Dos mártires caídos en la provincia suben a los altares
Entre los nuevos beatos están los sacerdotes Manuel Galcerá y Aquilino Pastor, formadores del Seminario de Baeza, que fueron asesinados en 1936
No nacieron en Jaén, pero sí murieron en tierras del Santo Reino: los sacerdotes operarios diocesanos Manuel Galcerá y Aquilino Pastor serán, desde mañana, beatos de la Iglesia, toda vez que concluya la ceremonia prevista en la basílica de Santa Maria de Tortosa en la que los presbíteros martirizados en 1936 subirán a los altares junto con otros dos compañeros caídos igualmente por su fe.
Según informan desde la Diócesis jiennense, ambos curas ejercían como formadores del Seminario de Baeza en el momento de su muerte.
En concreto, Manuel Galcerá Videllet, desarrolló su ministerio en los seminarios de Zaragoza, Barcelona, Tarragona, Cuernavaca, Querétaro, Badajoz, Ciudad Real, Valladolid, Belchite y así en el Pontificio Colegio Español de San José en Roma, antes de recalar en la ciudad machadiana. Fue fusilado el 3 de septiembre de 1936 en Capones, cerca de Ibros, junto con otras treinta personas, cuando contaba cincuenta y nueve años de edad.
Por su parte, Aquilino Pastor Cambero, natural de Zarza de Granadilla (Cáceres), fue asesinado en Úbeda. Tenía solamente veinticinco años.
Desde el Obispado confirman la presencia del administrador apostólico, Amadeo Rodríguez Magro, en la ceremonia de beatificación en tierras catalanas, acompañado de la comunidad del Seminario jiennense.
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