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“Hay censura en el arte, pero la corrupción sigue”

Por Fran Cano - Marzo 04, 2018
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Syrion y Sokro. José Arturo Chamorro De Toro (JC) y Francisco Bellón Escalona (FB). Dos marteños de 25 años unidos por el rap e inquietudes relacionadas con la cultura urbana. El grupo recibe a Lacontradejaén en el estudio que comparten. Está ubicado en una cochera de la Avenida San Amador. Hoy vienen de un debate y ya están más que entrenados con la retórica oral y escrita: saben qué quieren contar y cómo hacerlo, suene o no la música.

La actualidad pone sobre la mesa el debate sobre la libertad creativa y las fronteras que pueden colisionar con otros derechos fundamentales. Ellos entienden que el límite del artista no existe, y consideran desproporcionadas las penas que cargan algunos compañeros más mediáticos. El panorama invita a la cautela, coinciden. Por eso no está de más pensar y hacerse preguntas. Hablan los dos en este ‘Zoom’, raperos y operarios en Martos.

—¿Cómo llegan al rap?

—JC: Empezamos en el mundillo allá por 2008, cuando un amigo nos pasó un cedé. Nosotros no llegamos a la época de los casetes. A raíz de escuchar rap y de ver vídeos por pendrives nos llamó la atención desde las letras hasta la forma de expresar. No hay por qué ser cantante para hacer este tipo de música. Empezamos más gente, y ahora quedamos nosotros dos.

—FB: La persistencia que hemos logrado con los años es gratificante. En los inicios fuimos un colectivo grande que luego fue a menos.

—¿Hubo prejuicios en los comienzos o ya estaba el rap más consolidado?

—FB: Sí, mis padres estaban totalmente en contra de que yo hiciese música. Me veían como el típico niñato que estaba en la época de hacer cosas y tal. Cuando comprobaron que seguí con el tiempo, me dieron una oportunidad. Ahora están bastante contentos con lo que logramos. Aunque sean logros pequeños.

—JC: Es cierto lo que dice Fran. En aquella época para nuestros padres parecía solo una etapa en la cultura urbana, aunque lo respetaban. A día de hoy ven que nos lo tomamos muy en serio tras diez años. Se han dado cuenta de que no íbamos de broma. Lo respetan y les gusta, aunque no sea su rollo.

 Syrion y Sokro narran su evolución como grupo en el rap.
Syrion y Sokro narran su evolución como grupo en el rap.

—¿Ha crecido la afición al rap en Martos y en Jaén?

—FB: Sí, lo notamos sobre todo en los conciertos. Antes solo venían a vernos los colegas y ahora ya sí que ves gente de todas las edades. No solo son adolescentes, sino que también hay un público de hasta 30 años. El género abarca más edad.

—JC: Se nota la evolución. En los jóvenes está de moda el rap y el trap, y todo lo que implican estos géneros. Por ejemplo, atraen mucho la idea de las batallas de gallos.

EL RAP COMO EMOCIÓN Y VÁLVULA DE ESCAPE

—Sokro ha estrenado recientemente Martes 13.  En un momento dice: “Soy un borde cuando el alma sale a flote”. ¿Qué ideas hay tras esa sentencia?

—FB: Lo cierto es que no hay mucho más allá de la frase. Cuando interiormente estamos cansados de soportar ciertas presiones, ya sea en el trabajo o en el ámbito familiar, hay un estrés que también es el alma. En mi caso, cuando sale me pongo bastante borde —ríe.

—Y en Apunto a matar, Syrion dice: “La escritura es el único modo para aliviar mi estado colérico”. ¿Es exageración o realidad?

—JC: Bueno, tampoco es que si no escribo me vaya a poner pegar tiros. Pero sí que alivia la carga que uno tiene. Cada cual foga a su manera: el deporte, el saco de boxeo. Nosotros lo hemos logrado siempre con la música. Yo siempre me he desahogado escribiendo. Y eso le pasa a cualquier rapero o músico. Es normal.

—¿Cuál es el tema del que se sienten más orgullosos?

—FB: Yo estoy muy orgulloso de mi disco. Lo saqué en septiembre del año pasado. Se llama Cuatro musas. Son solo cuatro canciones y suponen mi proceso evolutivo en dos años. Hay una evolución en el ámbito emocional que he expresado en esas cuatro canciones.

—JC: No sabría quedarme solo con una, porque me gusta todo lo que hemos ido haciendo. A nivel personal sí me quedaría con Apunto a matar. Aunque ya digo que me gusta todo, como los vídeos que hemos hecho. Y recuerdo una colaboración con un amigo que contiene crítica social en un tono más agresivo. El tema Esquizo también me gusta mucho.

—En la canción Constantes vitales dejan caer que no se imaginan sin rap. ¿Se ven haciéndolo con 50 años?

—JC: Por supuesto. Nunca se sabe las vueltas que da la vida. Hace diez años si me hubiesen hecho la misma pregunta mi respuesta habría sido que sí, y seguimos. Aunque no ganemos dinero y tal, es algo que nos llena. El día que me aborrezca por lo que sea sí que sentiré que ha acabado una etapa. Pero yo me imagino toda la vida haciéndolo.

—FB: A fin de cuentas es eso, nuestra forma de expresarnos. Así plasmamos nuestras emociones. Habrá quien ahogue sus penas en una fiesta con alcohol o con estupefacientes, y nosotros preferimos descargarlo en un folio.

 Ambos coinciden en que no hay límites para crear.
Ambos coinciden en que no hay límites para crear.

TRAP Y RAP, VIEJAESCUELA Y NUEVOS SONIDOS

—El Tote se queja de que no salen muchos raperos en la tele. ¿Están de acuerdo?

—JC: Aún los medios no se han solidarizado del todo con la cultura urbana. Parece que todavía choca, pero ahora ya no queda más remedio, porque está de moda. Casi se está comiendo al pop. Cada vez se ve más el rap en medios; antes era más underground, que tenía su encanto y aún hay gente que lo mantiene así. Pienso que está bien que se dé a conocer y que estemos en los medios.

—FB: El rap era y sigue siendo música muy exquisita. No todo el público es capaz de escuchar un rap crudo, por ejemplo. Otro tipo de rap sí que ha ampliado el mercado.

—Ahora es muy mediático C. Tangana. ¿Él representa el cambio de la vieja escuela a lo que ahora se llama trap?

—FB: Sí y no.

—JC: En gran parte sí, porque C. Tangana tiene una trayectoria anterior, cuando se llamaba Crema. Ya lo seguíamos entonces y nos gustaba por sus letras profundas. Él sí que se desahogaba con el papel a un nivel con el que nos identificábamos. Decidió dar un cambio para llegar a más público. Le da igual que lo llamen ‘vendido’. Él ha reconocido su intención y eso para mí es importante. No tuvo problemas en fichar por una gran discográfica y en decir ‘yo voy a ganar dinero con esto’. No es que haya sido pionero en el trap en España, pero sí que ha adaptado su música y ha ayudado a difundir el género. Su tema Mala mujer ni siquiera está totalmente englobado en el trap o en el rap. C. Tangana hace de todo.

 El estudio del grupo está ubicado en una cochera.
El estudio del grupo está ubicado en una cochera.

—Sokro, ¿cuál es la línea o la frontera que diferencia al rap del trap?

—FB: Creo que la clave está en el ritmo. Es en la instrumental donde se puede enfocar más a uno u otro género. Es cierto que están ligados, porque el trap surgió del rap: instrumentales mucho más lentas.

—¿Cuánta importancia tienen hoy las nuevas tecnologías para un artista?

—JC: Toda. Sin eso no vas a ninguna parte. La plataforma más influyente es Youtube. Hace unos años solo la utilizaba para ver algunos vídeos. En el ámbito musical prefería irme a páginas web específicas para estar al día de rap. Ahora para el ámbito audiovisual Youtube es imprescindible. Hoy no basta con el sonido para triunfar. Necesitas contenido audiovisual, Youtube.

—FB: La música ha evolucionado hasta un punto en el que ya no es solo música, sino ver un vídeo que acompañe la canción. También está la opción de escuchar la canción. Por ejemplo, a nosotros nos representan mucho los vídeos que se suben a Youtube solo con una fotografía. Incluso viendo una foto me transmite, porque el artista que la hizo puso su punto de vista y va en sintonía con la canción. Todo influye.

—JC: Nos gusta un poco de todo. Hay quien piensa, y con razón, que se pierde la esencia de la música si solo te centras en el videoclip. Pero también un buen vídeo puede acompañar y mejorar la canción. Hay temas que son buenos para que se hagan vídeos, y nosotros disfrutamos con eso. Triunfar nos da igual. No lo hacemos por eso, sino porque nos gusta.

—Más tecnologías implica más competencia. ¿También mejora la calidad?

—FB: No, la calidad es la misma. Que haya más competencia supone que aparecen los filtros. Bajo mi punto de vista, se supera ese filtro con una gran single que suponga un pelotazo. También puedes crear un plan de marqueting que te permita superar ese filtro. Invirtiendo dinero, claro.

 Los marteños afirman que la afición al rap y al trap ha crecido en la provincia.
Los marteños afirman que la afición al rap y al trap ha crecido en la provincia.

LIBERTAD DE EXPRESIÓN VERSUS CENSURA

—Los raperos Pablo Hasél (aún no había sido condenado en el momento de la entrevista) y Valtonyc pueden ir a la cárcel por sus letras. ¿Les sorprende que haya penas así por canciones de rap?

—JC: Ya no sorprende, porque lo hemos visto. Desde el primer caso con Pablo Hasél nos dimos cuenta. Creo que la estrategia para evitar más repercusión es parar los pies al primero que se ponga para que haya un cabeza de turco y evitar que el resto continúe.

—FB: La típica revolución que los altos cargos no quieren que haya. Prefieren tener el poder y manejar los hilos sin interferencias.

—JC: Pero es casi al contrario, porque la consecuencia de esas penas es incitar a protestar incluso más. No es justo. No hablamos de actos, sino de palabras. Yo no lo considero enaltecimiento del terrorismo. Alguien puede escribir en un tema: ‘Vamos a coger metralletas para liarnos a tiros con los Borbones’. Pero casi ninguna de las canciones menciona algo así, simplemente alguien opina que no acepta la Corona. Entiendo que hay un trecho entre decir una idea explícita a llevarla a cabo o calificarla de enaltecimiento del terrorismo. Una pena de tres años y medios es exagerada, propia de otros delitos. No lo vemos justo.

—FB: Es una pena muy grande que los artistas tengamos que censurarnos a nosotros mismos. En Galicia se han censurado obras porque iban en contra del régimen actual. Me choca que se censure el arte, pero no la corrupción que existe.

—¿Hay límites a la hora de escribir una canción? Lo pregunto sobre todo en los casos en que una canción no es una verdad, sino una mentira con pretensión estética.

—FB: El límite es el que uno quiera ponerse. Hay artistas que se han creado un personaje, como Sicario. Empezó hablando de drogas, de corrupción y de reivindicación social. Creó un personaje que se acabó creyendo. No supo diferenciar entre artista y persona. Volviendo a lo de antes, el límite es que no hay límite. Quienes escribimos no debemos ponernos barreras.

—JC: Nosotros no tenemos límites. Yo considero que nadie lo tiene. Pero sí es cierto que casos como el de Valtonyc te pueden instar a mojarte menos. Nuestro grupo no se limita, pero no somos tan explícitos. Al menos de momento. Hay que ser libres.

—¿Entenderían que ahora haya raperos que caigan en la autocensura con algunos temas?

—FB: Sí, por supuesto. Yo lo he hecho en una canción. He tenido que censurarme para no explicitar una idea. En un tema digo: ‘Estoy quemando la bandera que representáis’. No digo qué bandera es, pero se intuye.

—JC: Claro, y no puedes salir en el vídeo quemando cierta bandera o haciendo ciertas cosas. Es verdad, no había caído. A mí a nivel de letras no me ha pasado, pero sí que entiendo que haya gente que lo haga, porque puede ir a la cárcel. Respeto a quien se la juega. Y recalco: no debería haber límites. Cada cual que haga lo que considere según su conciencia.

"Seguiremos sin importar el triunfo", prometen.

Vídeo y fotografías: Antonio Anguita.

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