Cooper, camino contigo

La tercera temporada de Twin Peaks remarca al David Lynch más onírico e indescifrable

La he esperado con ganas, desde que José Ramón Casado la anunció como uno de los grandes estrenos del año 2017. Ya empecé a ver lo nuevo de Twin Peaks. Con algunas series me gusta retrasarme, verlas desmarcándome del tiempo real y de la manada. Ralentalizarlas y no mirar en Twitter. ¿Qué me he encontrado hasta la fecha? Más abajo, spoiler.

Vuelve no uno, sino dos agentes Dale Cooper. El bueno, que aterriza en el planeta casi sin querer, sabe Dios de qué mundo, y que camina como un marciano, sólo repite las últimas palabras de sus interlocutores. El malo, que tiene la melena y el espíritu de Bob, es capaz de salir de una prisión sólo con decirle unas palabras a un carcelero.

David Lynch juega con nosotros. Uno esperaba aquella atmósfera de aldea entre pinos, volver al pueblo donde Laura Palmer amaneció cadáver en las orillas de un río y hallar veinticinco años después las respuestas que no entendimos. Ésa era la idea que tenía en mi cabeza como espectador. Pero Lynch ha creado algo diferente al universo anterior.

La tercera temporada se ha emitido en Movistar+. Quiero entender que hay algo como los viajes en el tiempo, cuando el enano de cabellera mohicana le dice al Cooper bueno “pasado y futuro, lo mismo es”.

Acercándome al ecuador de la temporada, consulté con un amigo cinéfilo:

—Te prometo que no entiendo nada —le dije.

—Lynch es un genio. Sabe lo que hace —me tranquilizó.

Cómo voy a negarlo. Y ahora, al cierre del capitulo seis, es cuando he renovado mi fe en el talento del autor, también el detective Gordon en la ficción. ¿Cuándo se van encontrar el bueno y el malo? Ahí me agarro, ésa es la idea que fijo ahora en mi cabeza, la esperanza narrativa.

Pasado y futuro lo mismo es, dice el enano.

Lynchamiento, escribe Alberto Rey, crítico de El Mundo.

La gran fumada de David Lynch, titulan desde Seriemente.

Aún (me) queda el desenlace. Y podría haber cuarta temporada.

Si es así, habrá que seguir con Cooper. Caminar a su lado.