GALERÍA | El desplome que pudo ser tragedia
La familia, afincada en el edificio de Alcalá que parcialmente ha cedido, espera una solución en un hostal; por suerte ninguno de los vecinos se subió a los tres coches afectados en el momento del derrumbe
Son las nueve y media de la mañana, y un agente de Policía da indicaciones a la máquina excavadora que opera como puede en el número 78 de la calle Real de Alcalá, junto a parte de un edificio que se vino abajo entre las cuatro y las seis y media de la madrugada. El desplome no ha sido justo en la vivienda donde reside un matrimonio y sus tres hijos marroquíes; sino a la izquierda, en una zona aledaña, una suerte de patio cuyas paredes sí se han venido completamente abajo. La peor parte del desplome se la llevan tres coches aparcados de vecinos del lugar. Uno azul está casi enterrado en escombros, con el techo hundido. Otro, gris, también ha recibido impactos y el dueño está en la calle ayudando a los operarios municipales a quitarle tierra y piedras de encima para atemperar los desperfectos. El tercero tiene el cristal trasero reventado; la zona es un nido de escombros.
El lugar accidentado está a pocos metros de la Casa Pineda, edificio municipal con actividad diaria.
—No ha pasado nada. Imagínate que el derrumbe hubiese sido justo a la hora en que el vecino va a trabajar y a llevar a sus hijos al colegio. No ha sido nada —repite en alusión al dueño del coche enterrado en piedras.
Hay vecinos en la intersección de la calle Real con el Callejón del Medrano que ya han sacado los móviles para fotografíar cómo ha quedado la casa.
–Sí, son marroquíes —confirma uno de ellos a LaContracrónica, detrás del cordón policial, mientras la excavadora maniobra con poco margen; la calle es una cuesta estrecha. El inmueble es propiedad privada. Los dueños llevan años en el municipio.
Diez minutos antes de las diez, el alcalde de Alcalá, Carlos Hinojosa, acude al lugar y es rápidamente informado por los trabajadores. Uno de ellos le explica que van a colocar camiones de tierra para proteger la calle empinada. Ya hay más curiosos tras el cordón policial.
La familia ha abandonado por un momento el hostal céntrico donde se refugian para acudir a Asuntos Sociales y notificar lo que ha ocurrido, según señalan desde el negocio hotelero.
INFORME EN UNA DE LAS TRES PARTES DEL EDIFICIO
"Una vez examinado el edificio se puede apreciar, a simple vista, el avanzado estado de deterioro y derrumbe de los elementos estructurales principales, entre ellos los muros de sillería resistentes, los forjados flectados y parcialmente derrumbados, muros agrietados y cubiertas parcialmente hundidas, estando así mismo el inmueble inutilizado y colapsado estructuralmente como consecuencia del derrumbe", explica el Ayuntamiento, tras la inspección 'in situ', en una nota. Y agrega: "Se observa que es muy posible un nuevo desprendimiento en la parte superior derecha del edificio que se evidencia por la existencia de grietas y la falta de cohesión entre los distintos elementos estructurales".
El Ayuntamiento abrió hace años un expediente de demolición parcial —que se hizo por ejecución subsidiaria, por ruina inminente— . Afectó a la mitad del edificio.
El resto de la vivienda tenía propietario, y no había riesgo de ruina. A su vez la vivienda fue beneficiaria de una subvención para su rehabilitación del Área de Rehabilitación Concertada de la Consejería de Vivienda, que llevó consigo la reconstrucción del tejado de esta parte del edificio, donde actualmente vivía la citada familia de cinco miembros.
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