Esplendorosa apertura de curso de la Cofradía de El Abuelo

El triduo a la Dolorosa abre la puerta al último año de mandato de Ricardo Cobo, si el Obispado no compensa el tiempo perdido a causa de la pandemia

Al altar mayor del Camarín no le falta, estos días, más que un llamador para parecer un paso de palio. Sí, su baldaquino de maderas nobles, la candelería... Todo lo convierte en un trono inmóvil que, en cualquier momento, podría echar a andar, cruzar las puertas de la iglesia carmelitana y aliviar el luto de procesión (de procesión de verdad) que visten las calles de Jaén.

La fabricanía de la hermandad nazarena y el cuerpo de camareras han echado el resto y la Señora de José de Medina luce bajo la cruz de plata de El Abuelo casi igual de hermosa que la madrugada del Viernes Santo. O más, según los gustos. 

Lo comprobaron (y lo dijeron a labios llenos), anoche, muchos de los que asistieron a la apertura del curso de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús. Una cita solemnísima, emotiva a rabiar, que lo tuvo todo para convertirse en referente de este tipo de actos:

Tres sacerdotes concelebrantes arropando al predicador, el presbítero (cofrade donde los haya) Blas Pegalajar; un coro litúrgico (el Santa Cecilia de Granada), que con sus estupendas ocho voces masculinas, seis femeninas y un órgano "resucitado" (en palabras del hermano mayor de la cofradía, Ricardo Cobo) hizo corta una ceremonia que, contando con el rezo del rosario, duró dos horas bien contadas.

"Estoy seguro que no me equivoco si me atrevo a decir que es de las veces que más me he sentido en misa, y digo esto porque el acompañamiento musical litúrgico, puramente litúrgico, que hemos tenido era tan envolvente que nos hacía sumirnos en este triduo que celebramos", expresó Cobo a este periódico.

Y apostilló: "No hay manera más bonita de comenzar un curso cofrade que rindiendo alabanza a la Virgen y encima envueltos en una musica cofrade de estas caracteristicas".

Unos cultos que continúan hoy y mañana, a partir de las siete y media de la tarde, a los pies de la Virgen, en el año que cumple 280 primaveras. 

ÚLTIMO AÑO

Acompañado del presidente de la Agrupación de Cofradías y Hermandades de la Ciudad de Jaén, Francisco Sierra, el hermano mayor inició el último mandato de su segunda y última legislatura, a no ser que el Obispado tome en cuenta el doloroso paréntesis impuesto por la pandemia y permita a las cofradías de Pasión prorrogar su gobierno:

"Inicialmente sería mi último año, efectivamente, salvo que hubiera algún cambio de parecer por parte de la Diócesis, en cuanto a que este tiempo muerto que hemos tenido, sobre todo el primer año de pandemia, que estuvimos confinados. Un periodo que ha castrado las posibilidades de darle salida a esos proyectos que inicialmente se gestaron con esta legistaltura de dos mandatos de tres años", manifestó a Lacontradejaén.

Sin novedad al respecto, Ricardo Cobo sentenció: "Estoy seguro de que la Iglesia será generosa y consecuente", y apuntó a 2022 como año del reencuentro de Jesús con su legión de devotos en las calles de la capital: "No sé cómo será, pero seguró que sí", concluyó.