Cerrar Buscador

Día 4: manteniendo el statu quo

Por Alejandra McKelligan. - Marzo 18, 2020
Día 4: manteniendo el  statu quo

Diario de Alejandra McKelligan: Mi transformación como legado del coronavirus

Anoche toqué fondo. No siempre podemos mantener el tipo. Confieso que me desmoroné y me quedé con la mente en blanco, el alma vacía y sin saber qué decir o qué hacer. Durante unos instantes me olvidé de que esto es pasajero y me entregué a la idea catastrofista de que esto era el fin. Este diario no va de superhéroes, por eso escribo lo que siento y lo que pienso. Algunos me acompañarán y yo los acompañaré y otros me desafiarán o se reirán, no importa, el jardín es variado y eso es lo que enriquece.

Antes de entregarme al dolor, la frustración y el agobio, tuve un momento de risas y diversión; claro porque esto es una montaña rusa de emociones, que a ratos te angustias y luego todo te importa un pimiento porque lo que importa es el momento presente. Bueno, te estaba contando que tuve un momento de gloria jugando con mi hijo al “Uno”, y mira, no te haces una idea de la que se montó en cuestión de minutos, mi hijo me ganaba, luego me volvía a ganar, total que seguía ganándome, hasta que yo empecé a hacer trampa descaradamente y le pude ganar pero lógicamente me pilló, así que a modo de seguir jugando pero ya en plan como si no hubiera un mañana, cogimos todas las cartas y empezamos a tirarlas por lo alto de nuestras cabezas como poseídos y enloquecidos… ufff… qué momento de des-tensión, de dolor de panza por tanta risa….  

Qué sano momento de desbloqueo, de abrir compuertas y de dejar que saliera todo lo que tenía que salir porque sino salía se quedaría atrapado y explotaría por algún sitio…  el sabor de boca que surgió a continuación fue inmensamente delicioso y la lectura que hice fue: si juegas, aunque pierdas, puedes ganar.

Ahora estamos todos encerrados, atrapados y sin poder ser fugitivos. Pero una cosa si es posible, y es que SÍ podemos jugar a ganar, a echarle un pulso a la vida, a ganarle esta partida pensando que saldremos reforzados y que esto, aunque sea duro ahora, cuando acabe nos esperan grandes cosas porque habrá mucho por hacer… SOLO SI TÚ QUIERES y sólo si decides subirte al carro de las OPORTUNIDADES que vienen a raudales cuando esto pare… yo te digo, si juegas, puedes ganar, pero es que si no juegas, te aseguro, te juro que no ganarás.

Ayer te hablé de que echaba de menos el olor de las personas… hoy te quiero contar la otra cara de la moneda. Nuestro “lado oscuro” que fácilmente emerge ante situaciones drásticas, nuevas y sobre todo cuando van cargadas de incertidumbre y miedo.

Esta mañana salí de casa porque necesitaba abastecerme y en un lapso de 20 minutos me encontré con esta imagen: la gente no responde a los saludos, si te habla es para decir que esto va a ir a peor, que te prepares, etc.. la sensación que tuve es que mucha gente está muy quemada por la situación, otros si pueden evitan mirarte a la cara y así se quedan más anchos. Yo pensaba que la norma sólo era mantener una distancia física, pero no que iba acompañado de ser negativo, malhumorado y de mantener un rollo de hostilidad y de estar instalado en la queja.

Oye que todos lo estamos pasando regular, no solo tú… y si encima añadimos accesorios de mala onda o de negatividad lo pasaremos peor. No quiero jactarme de ser una “happy flower” porque recuerda que al principio de este post te comenté que ayer me derrumbé. Lo que te quiero decir es que es válido sentir TODO Y ABSOLUTAMENTE todo en estos momentos, pero ¡hey! con la gente te invito a que ante la norma de las distancias, acerquemos las distancias con sonrisas (aunque solo te salga la mitad), en saludos y en actitud de esperanza, no sé, se me ocurre que así compensamos con la falta de caricias y abrazos que tanta falta nos hacen ahora… esto no va a ser eterno, te lo aseguro.

¡Te mando un saludo repleto de energía positiva!

He visto un error

Únete a nuestro boletín

COMENTARIOS

Víctor Guillermo Figueroa Molina

Víctor Guillermo Figueroa Molina Marzo 26, 2020

¡Ay amiga mía!, la gente no está educada a pensar (y por ende a sentir y comportarse) de manera global, por eso en momentos como este se refugian aún más en su yo, ese que siente y padece, pero que también se olvida que son muchas las personas que lo están pasando no mal, sino muy mal.

responder

COMENTA CON FACEBOOK