Día 5: Feliz con mi nueva compañera

Diario de Alejandra McKelligan: Mi transformación como legado del coronavirus

Yo llevo una semana que el tiempo no me llega, no es ironía, créeme que el día se me pasa volando con un montón de actividades. Estos días mi hijo se está poniendo al día con los deberes, así que yo hago de profesora, de madre, de entretenedora, de cocinera (por cierto, pronto escribiré un post sobre recetas de cocina, me lo están pidiendo mis queridos lectores y les voy a hacer caso), de limpiadora y además también estoy trabajando: reinventándome, adaptando mi catálogo de servicios, formándome y preparando nuevos proyectos que más adelante desvelaré.

Bueno, también quería contarte una buena noticia y es que: ¡tenemos una nueva compañera! Desde ayer en la noche, se llama Canela y la conocemos desde hace 8 años. Es nuestra perrita que hasta ayer vivía con los abuelos de mi hijo, pero decidimos traerla a casa para hacernos compañía y disfrutar de ella ahora que tenemos oportunidad de estar más tiempo en casa. Su llegada nos ha inundado de alegría porque hemos recordado que las mascotas te invitan a dar y recibir más amor, si te acuerdas en el post de ayer hablábamos de lo importante que era generar buen rollo, ondas positivas y dar a raudales todo lo que tenemos. Como tú bien sabes, las emociones son contagiosas (esta palabra que tanto escuchamos a diario) y si decidimos que sean positivas pues a cambio recibiremos positivismo y si decidimos que sean negativas, pues ya sabemos el resultado.

Canela ha venido a casa a recordarnos que los seres vivos (personas, plantas, animales) necesitan cuidados y dedicación de tiempo. Y ahora mismo la pregunta es, ¿qué sentido tiene el tiempo?, porque algunos seguimos muy apegados a los hábitos, las responsabilidades y las rutinas, ¿por qué ahora se vuelven más importantes que nunca? Pues te cuento, las personas necesitamos tener un propósito, una meta, algo a qué acogernos para seguir viviendo con ilusión, para avanzar y seguir adelante. Ahora más que nunca, desde mi humilde opinión, necesitamos recordar o crear nuestro PARA QUÉ en nuestra vida. Levantarme cada día para aprender algo nuevo, para disfrutar con mis hijos, para reinventarme, para reconfigurarme, para plantear cómo voy a afrontar mi realidad cuando todo esto pase. El POR QUÉ nos lleva al pasado, el PARA QUÉ nos ayuda a generar un sentido a nuestra vida, es una invitación al futuro para que nos pongamos en marcha y actuemos de forma coherente con nosotros mismos, con nuestras creencias, nuestros valores y nuestros sueños.

Cada día cuando me siento a escribirte, mi PARA QUÉ, es compartir contigo mis aprendizajes y reflexiones y acompañarte en esta travesía compleja, incierta pero pasajera.

¡Te mando un abrazo lleno de propósito!