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El caos o la vacunación del Covid 19

Por Ana Higueras - Mayo 18, 2021
El caos o la vacunación del Covid 19
Vacunación con Janssen.

Después de 14 meses de confinamiento. De cerca de 80.000 muertos y 4.000.000 de contagios. Por si fuera poco ¡Ahora la vacunación! Si tienes suerte y estás al lado del teléfono fijo y lo coges, bien, si no te quedas sin vacunar y tienes que buscarte la vida como puedas.

Creíamos que lo peor de esta pandemia había pasado. Que llegaban las vacunas por millones y todos nos salvaríamos y seríamos de nuevo felices. Nada más lejos de la realidad. Lo de la vacunación del Covid19 es como un naufragio en el que hay que gritar ¡Sálvese quien pueda!

Yo, con más años cerca de los 80 que de los 70, no he tenido la suerte de recibir esa llamada tan esperada por los ciudadanos de "cita y hora "exacta" para vacunar". Aunque luego tengan que esperar un ratico.

Harta de esperar esta celestial llamada y que no llegue, el otro día llamé a un teléfono de la Comunidad de Madrid, 900102112, solo para atender el Covid, que un amigo me dijo que aclaraban dudas que tenían los ciudadanos.

Conté mi caso a la primera telefonista que me cayó en suerte, para mi desgracia, y después de darle mis datos lo único que me dijo es que el 16 de abril me llamaron pero "no pudieron contactar conmigo", frase que por repetirla tantas veces al cabo del día dijo como una autómata.

No era cierto que me hubieran llamado, y más tarde se confirmaría; en mi teléfono fijo que estaban todas las llamadas del mes de abril no había ninguna del famoso teléfono de citas, del Covid se entiende, 915026058.

Pregunté que quizá no tuvieran mis teléfonos actualizados, el fijo y el móvil, y que tomara nota de ellos. La telefonista, cortante, me dijo que ella no podía ocuparse de eso y que llamara a MUFACE para comprobar mis datos, ya que yo pertenecía al grupo de funcionarios civiles del Estado. Le dije que era muy difícil contactar con esa oficina. Y de malas maneras, me contestó que ella no podía hacer más y colgó el teléfono.

Ese teléfono que la Comunidad de Madrid tiene para atender a sus ciudadanos, se lo podían ahorrar, pues no sirve para nada y da muy mala imagen.

Me gustaría saber quien se ocupa de organizar esas llamadas aleatorias a "teléfonos fijos" para las "citas de vacunación". A los móviles no llaman, claro, porque esos los coge la gente y no interesa. Será un misterio que nunca llegaremos a conocer, parecido al de los expertos del Gobierno para luchar contra la pandemia...Nunca sabremos quién es el experto que ha organizado "las citas telefónicas" para la vacunación del Covid19. Lo que no cabe duda es que la descoordinación es total y absoluta. Y que no funciona.

Tengo complejo de discriminada social. Ahora está de moda cuando te encuentras con un familiar o amigo el preguntar antes que nada ¿te han vacunado? y si dices que no, como es mi caso, se quedan muy sorprendidos, te miran con cara de asombro y tratan de date algún consejo útil.

La realidad es que hay mucha gente que está en la misma situación que yo, por lo menos que conozca.

Me sorprende que a la Administración se le extravíen tantos ciudadanos para vacunar del Covid19. Ahora que estamos en la era del Big Data, donde se controla cada movimiento, conversación, o gustos que tengas, exhaustivamente. O el control que ejerce sobre nosotros La Hacienda Pública, ahí no se les despista nadie, ni 1 euro; o la multa de tráfico que te ponen, y no te digo si lo que tenemos que hacer es votar, ahí sí que no se les despista nadie, inmediatamente llega a tu buzón tu censo con la mesa, su letra y colegio electoral, y la propaganda de los diferentes partidos con las papeletas metidas ya en los sobres para que no tengas ni que molestarte en cogerlas. Ahí sí que no se les despista ni un ciudadano y todos se coordinan perfectamente. Ahora para vacunar del Covid19, eso es ya otro cantar...

A parte de la mala gestión y el CAOS organizativo ¿No será que no tienen suficientes vacunas?

A día de hoy, dicen, que 6,7 millones de ciudadanos han recibido la dosis completa de la vacuna. Desde luego no es para sacar pecho; hasta llegar a los 47 millones que somos, todavía queda camino por recorrer.

Como sigo sin que nadie se ocupe de mí, ni me llamen para vacunar. Este domingo me decidí a ir con mi hermana y mi primo que recibían la segunda dosis de la vacuna al Hospital Isabel Zendal, a ver si había suerte y alguien se apiadaba de mí y me ponían la vacuna. ¡Qué ilusa!

Para empezar llegar a ese Hospital desde la carretera de El Escorial, donde vivimos, ya es una heroicidad. Es complicado y está muy mal señalizado. Cuando consigues llegar tienes que aparcar en un desmonte que está a más de 1 km. del pabellón 3, donde te vacunan.

Antes de entrar dos guardias de seguridad te preguntan si te han mandado un sms, yo les he dije que ni sms ni cita, y van y me pegan un redondel verde en la mascarilla. Cuando entramos había una señorita delante de un ordenador con cara y hechos de "perro de presa"; delante iba mi primo que tenía cita, ningún problema, detrás mi hermana, que no tenía cita pero que le correspondía ponerse la segunda dosis y que estuvo en un tris de que la "encantadora señorita" no la dejara pasar, y detrás iba yo con mi pegatina verde en la mascarilla de la que me había olvidado pero que la señorita ya había detectado y estaba prevenida.

La "amable señorita" me dijo que si no tenía cita no podía entrar y que llamara al teléfono ese que te soluciona todo de la Comunidad de Madrid, vamos que no te soluciona nada. Me echaron de malas maneras de allí porque estaba estorbando y me quedé fuera esperando a mi primo y a mi hermana.

Cuando salieron, mi hermana me dijo que habían comprobado mis datos en el Registro y que no había ningún teléfono de contacto mío, y que la llamada que decía la telefonista del 900102112 que me habían hecho el 16 de abril para citarme, no pudieron haberla hecho porque no tenían mi teléfono, o sea que era mentira. Le dijeron que MUFACE había funcionado muy mal y que no había conexión entre un organismo y otro. Que había mucha gente de 70 años para arriba que tenían el mismo problema que yo y que en los próximos días harían una repesca y nos llamarían a todos. Además cuando entraron la mayoría de los practicantes estaban de brazos cruzados porque no había gente para vacunar. Pena que la "perro de presa" no me dejara entrar...

Al salir me encontré con un militar de ISFAS, las fuerzas armadas, que venía desde El Escorial, a 60 km., otro había llegado en tren, 2 horas de recorrido. La gente estaba desesperada. Los funcionarios del Estado se ve que no tenemos el privilegio, como ocurre con otros colectivos, de vacunarnos en el Centro Médico que tengamos cerca de casa, aunque seamos mayores y estemos enfermos. Eso a nuestros políticos les trae a la fresca. Luego cuando llegue el momento de votarles, si les va a importar, pues la gente está muy harta de ellos.

¿Este afán de llevar a los funcionarios al otro extremo de Madrid para vacunarnos, es una estrategia de marketing para que veamos lo bonito que ha quedado el Hospital de Isabel Zendal? Porque el efecto que está produciendo en los ciudadanos es el contrario, hacer que aborrezcamos ese lugar.

Pobre Isabel Zendal. Quien le iba a decir que su nombre iba a estar en boca de tanta gente, pero no para alabarla sino todo lo contrario.

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