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Un viaje con el destino más especial en tiempos de pandemia

Por Esperanza Calzado - Diciembre 27, 2020
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Un viaje con el destino más especial en tiempos de pandemia
Boda en pandemia. Foto: Beatriz Rivilla

En un año gris, Luis García Millán y Gema Díaz Quesada dibujaron de rojo sus vidas con una boda en diciembre, lunes y en medio de una pandemia

Neo y Dori llevan pajarita. No saben muy bien qué esta pasando, como tantos y tantos ciudadanos que este 2020 viven en un auténtico mar de dudas. La lazada al cuello es roja, igual que los zapatos de Gema, customizados por su hermana para la más especial de las paradas de un viaje que empezó hace ocho años.

—¿Cuántos podremos entrar? ¿No los veremos?

Las alforjas de esta aventura no portan ropa, enseres de aseo o billetes de avión; no. Transportan las mejores viandas que dos compañeros de trayecto pueden llevar: amor y amistad. En medio de una pandemia que viste la vida de gris y maquilla las caras de una tristeza casi imperceptible, Luis García Millán y Gema Díaz Quesada decidieron, el 14 de diciembre, dibujar la vida de rojo, el color del ramo con el que la novia dio el 'sí quiero'. 

La historia del ingeniero de Telecomunicación, emprendedor y comunicador por muchos conocidos por su paso por la ESA, y Gema comenzó un 14 de diciembre de hace ocho años. Desde hace un tiempo barajaban la posibilidad de casarse, siempre y cuando dispusieran de una cierta estabilidad económica. Hace unos meses lo lograron al obtener ella una beca. En ese momento ya se habían casado de espíritu, pero tocaba hacer el papeleo; casualidades de la vida, un 14, pero de septiembre.

 Boda en pandemia. Foto: Beatriz Rivilla
Boda en pandemia. Foto: Beatriz Rivilla

Tenían claro cómo y cuándo querían que fuera. En el Ayuntamiento de Jaén, el 14 de diciembre, el día de su aniversario. Era lunes y el propio alcalde, Julio Millán -que no parientes- confesó la cierta 'dificultad' para cambiar costumbres en la casa consistorial de la Plaza de Santa María, donde los casamientos se ofician los viernes. Pero a ellos les daba igual, querían y tenían su sí.

Pronunciaron las palabras rodeados de quienes pudieron acudir un lunes, a la una del mediodía y en medio de una pandemia. Y fueron muchos, porque los que no estuvieron de manera física, sí lo hicieron de forma virtual gracias a la retransmisión de los amigos de la pareja. No importó virus ni mascarillas que pudieran deslucir las fotos o el frío que amenazara las pajaritas rojas de Dori y Neo, que siguen en la puerta sin saber qué pasa con sus 'papás'.

 Boda en pandemia. Foto: Beatriz Rivilla
Boda en pandemia. Foto: Beatriz Rivilla

—La pandemia en ningún momento condicionó la decisión como haya podido pasar con otras parejas.

Luis y Gema bromean con el hecho de que quizá les preocupara más que la gente los llamara locos por casarse en diciembre que no por hacerlo en un país sumido en un hito histórico a causa de la Covid-19. La mayor de las normalidades confirió la pareja al extraordinario hecho de unir las alforjas de un viaje para siempre. Y lo hicieron como son ellos, con naturalidad, ajenos a los protocolos y con una sonrisa de complicidad que sólo los que se juran amor eterno conocen.

Pero este viaje también ha tenido paradas difíciles, como decidir con quién celebrar las nupcias. Todos no podían ser, demasiado que acudieron al Ayuntamiento. El festejo se tuvo que reducir a seis y fue en casa de los novios. Originales como ellos solos, pidieron comida a domicilio.

—Sólo podían ser seis y nos pasamos semanas enteras pensando quién estaba dispuesto y a quién le apetecía, por un lado venir al Ayuntamiento y, por otro, la celebración. Aunque en este último caso al final la selección fue más fácil, padres y hermanos.

En la intimidad de su casa, ya lejos de los ojos de esta narradora que tuvo la fortuna de acompañarlos como periodistas y como amiga, se sucedieron las anécdotas. Poco acostumbrado a banquetes de boda, se les fue la mano con los entrantes y se juntaron con dos tartas. No les faltó detalle porque la madre de Gema llevó los novios de su dulce nupcial y su padre su espada de comunión. Así que, como manda la tradición, cortaron el dulce. 

De ahí, noche en el Parador de Jaén y luna de miel en Despeñaperros. Luis y Gema están viviendo ahora sus primeras navidades de casados, sus primeras fiestas pandémicas y sus primeros días de imaginar cómo será su segunda boda. Porque sí; volverán a detener la maquinaria de su viaje para celebrarla con todos aquellos que, cerca o lejos, inundaron sus teléfonos y redes sociales con felicitaciones. Porque en medio de una pandemia, hasta el que vive en el bloque de enfrente puede sentirse que está al otro lado del mundo.

Irán a Disney World y cumplirán con tradiciones que, a su manera, también hicieron el 14 de diciembre. ¿Se imaginan viviendo juntos y que el novio no vea a la novia hasta su llegada al Ayuntamiento? Lo lograron, porque ellos hacen que lo difícil parezca fácil con ayuda de la familia.

—Aunque tengamos un año tan, tan, tan malo como este 2020, con una pandemia, la vida depende de la actitud de cada uno. Nosotros podemos elegir que acabe de una buena manera y hemos optado por pintar de rojo un año gris.

 Boda en pandemia. Foto: Beatriz Rivilla
Boda en pandemia. Foto: Beatriz Rivilla
 

Y así es. En medio de una tristeza generalizada que hoy se ilumina con la esperanza de las primeras vacunas contra la Covid-19, esta historia de un viaje para arrancar una sonrisa, aunque sólo sea por unos segundos. 

 

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