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La pandemia no puede con el recuerdo al beato Manuel Aranda

Por Javier Cano - Agosto 09, 2021
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La pandemia no puede con el recuerdo al beato Manuel Aranda
Los fieles recuerdan al beato Manuel Aranda en el lugar de su martirio. Foto: Asociación Diocesana Beato Manuel Aranda.

La asociación diocesana que vela por el legado espiritual del seminarista monteño celebra su conmemoración anual en el lugar donde fue martirizado

"Celebramos el martirio del beato Manuel Aranda, quien en un día como hoy entregó su vida a Dios, a los veinte años, por permanecer fiel a su Señor Jesús, a quien se había entregado de todo corazón, llevando a la práctica aquel 'Antes morir que pecar".

Son palabras del canónigo monteño Antonio Aranda Calvo, sobrino del seminarista martirizado en su aldea natal el 8 de agosto de 1936, fecha que, cada año, la asociación diocesana que vela por el legado espiritual de Manuel Aranda escoge para celebrar un acto conmemorativo en el lugar exacto donde fue asesinado, en pleno olivar.

Un espacio ungido de memoria en el que, ayer domingo, se congregó un buen número de fieles para recordar al beato, tras la eucaristía oficiada en la parroquia por el propio Antonio Aranda. Dada la situación sociosanitaria provocada por la pandemia, en esta ocasión la misa tuvo lugar en la parroquia de Nuestra Señora del Carmen, desde la que 'peregrinaron' hasta la cruz del martirio quienes así lo desearon. 

"Podemos hoy mirar a Manuel como paisanos, familia, amigos y devotos para aprender de él e imitarle, además de pedirle su intercesión a favor nuestro. ¡Beato Manuel Aranda, mira nuestra tierra y nuestra gente! ¡Tú, nuestro Ángel Tutelar, qué bueno fueras! Para que haya sacerdotes, intercede. Para nosotros abundante paz, amor y vida", expresó el sacerdote.

UNA VIDA DE FE

Nacido en la pedanía marteña en 1916, Manuel Aranda Espejo ingresó en el Seminario de Baeza en 1931 antes de continuar sus estudios en el Diocesano de Jaén. 

Según testigos visuales, el día de su martirio recibió tres disparos por parte de unos milicianos en el lugar donde, actualmente, se erige una cruz en su memoria, en pleno olivar. 

Beatificado en 2013, sus restos mortales descansan en la parroquia marteña de Santa María de la Villa. "Esperemos que el próximo año, 'libres ya de la pandemia', lo recordemos y celebremos en sus aniversarios más destacados", concluyó Antonio Aranda.

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