Cómo afecta el invierno a tu coche

Las lunas delanteras, la batería y el sistema de frenado son algunos de los elementos del coche más afectados por las bajas temperaturas. Te contamos cómo evitar averías e incidentes causados por el frío en la carretera.

Durante el invierno, cuidar los cristales del coche resulta fundamental dado que los cambios de temperatura bruscos pueden ocasionar daños en el parabrisas. Ante este caso, lo recomendable es recurrir a un taller de reparación de lunas en Jaén. No obstante, para evitar esta situación, y otros desperfectos causados por el frío, hay algunas pautas preventivas que puedes aplicar.

Te contamos cuáles son los elementos del coche que pueden resultar afectados por las bajas temperaturas y qué puedes hacer para evitarlo.

1. Cristales y limpiaparabrisas

Asegúrate de que los limpiaparabrisas funcionen adecuadamente y su goma no esté reseca, puesto que conducir con un halo borroso mientras llueve o nieva limita la visibilidad y aumenta el riesgo de accidente. Un truco que puedes aplicar para evitar que el agua del depósito se congele es usar líquido limpiaparabrisas, ya que por sus compuestos, no llegará a solidificarse.

Para evitar que tu parabrisas amanezca con una capa de hielo o nieve, puedes colocar un cartón y sujetarlo con las escobillas. Si, por el contrario, te encuentras con la luna delantera helada, es importante no echar agua caliente, esto solo provocará que el cristal se resquebraje por el choque de temperatura.

La mejor opción es aplicar alcohol de curación o raspar el hielo con una rasqueta de manera suave, para evitar rayones.

2. Neumáticos

Una parte fundamental de nuestro automóvil son los neumáticos. En la temporada de invierno las probabilidades de conducir sobre asfalto mojado debido a la nieve o lluvia son mayores, por lo que deberemos tener las llantas en buen estado, con la presión correcta y el dibujo de la goma aún visible.

Además, se recomienda el uso de cadenas para incrementar la tracción, asegurando la circulación en carreteras nevadas.

3. Calefacción

El sistema de calefacción es clave para desempañar los cristales, ya que ofrece una mayor visibilidad mientras conduces. En invierno, lo recomendable es no ponerla nada más encender el coche, debido a que, como obtiene el aire del exterior y se calienta al pasar por el motor, solo expulsará aire frío.

Además, es importante recordar que un choque brusco en la temperatura de los parabrisas puede provocar la fractura de los mismos. Lo más recomendable es dirigir la salida del aire caliente a los pies y este progresivamente irá ascendiendo calentando de manera homogénea el interior del vehículo.

4. Batería

Las bajas temperaturas pueden ocasionar que la batería pierda su potencia por debajo de los 10 grados bajo cero, llegando incluso a descargarse. Revisa con atención la vida útil, y sustitúyela cuando sea necesario para no encontrarte a bajas temperaturas frente a una situación desagradable.

5. Sistema de frenado

Es de vital importancia revisar el sistema de frenado antes de conducir en invierno, ya que, con el frío, pierde eficacia y disminuye la capacidad de reacción del automóvil. Las pastillas de freno son las principales afectadas por las bajas temperaturas, ya que al acumular suciedad y humedad provocan chirridos y friccionan con los discos de freno.

Si las pastillas de freno tuvieran una capa de hielo, intenta pisar el embrague para que se rompa y eso permita su funcionamiento. Otra cosa que hay que revisar es el líquido de frenos, puesto que se puede espesar y ralentizar el funcionamiento del sistema de frenado.

Si tu coche duerme en la calle, es mejor tomar nota de las recomendaciones dadas, ya que hay más probabilidades de que el automóvil sufra los efectos causados por el frío. En cambio, si cuentas con una plaza de garaje cubierta, los riesgos se reducen considerablemente.

No obstante, un buen mantenimiento preventivo y acudir al mecánico ante cualquier señal de fallo, ayudará a ahorrar dinero y disminuir los riesgos de accidente.