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Annus horribilis

Por Javier Esturillo - Noviembre 11, 2016
Annus horribilis

2016 pasó a la historia como un Annus horribilis para la música contemporánea. El fallecimiento de Leonard Cohen, el pasado 7 de noviembre, se sumó a una larga lista de ilustres de los escenarios que nos dejaron en un año temible. Gato Barbieri, Glenn Frey, Maurice White, David Bowie, Prince y George Michael son algunas de las estrellas que iluminan el firmamento del pop y del rock junto con el poeta y compositor canadiense, autor de canciones que forman parte de la cultura popular y marcaron una época, como Suzanne, Hallelujah, Bird on the wire o First we take Manhattan, entre una larga lista de éxitos. Leonard Cohen falleció a los 82 años, después de una fructífera existencia. "Con profunda tristeza informamos de que el legendario poeta, cantautor y artista Leonard Cohen ha fallecido. Hemos perdido a uno de los visionarios más prolíficos y reverenciados de la música. Se celebrará un funeral en Los Ángeles en próximas fechas. La familia pide privacidad durante este momento de dolor". Con este epitafio, publicado en la página oficial del artista en Facebook, la familia anunciaba la trágica noticia. 

Cohen siempre fue reconocido como poeta tanto como por su música. En 2011 recibió el premio Príncipe de Asturias de las Letras, el mismo que habían recibido Günter Grass, Amos Oz o Paul Auster. "Me sentenciaron a 20 años de aburrimiento. Por tratar de cambiar el sistema desde dentro. Ahora vengo, ahora vengo a cobrármelo. Primero tomaremos Manhattan, después tomaremos Berlín". Esta letra cobra, hoy más que nunca, sentido.

Y es que Cohen fue, además, de una bestia de la pluma y de los escenarios, un luchador, un hombre comprometido, que batalló contra el sistema establecido hasta su muerte. Fue también el eterno seductor, con ese toque de elegancia malhumorada que encima del escenario excitaba a sus seguidores. Con su marcha, la música se queda huérfana, en un año en el que hemos despedido a otros revolucionarios como Bowie o Prince. Ya está bien. Solo espero que en 2017 los cementerios se tomen un respiro y nos dejen disfrutar de los que todavía siguen vivos.

 

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