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La crónica sequía en España

Por Antonio García Fuentes - Abril 03, 2019
La crónica sequía en España
Imagen de recurso.

Nos encontramos en primavera y en la mayor parte de España no ha llovido en más de dos meses de tiempo y además ya empezaron los incendios, incluso en tierras “lluviosas”; sólo con estos datos puede apreciarse la situación nacional.

En España no hay solo una sequía esencial cual es la falta de agua; hay otra mucho peor y que igualmente es crónica, cual es la de falta de estadistas, de verdaderos e inteligentes gobernantes que nacionalmente pensaran en un todo, cuál debe ser la nación ibérica, que en realidad debió haber sido comprendida con lo que hoy es Portugal. No fue así, por cuanto aquí y como en las peores épocas de los iberos o íberos (tribus belicosas y en eternas luchas entre ellas), aquí siguen las luchas intestinas, los gobernantes bandidos o inútiles, los mercenarios sin entrañas; y las envidias eternas, que todo lo destruyen; y así, las mejores y más feraces tierras de Europa, nunca llegan a ser lo que debieran ser y hoy mucho más, por cuanto sobran las técnicas modernas. Pensemos que sólo en la provincia andaluza de Granada se encuentran todos los climas de Europa, más una zona semi tropical que se extiende por la provincia de Málaga y que por sí sola, produce frutos tropicales en cantidades como para exportar a gran escala.

Y mientras esto escribo, me acuerdo de los tenaces e inteligentes holandeses, que supieron robar al terrible océano, enormes extensiones de tierras que hoy las hacen producir mucho más y mejor, que las buenas tierras que sólo reciben “las caricias del Sol y la lluvia que naturalmente cae del cielo”.

Aquí y hace un siglo, hubo un gobernante que con visión de futuro, inició una verdadera renovación de la muy atrasada “Iberia”, fue un militar y se llamó Miguel Primo de Rivera y Orbaneja, que vio como buen estratega militar, que España necesitaba prioritariamente vías de comunicación actualizadas y agua para sus muchas tierras; y a ello se dedicó mientras vivió o le dejaron (“puesto que se dice que no murió de muerte natural”) y a él, se debe el denominado: “Plan Hidrológico Nacional”; el que igualmente continuó “su discípulo y subordinado”; Francisco Franco Bahamonde, el que por ello dejó edificados cientos de pantanos y algo de las canalizaciones nacionales, pero que no llegó a ultimar la gran obra. Y he dicho “discípulo y subordinado”; puesto que el primero y en las malditas guerras del Norte de África, fue el jefe militar de Franco y no dudo que algo o mucho, aprendería del jefe.

España y para quién no lo sepa, es las segunda nación más montañosa de Europa, por lo que aquí, hay infinidad de lugares para edificar pantanos y embalses, para almacenar las muchísimas aguas que vierten a los mares que nos rodean y que de paso, producen catástrofes memorables y que están en la historia de este país.

Aparte de las aguas que del cielo caen; hay otra cantidad enorme de aguas subterráneas, sin explotar (la provincia de Madrid y por ejemplo, se asegura que es, “un lago subterráneo” por las muchas aguas que atesora su subsuelo) y que tampoco están estudiadas y puestas en uso para períodos que lo necesiten; y por último están nuestras muy extensas costas y desde las que se pueden desalar en casos extremos, las aguas precisas y necesarias; o sea que la falta de agua en España, no es un problema, el problema de España es el de siempre, sus inútiles o nulos gobernantes, que fueron y siguen siendo plaga, salvo excepciones.

Como caso insólito, cuando más avanzó España en lo económico y social, fue precisamente en las dos dictaduras militares que arriba cito (Primo de Rivera y Franco) por cuanto en realidad y en lo dicho, fueron una continuidad la una de la otra; cosa que los que viven de la política o de “la holganza” no les reconocerán jamás. Un artículo no da para más, pero invito a los eruditos honrados a que me lo discutan.

Y no, no me confundan yo no soy político ni he pertenecido nunca a ninguna nomenclatura política o grupo de presión alguno; yo soy un simple español, que preocupado por las cosas de mi patria, he leído y vivido mucho y pensado bastante, lo que me permite manifestarme con la libertad que lo hago.

Y como final aporto un dato publicado en “la nueva era” y dónde casi nada sobre el agua se ha resuelto: "En el año 1940 la capacidad de embalse alcanzaba el volumen de 4.133, hectómetros cúbicos; en el año 1972 alcanzó 38.819 hectómetros cúbicos, es decir, casi se decuplicó en los 32 años transcurridos". En otras palabras, durante la era de Franco no sólo se proyectó, sino que se realizó 10 veces más política hidráulica que en los 2.000 años anteriores. (EL PAÍS de 31 de mayo un artículo de Juan Benet titulado Sequía y crisis).

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