea", aclara García. 

Una vez aceptada la candidatura por los sanantonianos y por el propio propuesto, la investidura se lleva a cabo en el transcurso de otra curiosa y ya tradicional cita: la cena jocosa.

Un encuentro que desde 1978 rememora la que cincuenta años antes agrupó a los 'devotos' del cronista Cazabán ante una misma mesa, para rendirle homenaje, y que forma parte ya ineludible de la idiosincrasia de la asociación. "Al principio de la cena se nombra un cronista, se le da recado de escribir (un bloc y un bolígrafo) y, después, tras la bienvenida y la copa de entrada, se calla todo el mundo y se presenta al nuevo o a los nuevos miembros, con una pequeña presentación", detalla el vicepresidente. 

Tras la respuesta del "neófito" o del "cenacantano", se le considera ya con todas las de la Ley Amigo de San Antón. Una profesión que no implica más deber que el de la asistencia a la cena jocosa anual, que acumula cuarenta y cuatro ediciones y que tiene por costumbre contar con escenarios de lo más resaltables, desde preciosos caserones hasta fortalezas, monumentos... 

Sin cuota fija ni subvenciones que llevarse a la cuenta, los Amigos de San Antón [indica José García] siguen la máxima de Juan Palomo a la hora de sufragar los gastos que origine la cena, sus publicaciones o cualquier otro acontecimiento que programen. 

 Miembros de la asociación escuchan al grupo Oro Viejo en uno de los desaparecidos Jueves del Arco, alla por 1995. Foto: Revista Senda de los Huertos.
Miembros de la asociación escuchan al grupo Oro Viejo en uno de los desaparecidos Jueves del Arco, alla por 1995. Foto: Revista Senda de los Huertos.

TERTULIAS Y PUBLICACIONES

Entre esas actividades, el desarrollo de los recordados 'Jueves del Arco' y la publicación tanto de la crónica de la propia Cena Jocosa como de la acreditada revista Senda de los Huertos brillan con luz propia. 

Precisamente esas 'multitudinarias' reuniones de los Amigos de San Antón en el Arco de San Lorenzo [que el Estado cedió al colectivo en 1981] fueron, bastantes años, un atractivo imán que convertía los alrededores de este monumento medieval en un goteo incesante de personas interesadas en eso que Ortega Sagrista llamaba las cosas de Jaén. 

Cuarenta años hace en 2022 que se inició ese interesante ciclo, que contó en la estancia alta del arco con relevantes expertos en las más variopintas disciplinas, siempre con la provincia como excusa temática.

El propio don Rafael, José Luis Buendía, Miguel Viribay, López Pérez, Carmen Bermúdez, Luz de Ulierte, Pedro Galera, Luesco, Tomás Moreno Bravo, Rosario López y una interminable lista de reconocidos conferenciantes ocuparon la cátedra de la calle Almendros Aguilar, jueves a jueves, en una sucesión de charlas [casi trescientas] que, a día de hoy, son ya historia.

Lo mismo que Senda de los Huertos, el órgano de expresión sanantoniano por excelencia, que sacó a la calle su último número en 2019 sin que, actualmente, exista previsión de nuevas ediciones: "Si hubiera financiación, sin duda que seguiría; el último número lo financió la Diputación, pero ahora está en stand by", lamenta García.

Sí salen a la luz las consabidas crónicas de la Cena Jocosa, que los reúne cada mes de noviembre, en torno a la festividad de la patrona Santa Catalina. 

 Arco de San Lorenzo. Foto: Beatriz Rivilla
Arco de San Lorenzo. Foto: Beatriz Rivilla

Cedido sigue a los Amigos de San Antón el que fuera ábside de la vieja y perdida parroquia medieval de San Lorenzo, acuden a sus instalaciones en ocasiones puntuales para explicarlo a visitantes o mantener alguna reunión del colectivo. 

Ellos se encargan de su mantenimiento, para lo que apelan a diferentes instituciones a fin de hacerse cargo de los gastos corrientes, limpieza... Pero la inactividad, a lo largo del año, es lo que más se escucha últimamente en el que fuera escenario principal de las tertulias sanantonianas, cuyo último ejemplo cumple también un agridulce aniversario: diez años de silencio en el Arco de San Lorenzo. 

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