Patrimonio olvidado tras la reja

Las asociaciones Iuventa y Torre del Concejo denuncian por enésima vez el estado de abandono de los Baños del Naranjo, convertidos en estercolero

Jaén ha abandonado a su suerte buena parte de su patrimonio histórico. Enfebrecidos por erigir nuevos iconos, las administraciones no prestan la atención que se merecen bienes arquitectónicos completamente olvidados. Un ejemplo de ello son los Baños del Naranjo, edificio del siglo XI ubicado en la calle Los Caños, en plena Judería de la capital, que, hoy en día, es refugio de ratas, gatos y otros animales -dicen los vecinos que hay hasta un gallo de pelea-, además de un vertedero, en el que predomina la mugre y los restos de las litronas.

Asociaciones como Iuventa o Torre del Concejo, a la que se suman Iniciativas, andamios para las ideas o Patmos, han dado la voz de alarma en numerosas ocasiones sobre el deterioro progresivo que sufre este monumento del casco antiguo, pero sus peticiones han sido desoídas. Rafael Cámara, presidente de Iuventa, no desiste y sigue don erre que erre pidiendo la rehabilitación de los Baños del Naranjo, integrados en las Carnicerías Públicas, para sobreguardar "una bella arquitectura neomudéjar" que corre serio peligro si nadie hace nada.

El deseo de Cámara, como el de otros muchos, es que el edificio mantenga su vinculación con la cultura sefardí dado su emplazamiento. "Nos encantaría algún centro vinculado a la judería, pero, sobre todo, que compren la parte privada y restauren con urgencia todo el conjunto", reclama una vez más el responsable de Iuventa.

La única intervención seria y de importancia realizada en las últimas dos décadas en los Baños del Naranjo data de 2013 cuando el Ayuntamiento, a través de la concejal Marina Paterna, apuntaló el inmueble para evitar su derrumbe. Se acometieron aprovechando un proyecto de empleo para jóvenes de la Administración General del Estado, financiado con fondos de la Unión Europea y municipales. Unos fondos que sirvieron para limpiar y reparar la estructura del edificio, de titularidad municipal que, en aquel momento, se reconoció que estaba muy deteriorado. El Gobierno local de entonces, presidido por José Enrique Fernández de Moya, y en el que Márquez era el concejal de Urbanismo, competencia que aún mantiene, planteó el edificio como futura sede del Centro de Interpretación de la Judería.

LOS VECINOS PIDEN SU URGENTE REHABILITACIÓN

El presidente de la asociación de vecinos del barrio de San Juan, Francisco Jesús Castro, también reclama una urgente rehabilitación de los Baños del Naranjo. "Estamos cansados de dirigirnos al Ayuntamiento. Es una pena el estado en el que se encuentran. Son un vertedero y nadie se digna a limpiarlos", lamenta el combativo dirigente vecinal.

Castro insta a la Administración municipal que solicite el 1,5% de los fondos culturales que concede Fomento para destinarlos su adecuación. "No se ha hecho absolutamente nada y nos produce una tristeza enorme verlos en estas condiciones. Le guste o no le guste al Ayuntamiento, seguiremos dando guerra para que nos arreglen nuestro barrio y nuestro patrimonio", señala.