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Acordes finales de la desescalada

Por Fran Cano - Junio 06, 2020
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Acordes finales de la desescalada
Un hombre toca la guitarra en la calle Roldán y Marín de Jaén. Foto: Fran Cano.

El tránsito de la fase dos a la tres de la desescalada ofrece escenas de quietud confusa en Frailes, en Alcalá y en Jaén

Es lunes 1 de junio, y hoy toca conocer dónde está el Centro de Acceso a Internet (CAPI) de La Tejuela en Alcalá. En el camino en coche entre Frailes y la ciudad de La Mota el tránsito es normal; no parece que haya más o menos vehículos ahora que falta sólo una semana para llegar a la fase tres, al umbral de la normalidad con mascarillas. Llego a la ciudad, atravieso El Llanillo y aparco lejos, bastante lejos, del lugar de la entrevista. Enfrente del bar El Chencho hay dos mujeres, una más mayor que la otra que parece la ciudadora, las dos en un banco.

—¿Dónde está el Guadalinfo?
—Arriba, arriba, subes la rotonda y lo verás arriba —contesta la más joven, que luego acepta ser fotografiada.

Obedezco, pero al rato de caminar entiendo que la mujer tampoco sabe dónde está el CAPI; es muy probable que no sepa qué es el CAPI. Llamo por teléfono a la dinamizadora, María de la Cabeza Martín, y me dice que no estoy tan lejos. Pongo Google Map, escribo calle Grecia y llego en pocos minutos tras algunas vueltas en las que descubro obreros y chavales en bici. El CAPI está al final de la calle, como escondido. No hay dentro nadie aparte de la dinamizadora; todos los monitores salvo el suyo están apagados. Hablaremos un poco de todo, también del ingreso mínimo vital. Durante la entrevista sólo se escucha a veces desde fuera el ruido de una moto.

 Mujeres en un banco en Alcalá. Foto: Fran Cano.
Mujeres en un banco en Alcalá. Foto: Fran Cano.

MIÉRCOLES: PRIMER VIAJE A JAÉN EN EL CONFINAMIENTO

El despertador suena media hora antes el miércoles 3 de junio. Hay que tomar el bus desde la estación de autobuses de Alcalá, a las 8:30 horas, para ir a Jaén. Es el primer viaje a la capital desde que el Estado de alarma impuso el teletrabajo. Casa Pedro, el restaurante que linda con la estación, abrirá hoy, pero lo hará más tarde. Ya en Alcalá, desayuno una tostada gigante en La Tahona, que ha recuperado la actividad hace dos días. Aún no hay barra, y cada cliente toma una mesa, suelta la mascarilla sobre ella y espera la llegada del camarero para pedir. Es el nuevo protocolo.

En el viaje en bus vamos cuatro personas, todos con la misma pregunta a la conductora. ¿Cuándo volverá el horario convencional?

—Creemos que cuando acabe el Estado de alarma —dice.

El trayecto Alcalá-Jaén se ha reducido a mínimos que no recuerdo: tres viajes a la semana en lunes, miércoles y viernes; una hora de partida (8:30) y otra de regreso (13:30). Hoy viajamos cuatro personas, el mismo número que tendrá el trayecto de vuelta. Spotify alivia un itinerario que después de meses me parece algo más directo. Antes de bajarme vuelvo a preguntar —es casi un ruego— si no hay otra hora para volver aparte de las 13:30. No hay otra.

 Viaje en bus. Foto: Fran Cano.
Viaje en bus. Foto: Fran Cano.

Con la mochila Kappa negra y azul en la espalda, enfilo la calle Navas de Tolosa, donde la escena es la de terrazas de cafeterías acordonadas, pero con clientes. En la capital hay más movimiento, e incluso así todo me parece a una marcha menor. Vuelvo a entrar en Cuatro Gatos y la duda es cómo saludar a los vecinos del coworking. No hay dudas con los compañeros de Lacontra: primero abrazos, luego organización de trabajo y después cervezas. En Redacción la distancia entre las mesas, que antes estaban juntas, evoca los pupitres de la escuela. Conecto el iPad al monitor, hago una foto, la publico en Facebook y anuncio que he regresado. Por horas, pero he vuelto. Rumbo a las cervezas, veo en la calle Roldán y Marín a un hombre en tirantes con una guitarra. No sé si canta country. Está sentado mientras toca, ajeno a todo. Llevo dos meses y medio escribiendo del coronavirus y ahora ni me acuerdo de la pandemia.

JUEVES Y VIERNES: LA SALA ESCONDIDA, FRAILES SIN MERCADILLO

El Ayuntamiento de Alcalá presenta el jueves 4 de junio el nuevo portal de transparencia elaborado por Dyntra. La presentación es en el Palacio Abacial. Espero en la puerta y un señor muy liado al teléfono me dice que entraré por la otra puerta, por la de la tienda. Llegan los ediles y, en efecto, entramos rumbo a la sala de proyecciones del Palacio Abacial después de subir unas escaleras. La sala está dominada por cuadrados distanciados —cómo no— en los que sentarse a la espera de la emisión del proyector. Es el nuevo hallazgo de la semana en Alcalá: ni sabía que existía este lugar. Marino Aguilera, alcalde alcalaíno, explica que no se usó mucho tiempo atrás.

Viernes 5 de junio. A la mañana de Frailes, después de la tarde anterior de trueno y lluvia fugaz, le falta un mercardillo. La Policía Local confirma a este periódico que será el Ayuntamiento quien decida cuándo regresará. Es probable que coincida con el fin del Estado de alarma, pero aún no hay nada decidido. Amanecen los bares por la mañana en el pueblo, con el goteo de clientes que deciden si dentro o si mejor fuera, en la calle, al aire libre.

Desayuno y recuerdo que he encargado al panadero de mi barrio una empanadilla con atún para la noche. Suena el claxon varias veces. Juraría que me toca pagarla.

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