'Dolor y gloria', el drama del director perdido
Pedro Almodóvar cuenta la historia de un cineasta decadente con reencuentros con su pasado, desde la pobreza de la infancia al éxito profesional
Ha dejado Antonio Banderas un papel genial en Dolor y gloria (Pedro Almodovar, 2019). El andaluz interpreta a Salvador Mallo, un cineasta que busca la ilusión en plena decadencia física y creativa. La película conecta la decrepitud del artista con momentos que lo marcaron.
Almodóvar traza dos líneas de tiempo, de manera que el espectador da saltos entre el presente de Mallo y el niño que llegó a vivir en una cueva, admirado por todos gracias a una inteligencia fuera de lo común. La película tiene ritmo, y el primer desencadenante que la mueve es el deseo del director de reencontrarse con un actor al que defenestró después de dirigirlo en una de sus primeras y exitosas películas.
Aquella vieja amistad cobra vigencia y permite a Salvador Mallo disfrutar de la droga, emplearla para anular los dolores que padece. La relación del director con la agente, quien no lo abandona y confía en él más que él, es tan interesante como la que se esboza con la madre, interpretada por Penélope Cruz.
Drama con momentos hermosos, sin florituras ni ínfulas, aupado por Banderas en plena forma y con la homosexualidad presente siempre de forma sutil, sin remarcarla. Almodóvar sabiamente apelando a sí mismo.
FICHA TÉCNICA
Título original: Dolor y gloria
Director: Pedro Almodóvar
Duración: 108 minutos
Nota en FilmAffinity: 7
Nota en IMDB: 7,7
La puedes ver en Netflix
Únete a nuestro boletín