'Barrios Ignorados' pide un reglamento que regule las ayudas de Servicios Sociales

El colectivo presidido por la jiennense Lola Contreras también reivindica el aumento de la Renta Mínima de Inserción Social

La Asociación Andaluza de Barrios Ignorados ha celebrado sus séptimas jornadas en Córdoba. El mensaje del colectivo, presidido por la jiennense Lola Contreras, concuerda con las últimas reivindicaciones de ámbito andaluz: la asociación pide que haya un reglamento para regular las ayudas que dan los servicios sociales de los ayuntamientos a las personas más necesitadas.

María Dolores Megina, jiennense miembro de la asociación, acudió a la cita celebrada en un centro cívico de la capital cordobesa. La medida que propugna Barrios Ignorados se resume en extremar el celo con respecto a cómo conceden las ayudas las administraciones.

Contreras subraya que la cobertura social necesita un plan integrador en el que actúen todos los agente sociales del barrio, desde los colegios y los consultorios hasta los trabajadores sociales y el tejido asociativo. Además, remarca que la asistencia debe ser "individualizada".

Las zonas más deprimidas en la capital, objeto de actuación de 'Barrios Ignorados', son La Magdalena, San Juan, Antonio Díaz y el polígono de El Valle.

FAMILIAS PRECARIAS SIN AYUDA

En las jornadas celebradas en Córdoba hubo otra idea que refleja la filosofía de 'Barrios Ignorados': la Renta Mínima de Inserción Social es, a juicio del colectivo, insuficiente.

Uno de los casos que se puso como ejemplo es el de un jiennense parado de 45 años que no cobra prestación y que ha visto denegada la prestación porque vive con sus padres, perceptores de una pensión no contributiva de 320 euros cada uno. "No tiene derecho a la RMI porque los ingresos de su familia, 640 euros mensuales, superan los 527,08 que le correspondería de RMI a una familia de tres personas", señalan desde la asociación.

'Barrios Ignoradas' recalca que el presupuesto de los servicios sociales comunitarios es "insuficiente", y lamenta que la estructura de los trabajadores se haya convertido en un "muro" para "contener y entretener" a las personas con necesidades.