Amanece en el Jaén Plaza
El Centro Comercial Abierto pasa del vacío y del silencio a la actividad frenética del umbral del fin de semana
No son aún las 08:30 del viernes 16 de febrero, y la galería del Centro Comercial Jaén Plaza está custodiada por un vigilante.
—¿A qué hora abren las tiendas?
Es una pregunta con respuestas que cambian en función del negocio, si bien el arco comprende de la mayoría de las firmas entre las 09:00 y las 10:00.
—¿Para desayunar?
—La planta de arriba —advierte una limpiadora.
Dentro de la galería, impresiona el vacío, la sensación de orfandad, que es eso, una sensación —no es la cancelación de ruido de los auriculares; realmente impera el silencio. Porque para que ruja el gigante comercial siempre hay trabajadores antes de que llegue el movimiento de la clientela.
Como ella, una joven que a lomos de una máquina limpiadora da vueltas a los pies del Espacio Gourmet, sin más compañía que el tiovivo con los colores de la bandera de Andalucía. En palabras de Ortega Smith, aquí, espacio de expresión capitalista, está “la España que madruga”.
Dos camareros de Café 100% Jaenérico calientan los motores entre risas antes de habilitar la terraza, que en apenas una hora estará salpicada por los desayunos.
A partir de las 09:00, decíamos, abren los primeros negocios, y así echan a andar La CuevaD1900, Cervecería 100 Montaditos y Puerta Bernina, que justo al abrir ha recibido a los primeros clientes. Es también el momento en que se cruzan camareros y repartidores.
—¡Buenos días, chiquitín! —saluda una camarera a un repartidor que ultima una entrega.
Pasan los minutos y los pasillos se van poblando en las dos plantas, principalmente con público adulto, bien trabajadores que tienen turno de tarde o algún matrimonio que aprovecha la mañana.
Las tiendas de informáticas, de ropa deportiva, telefonía y videojuegos se van sumando también al inicio de una jornada que acabará en la noche, recibiendo ya a un perfil que huye del centro para apearse en una propuesta más seductora a medida que pasan los meses.
Llega el fin de semana y el Jaén Plaza está listo, porque con el tiempo suficiente de antelación hay quienes han arrastrado los carros para que todo esté en su sitio. Ya saben: nadie se divierte si no hay gente trabajando.
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