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'El Peluquero' homenajea con su arte a las víctimas del coronavirus

Por Javier Cano - Mayo 25, 2020
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El tosiriano Miguel Martos Bueno compone y canta Coronando la esperanza, una canción con la que rinde tributo a quienes se han batido el cobre contra la pandemia

"Todo era tan normal

y una bonita mañana

se empezó a desmoronar...".

Podría ser una soleá de esas con las que Menese o Fosforito ponían los vellos de punta hasta a los sordos, pero no, es parte de la canción que el tosiriano Miguel Martos "El Peluquero" ha compuesto durante el periodo de confinamiento para, en sus palabras, rendir un tributo más que merecido: "Es un homenaje a los sanitarios, a la Guardia Civil, a la gente del campo que ha llevado los productos a los supermercados para que yo, por ejemplo, pudiera quedarme en casa haciendo esta canción; un homenaje a los que han estado, a los que están y a los que estaremos y, sobre todo, a las víctimas y a las familias a las que ha sacudido el coronavirus".

La titula Coronando la esperanza y desde la intimidad de su patio ha dado el salto a las plataformas, a los oídos de la gente, que le tienen el teléfono copado de mensajes de gratitud, de aplausos, de palabras hermosas con las que le dan las gracias por ponerle letra, música y voz a lo que muchos sienten pero no son capaces de expresar como él: "No me da tiempo a contestar, es una bestialidad lo que me llega al móvil, incluso de gente que no conozco", asegura.

Y es que Miguel Martos Bueno lo mismo hace una virguería en el pelo de sus clientes que firma una composición plena de sentimiento; profesional hasta la médula, seguro que más de uno ha tenido la suerte de escucharle tararear un tema incipiente mientras le arregla la barba o lo deja hecho un San Luis. No en vano lleva la friolera de veintisiete años con el peine y las tijeras en sus manos, y unos cuantos menos tomándose en serio esto de escribir, de componer, de cantar; fue en 2013, el año que lo hizo padre, una fecha que no olvida:

"Siempre me ha gustado canturrear y un día, en vez de llamar a Radio Martos para que pusiesen una canción que había compuesto a la Virgen de la Cabeza, me equivoqué y llamé a Radio Olé", evoca. Bendito error, si se tiene en cuenta que a raíz de esa llamada, de sus ganas de compartir con el mundo lo que nacía en la intimidad de su escritorio, lo invitaron a participar en la gala de Radio Olé Campiña: "Yo creía que se estaban quedando conmigo", recuerda. Va a ser que no. 

Su historia musical es de todo menos la de un niño prodigio: "He empezado tarde en esto, hasta que me picó el gusanillo del flamenco, hace unos veinte años, por un amigo mío que toca la guitarra aquí en el pueblo y que me propuso ir a Córdoba, donde había una especie de escuela de un señor que es el que ha grabado conmigo el videoclip, Rafael Trenas.

Stop, un momento... ¿Rafael Trenas? Todo un maestro consagrado de la guitarra flamenca, que ha puesto sonanta al cante de las grandes figuras jondas y cuyo ojo clínico se posó en El Peluquero en cuanto lo oyó templar la garganta: "Estuvimos allí mes y medio e hicimos buena amistad, es un hombre muy llano al que tengo gran admiración". Parece recíproca, porque Trenas no lo dudó y en cuanto tuvo noticia de Coronando la esperanza, le espetó al de Torredonjimeno: "Miguel, esto llega al alma y las manos de Rafael Trenas a la guitarra quieren orquestar esa canción, esto lo vamos a grabar".

Respuesta: "Bueno, pues lo que usted diga", como le contestó Belmonte a Calderón, su mentor, cuando le propuso hacerse torero. Y hay que ver dónde llegó. Formado en la escuela de flamenco de la Peña La Besana, que dirige en el pueblo el cordobés David Pino (otro ilustre del arte de Vallejo), Miguel Martos Bueno acumula conocimiento musical desde que, con ocho años, en París, empezó a aporrear el piano de la mano de una prima suya: "Oh lá lá", le dijo ella en cuanto descubrió que aquellos dedos familiares estaban hechos para las teclas. 

Esa afición al instrumento es la culpable de que Coronando la esperanza sea, hoy día, una realidad. Con la peluquería cerrada durante cincuenta días por culpa de la pandemia, un día cogí el piano, me senté en el patio y empezó a salir la canción, me pareció bonita, me sonaba bien y decidí tirar por ahí".  

Y no solo eso, no: tan satisfecho está de su creación, tanto le han animando a difundirla quienes saben de esto que se ha rodeado de buenos profesionales y ha grabado el vídeo que encabeza este reportaje, "de la mano de César Carcelén, Javi Ordóñez de Videografías Aéreas; Jesús Siles y Eduardo Martínez, de Omnia Producciones, la colaboración del gran poeta flamenco Julio Porcel y, también, del Ayuntamiento de Torredonjimeno, que se ha volcado con el artista para que el vídeo sea, además, todo un himno audivisual a su municipio.

Ha gustado y hasta puede que este sea el verdadero principio de algo grande, de una carrera musical que lleve a El Peluquero de su Toxiria natal a los escenarios. Va a ser verdad eso de que de las crisis siempre se saca algo bueno. 

 Miguel Martos en pleno corte de pelo en su establecimiento tosiriano.
Miguel Martos en pleno corte de pelo en su establecimiento tosiriano.

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