De letras, escritores y aprendices

La segunda edición de 'Jaén, Paraíso Literario' refleja que hay un público tan sediento de leer como de contar historias

Quién lee y qué quiere leer. Quién escribe y para quién. Había un reguero de preguntas en las II Jornadas Jaén, Paraíso Literario de la Diputación y se contestaron algunas a partir de un cartel variado que aglutinó desde a escritores de prestigio como Benjamín Prado y Espido Freide hasta reporteros pasando por empresarios del sector.

Nadie sabe muy bien hacia dónde va la literatura en un ecosistema dominado por la narrativa audiovisual breve y de impacto. Pero si algo evidenció la cita celebrada en el Antiguo Hospital San Juan de Dios es que hay lectores con ganas de leer y también otros ávidos de cruzar el umbral y convertirse en narradores.

Me llamó la atención, en la mesa debate que compartí con el autor Joaquín Fabrellas, que el rasgo casi omnipresente en el público era esa pulsión por contar, por ser parte de la nube literaria. Una señora habló sobre el influjo de los sueños en la acción poética; un hombre compartió su gusto por aplicar en Twitter la greguería de Gómez de la Serna; una joven quiere empezar a publicar textos en prensa, y una profesora destacó la influencia del cine a la hora de componer una historia. Todos quieren (queremos) contar.

Para quienes libramos la batalla por la cultura desde los medios supone una noticia magnífica. Si hay tantos lectores y tanta gente con fondo creativo, la prensa y la literatura apelarán a públicos de diferentes capas, y ojalá sean más numerosas las audiencias exigentes.

El paraíso literario es abierto, libérrimo y no tiene por qué estar tan pendiente del algoritmo. Que sea un caos donde cada cual lea y escriba a su ritmo.