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La Casería de Jódar entra en la Lista Roja del Patrimonio

Por Javier Cano - Marzo 22, 2021
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La Casería de Jódar entra en la Lista Roja del Patrimonio
Aspecto actual de la Casería de Jódar. Foto: José Luis García Carreño.

La construcción, ubicada en la carretera de Los Villares, se suma a la lista de hitos en riesgo de desaparición que elabora la Asociación Hispania Nostra

La Lista Roja del Patrimonio que elabora la Asociación Hispania Nostra recibe un nuevo elemento jiennense entre sus ochocientos hitos en riesgo de desaparición. 

Se trata de la Casería de Jódar, ubicada entre los kilómetros 2 y 3 de la carretera de la capital jiennense a Los Villares, a un paso de la ermita del popular Cristo del Arroz y punto de encuentro de los amantes de la naturaleza a cuenta del Ojo del buey, ese impresionante manantial que, en los años buenos de agua, brota en aquel lugar como si no hubiera un mañana.

Según 'Hispania Nostra', "el estad de la casería es pésimo, presentando un estado de abandono total". El colectivo advierte: "Si no se frena el deterioro, podría desaparecer completamente en unos años". 

Y es que, ya a finales de los 90, el recordado historiador jiennense Manuel López Pérez llamaba la atención de su estado en su libro Caserías de Jaén (la arquitectura del olivar), con ilustraciones del arquitecto Luis Berges Roldán; en sus páginas, el que fuera cronista oficial de Los Villares indicaba:

"Aunque el paso de los años ha producido ya algunos severos arañazos en la elegante traza de la casería y las necesidades laborales le han añadido alguna dependencia de vulgar aspecto, todavía ofrece muchos destellos de aquel tiempo ilusionado en que Jaén se empeñaba en recoger, de alguna manera, los aires regionalistas que allá en Sevilla ponía de moda la Exposición Iberoamericana".

Sí, aquellos "severos arañazos" han derivado, finalmente, en una situación deplorable que, ahora, pone en evidencia la Lista Roja del Patrimonio.

UN INMUEBLE HISTÓRICO

La Casería de Jódar recibe su nombre de su primer propietario, Rafael Jódar. También es conocida como Casería de Santa Ana, por un azulejo que representa la pintura de Murillo Santa Ana y la Virgen, de la fábrica sevillana Mensaque Rodríguez y Cía. Se constituye como un inmueble que representa la conversión de la casería tradicional giennense a villa de recreo o palacete.

Se erige sobre una zona conocida como “La Solana” o “La Quebrada”, en ella sucedieron a lo largo de la historia numerosos hechos bélicos. Por ejemplo, enfrentamientos de los guerrilleros de los Villares con las tropas francesas (1812), a raíz de la Guerra de la Independencia, o choques entre las guarniciones del General Riego y los “Cien mil hijos de San Luis” (1823). Durante la posguerra española de 1940, se sucedieron numerosos enfrentamientos entre los Maquis y la Guardia Civil.

Según expone Pascual Madoz en Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar, «en este país se llama casería a una posesión grande o pequeña de viña u olivar con una casa. En este término y casi todas en el valle descrito [Valparaíso], se encuentran 146 casas o caserías de diferente mérito y capacidad, y entre ellas hay 10 con molino aceitero de viga, y cuyas piedras o rulos son movidos por caballerías […]».

La Casería, erigida en el primer tercio del siglo XX, se define en su estilo arquitectónico cómo un eclecticismo de fuerte componente regionalista. Trata de recoger los ensayos producidos a raíz de la exposición Iberoamericana de Sevilla de 1929. El bloque residencial, organizado en tres alturas con torre-mirador en el eje de la fachada, se constituye en un aparejo de mampostería de estilo rústico.

Este torreón, rematado con pináculos y un tejadillo a cuatro aguas cubierto de tejas vidriadas, tiene aleros de acusado vuelo sobre canes y una galería de arcos con pequeñas columnas de ladrillo. Dichas columnas de ladrillo
llaman poderosamente la atención por estar dispuestas de forma helicoidal en su aparejo. Esto dota al inmueble de un carácter gracioso y armónico, tratándose de un rasgo de carácter neomudéjar y que nos sugiere el ingenio de un arquitecto y maestro de obras expertos en este estilo.

El aspecto de palacete, de la casería, queda expuesto a través de la disposición de las terrazas superiores y un porche delantero elevado sobre un cuerpo de cocheras. Todo ello rodeado de jardines y huertos de olivares y almendros. En definitiva, la Casería de Jódar o de Santa Ana se constituye como un representante genuino de la
experimentación e integración de los estilos eclécticos del siglo XX a la arquitectura tradicional del olivar de la provincia de Jaén, concluyen desde 'Hispania Nostra'. 

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