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Día 9: La bandera de la libertad

Por Alejandra McKelligan. - Marzo 24, 2020
Día 9: La bandera de la libertad

Diario de Alejandra McKelligan: Mi transformación como legado del coronavirus

“Ha llegado el momento de rendirte, abandonar las armas y alzar la bandera de a paz”. Ese fue mi mensaje para reflexionar hoy. 

Hace un año aproximadamente estuve en Madrid para un proyecto en donde volví a ver a mi amiga Laia. Me dio mucha alegría volver a verla sobre todo porque me encanta confirmar que puedes reconectar con personas que hace tiempo no ves y sentir que sigue estando la misma energía y conexión. En ese momento Laia llevaba consigo una herramienta llamada Guspires (que significa chispa), cuando digo herramienta me refiero a una dinámica/ejercicio muy potente para los que nos dedicamos a la Formación y/o al Coaching. Estas tarjetas eran muy especiales porque habían sido diseñadas y desarrolladas por la propia Laia. En cuanto me las enseñó no dudé ni un segundo en hacerme con ella para poder utilizarlas tanto para mí como para mis cursos de formación.

Consistía en 52 fotografías, las cuales habían sido capturadas por ella misma en distintos paisajes: playas, montañas, campo, casas, con personas, sin personas, etc… y cada una contenía un mensaje muy potente en el reverso. La dinámica o ejercicio consistía en desplegar las fotografías y al observarlas todas, elegir la imagen que más nos llamara la atención o mezclarlas y coger una al azar. El mensaje del reverso te invita a reflexionar o tomar conciencia sobre una nueva perspectiva para ayudarte a conectar con tu potencial y alentarte a ponerte en acción hacia la meta que deseas. El mensaje de hoy “casualmente” me vino como anillo al dedo.

Y es que esta mañana cuando me desperté, fui directamente en busca de las tarjetas, tenía muchas ganas de saber algo de mí de lo que no fuera consciente; así que me aventuré a escoger una y mira por donde me tocó: “La Bandera de la Libertad”. En el reverso de la foto, el mensaje me invitaba a cuestionar en qué aspectos me estaba empeñando y de qué me estaba perdiendo por adoptar esa actitud.

Me di cuenta de que, durante estos días de confinamiento, me estoy empeñando en mantener un orden muy estricto en casa en cuanto a limpieza, organización, planificación, cumplimiento de horarios y normas, todo basado en el máximo control. Y creo que de lo que me estoy perdiendo es de dedicar mas tiempo a MÍ, para meditar, relajarme, escucharme, atender a mis necesidades y ser coherente dando respuesta a todas y cada una de las peticiones de mi mente-cuerpo-alma.

Precisamente hoy le recomendaba a un amigo que se dedicara más tiempo a sí mismo, ya que actualmente se siente muy desbordado atendiendo necesidades emocionales de los demás y él se está quedando al final de la lista.

¿Qué chistosa es la vida no? “Consejos vendo que para mí no tengo”. Así que entre la dinámica que hice conmigo misma esta mañana más la conversación con mi amigo, concluyo que la lección de hoy para mí y para ti-si te apetece- sería: atiende-TE, escucha-TE, consiente-TE y relaja-TE que el orden y la organización están muy bien, pero antes de tratar de mantener altos los niveles de exigencia, conviene hacer un ejercicio de alimentar el alma, de detenernos, de parar y  respirar-NOS pues lo que estamos viviendo ahora no es poca cosa, es algo sin precedente, se trata de un nuevo miedo social-racional que nos tiene a todos con las emociones a flor de piel, que nos está poniendo a prueba al máximo y que como no existe una hoja de ruta clara, porque nadamos en el mar de la incertidumbre, conviene ahora fluir y dejarnos llevar sin más… porque no podemos hacer otra cosa…

¡Te mando un abrazo descontrolado!

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COMENTARIOS

Víctor Guillermo Figueroa Molina

Víctor Guillermo Figueroa Molina Marzo 26, 2020

Te hice caso, y me di permiso para descansar y desconectar unas horas. Al principio me sentía mal, pero rápidamente recordé que debía hacerlo, desconectar un poco de los demás, para conectar nuevamente conmigo mismo. Por ello, esa tarde estuve tocando el piano y volví a reponer fuerzas, pues cada vez que lo hago reconecto conmigo mismo. Hoy me di el permiso para leer cada página de tu diario y escribir como si de una carta de respuesta (muy cortita) se tratara.

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