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¿Cómo afecta el cambio climático a la cosecha de aceituna?

Por Esperanza Calzado - Julio 15, 2019
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¿Cómo afecta el cambio climático a la cosecha de aceituna?
Olivar de Martos. Fotografía: Juan Carlos Fernández.

Una subida de cuatro grados reduce la cantidad de fruto, adelanta la maduración y se obtiene menos aceite

Los agricultores, en general, y los olivareros, en particular, viven mirando al cielo. Rezan que llueva cuando hay escasez de agua mientras que otros meses están pendientes del calor excesivo que puede afectar al fruto. Está ocurriendo este año, por ejemplo. Las últimas cifras que baraja COAG Jaén confirman las importantes pérdidas de aceituna de cara a la próxima campaña de aceite de oliva. La cosecha podría ser un 70% menor en zonas de las sierras donde el 90% del olivar es de secano. Y es que las altas temperaturas y la falta de precipitaciones han provocando importantes pérdidas de fruto, que llegan al 50%, incluso más en las zonas de secano.

La situación comienza a ser preocupante, porque lo que se preveía como una cosecha media puede transformarse en media-baja. La ausencia de precipitaciones unida a las altas temperaturas ha provocado que el olivo tire más fruto de lo esperado, dándose problemas de cuajado irregular y zonas con flores totalmente abortadas donde no merecerá la pena recoger la cosecha. ¿Cómo afecta el cambio climático a la cosecha de aceituna?

Investigadores de la Universidad de Córdoba, en colaboración con la de Sevilla, el IFAPA ‘Venta del Llano’ de Jaén, y el Centro Tecnológico del Olivar y el Aceite (Citoliva) han comprobado la incidencia del cambio en el olivar. Según informa la Fundación Descubre, tras simular las condiciones de un aumento de temperatura de cuatro grados en dos variedades de aceituna, los expertos concluyen que se produce una reducción de la cantidad de fruto, se adelanta la maduración y se reduce la pulpa, por lo que se obtiene menos aceite.

 Investigadores delante de los olivos analizados Foto: Fundación Descubre.
Investigadores delante de los olivos analizados Foto: Fundación Descubre.

El estudio se hizo en el Campus de Rabanales de Córdoba entre 2015 a 2017. “Hemos generado el gradiente máximo de temperatura que se espera en la cuenca mediterránea mediante la utilización de cámaras de aire a cielo abierto”, señala a la Fundación Descubre la investigadora de la Universidad de Córdoba María Benlloch-González, autora del estudio publicado en la revista Scientia Horticulturae. “El tamaño del hueso de la aceituna no varía, pero sí el de la pulpa”, explica la ingeniera agrónoma. La proporción entre uno y otra baja una media de diez puntos, en torno del 50% al 40% para las tres cosechas.

Otra de las apreciaciones apunta a que los olivos crecen más cuando la temperatura media es cuatro grados más cálida. Para llegar a esta conclusión, midieron el diámetro del tronco, que resultó un 10% superior. Asimismo, los restos de poda aumentaron prácticamente el doble, con una media de 10 kilos por árbol frente a los 5 de los olivos a temperatura ambiente.

La investigación continuará para resolver por qué la respuesta es diferente en las aceitunas picual y arbequina el cambio de temperatura, por ejemplo, o en cuanto a la proporción de fruto que se cae. También se producen cambios en la pigmentación de la piel, ya que las olivas a mayor temperatura ambiente no adquieren de forma tan intensa el color de maduración, más oscuro. Por tanto, el agricultor no cuenta con la principal pista para iniciar la cosecha.

En el futuro María Benlloch-González y el grupo de investigación abordarán las variedades hojiblanca y manzanilla, muy abundantes en el olivar andaluz. “También queremos estudiar el factor agua, es decir, si la disponibilidad de agua en el suelo mejoraría los efectos negativos causados por el aumento térmico”, indica.

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