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Celia corre en busca de investigación

Por Fran Cano - Marzo 02, 2017
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Celia corre en busca de investigación
Celia Garrido, y la gente que empieza a entrar al teatro, controlada por su padre, detrás de ella.

La niña recibe el apoyo de más de 300 jiennenses en la gala para recabar dinero que investigue su enfermedad

Faltan cinco minutos para que comience la gala benéfica que apoya a Celia, una menor de 10 años con déficit de favor V. Celia es el rostro de esta enfermedad rarísima en Jaén. Enfrente de la puerta del teatro Darymelia hay decenas de personas en pequeños círculos. Aún no entran. Quien si lo hace es Celia, la protagonista. ¿Qué hace dentro? Hablar con otros pequeños de su edad, recibir consejos e instrucciones de la organización, y correr, correr como lo que es: una niña. Lleva un vendaje que no se ve en la pierna derecha, donde le salió un bulto ayer tras una caída en casa.

—Celia, Celia —la llama una señora que ya cruza la puerta del teatro—. Toma, esto es aparte de la entrada. Guárdalo —dice la mujer, unos 40 años, y le da a la niña un billete de cinco euros y una moneda.

A los pocos segundos, Manuel Garrido, el padre, observa la cantidad de gente que está a punto de entrar. A Garrido lo llama Juan Rubio, el presentador de la gala.

—Aquí tienes —le dice.

Son más de 80 euros. Donaciones previas a la taquilla. Cada entrada, 3 euros.

LA PREOCUPACIÓN

María José Extremera, la madre, atiende a LaContracrónica:

—Hoy también la hemos tenido que llevar al hospital. Está algo mejor.

Ayer peligraba la presencia de Celia en un día hecho para ella. Por suerte, ha podido estar. Gracias al padre, que la ha llevado para que le inyecten plasma. Todo en su sitio.

—Celia, tranquila —le pide la madre.

Pero Celia no para, de aquí para allá, rodeada de amigos y de gente que la saluda.

Los asistentes toman asiento. En efecto, el teatro roza el lleno. María José Extremera sube al anfiteatro para entregar el díptico de las actuaciones a los espectadores. Antes ha atendido en directo a la televisión.

Cuando el espectáculo comienza, los padres se liberan de una preocupación rutinaria: la hija está sentada en la primera butaca de la segunda fila, en la parte derecha, lista para disfrutar de los números. No puede caerse. No va a sangrar.

—Es increíble que justo al preparar esto llevemos dos días así. De casa al hospital —dice Manuel Garrido, mientras controla las papeletas. Después habrá un sorteo.

Es increíble la enfermedad. Pero existe. La tiene Celia. Los padres no conocen otro caso igual en Andalucía.

Y el espectáculo comienza. Habla el presentador:

—Hoy podíamos acordarnos del Gobierno, de los políticos y de las farmacéuticas. Pero mejor olvidarlos. Es el día de Celia.

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