Cristina Godoy, la capitana que entrena en soledad

La jugadora del Martos FS compagina la cancha con un trabajo que a veces provoca que entrene sin compañía

Tanto se ha escrito sobre la soledad del portero en el fútbol que quizá se ha marginado que esa soledad es aún más real en otros casos. Valga el ejemplo de Cristina Godoy (Marmolejo, 1988), jugadora del Martos FS que entrena sin compañía cuando, como esta semana, trabaja en el turno de tarde, en Valeo. Segunda capitana, resta drama al asunto, porque ella disfruta en la pista.

Godoy suma doce temporadas en el Martos. Hace poco el entrenador, Francisco José Vilches, le dijo que las capitanas estrenarían brazalete. "No le doy mucha importancia, porque el liderazgo no es el brazalete", expresa en conversación con este periódico. Martes, jueves y viernes son los entrenamientos. Cuando no puede acudir, no le queda otra que coger la pelota e irse al pabellón, al espacio que tiene el equipo, y ser protagonista en un ambiente que respira sacrificio, como el de los deportistas que se preparan para volver tras una lesión duradera. "A veces juego a pádel o me voy a correr", apunta.

Las marteñas compiten en el grupo tres de la Segunda División. El play off es muy complicado, de manera que los retos son más terrenales: quiere jugar lo máximo posible y, en clave de equipo, acabar entre los cuatro primeros puestos.

DEL REAL JAÉN AL FÚTBOL SALA EN MARTOS

Hay kilómetros en las piernas de Cristina Godoy, capaces de disputar en diferentes terrenos, pues también jugó a fútbol tanto en el Atlético Jiennense, donde militó dos temporadas, como en el Real Jaén, activa durante un curso. Al final, volvió al sala, donde comenzó en Villa del Río (Córdoba).

Si se le pregunta dónde disfruta más, Godoy responde a favor de la pista, porque puede atacar aun cuando parta como cierre. Siempre, dice, tuvo alma de atacante, ya que fue delantera e interior en el césped. "Mi referente es José López, del Atlético Mengíbar. Y claro, me encanta Ricardinho", cuenta.

Jefa de línea de la empresa referente de Martos, la de Marmolejo confía en continuar con el deporte al menos una o dos temporadas más. El adiós se acerca pasada la treintena, pero aún queda tiempo. Minutos de juego y horas de entrenamiento, con las compañeras o en soledad, como ya es costumbre.