Las terrazas hosteleras sobreviven al puente con más restricciones

Antonio Lechuga, presidente de Hosturjaén, reconoce que el miedo de un segundo confinamiento domiciliario cala en la gente y sólo las terrazas evitan el desastre

Ha sido y todavía es el puente de Todos Los Santos más duro para la hostelería. La segunda ola de la pandemia ha supuesto el cierre perimetral de Andalucía y de Jaén, con la prohibición de movilidad entre los pueblos. Ante las restricciones, las terrazas han sido el símbolo de la resistencia hostelera en la capital y en el resto de la provincia, tal y como señala a este medio Antonio Lechuga, presidente de Hosturjaén.

"En el interior de los establecimientos no ha habido prácticamente nadie. La clientela elige la terraza más que nunca", resume el hostelero, quien subraya que el fin de semana ha estado marcado un comentario: "Cada vez más gente habla de la inminencia de un segundo confinamiento domiciliario", comenta Lechuga.

Por zonas, el centro ha vuelto a acusar las circunstancias, sobre todo los días con los comercios cerrados. En cambios en los barrios ha habido más afluencia, en la línea de lo ocurrido en el anterior puente festivo.

El sábado ha vuelto a ser el día más halagüeño, si bien la diferencia entre el número de clientes a mediodía y por la noche es notable. "Por las mañanas y a la hora del almuerzo es cuando más gente hemos tenido", resuelve.

A la hostelería le resta una campaña de Navidad que asoma cargada de incertidumbre. Ayer, el vicepresidente de la Junta de Andalucía, Juan Marín, admitió que es probable que el Gobierno autonómico intervenga con medidas "más severas" de las que entraron en vigor esta semana. "Nos consta que el objetivo de todas las restricciones es salvar la Navidad, pero la verdad es que hay mucha incertidumbre", concluye el representante de Hosturjaén.